Nora llegó a casa sin asimilar todavía todo lo que acababa de pasar en tan poco tiempo. Realmente todo había ido de un extremo a otro, la siesta que se había echado había marcado un antes y un después.
Llegó y entró en silencio, colgó su abrigo en el perchero y se sentó en uno de los taburetes de la cocina. Apoyó los codos en la mena y su cabeza entre sus manos y suspiró. Todo iba a un ritmo demasiado rápido en su cabeza y no le dejaba pensar con claridad. Empezó a sentir que el calor aumentaba en su pecho y que un nudo se creaba en su garganta.
Sus ojos comenzaron a humedecerse y el nudo de su garganta no dejaba pasar tanto aire como necesitaba. Se sentía ahogada y perdida, eran demasiadas emociones las que ocupaban su pecho ahora mismo.
Se levantó y se acercó al grifo para lavarse la cara, necesitaba quitarse aquella sensación de calor. Bebió agua para intentar disolver aquel nudo que casi no la dejaba respirar y se sentó para recuperar el aire y permitir que sus ojos expulsaran todas aquellas emociones que contenían.
Todo había dado un giro tan repentino que su mente no había podido soportarlo, pero por suerte o por desgracia no era la primera vez que esto pasaba y supo cómo saltar por encima de aquel hoyo sin caer en él.
Se puso el pijama y se sentó en el sofá en compañía de Nugget, quien llevaba todo el rato a su lado para tranquilizarle. No se quedaría esperando a ver que le traía el futuro sin hacer nada. Iba a respetar la decisión de Avery, por supuesto, y no iba a intentar saber de ella tal y como le había pedido, pero tampoco la dejaría sola.
Al día siguiente llamó a Aria para comentarle la situación. Se sorprendió un poco cuando esta le dijo que ella ya lo sabía pero entendió que no tenía la culpa de una decisión que no era suya. Pasaron el día juntas y hablaron sobre el tema, Nora sentía que necesitaba desahogarse con alguien y compartir cómo se sentía a respecto. Una parte de ella no entendía la decisión que Avery había tomado pero si algo tenía claro es que no podía hacer nada para cambiarla.
Durante los siguientes días se dedicó a sí misma e incluso invirtió tiempo en recuperar las aficiones que había perdido y lo consiguió. Recordó lo bien que se sentía cuando expresaba todo lo que tenía en la cabeza sobre un papel o documento. Esta vez no se permitió quedarse en casa encerrada, quiso salir para dejar que las ideas de su cabeza también salieran y así verlo todo más claro con un poquito de aire fresco.
Quedaban dos semanas para la operación y Avery no había vuelto a saber nada de Nora, se sentía un poco mal por que la muchacha no hubiera insistido pero agradecía que hubiera respetado su decisión tal y como le pidió.
Había estado metida en casa intentando estar tranquila y no hacer nada que pudiera alterarla más de la cuenta. Había empezado una nueva novela, esta vez era un romance al que había decidido darle un giro añadiéndole un paisaje fantástico, así quedaría como una simple historia imaginaria y nadie notaría que era un amor basado en hechos reales.
Escuchó sonar el timbre de su apartamento y cuando fue a abrir no había nadie en la puerta pero sí que pudo ver un paquete a sus pies con una nota en lo alto de este.
Lo agarró, cerró la puerta y caminó hasta el salón para leer la nota.
Hola, sé que me dijiste que no intentara saber nada de ti, por eso no espero una respuesta de tu parte pero solo quería que sepas que sigo estando aquí. Que no pueda saber de tí no significa que tu no puedas saber de mí. El otro día a Aria se le escapó que pasas la mayor parte de tu tiempo en casa así que te traigo un par de cosas que estoy segura que harán que pases el tiempo mucho más entretenida.
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The loving
RomanceUna historia sobre cómo una chica consigue reencontrarse con sigo misma tras conocer a alguien que le haga ver que el mundo también tiene una cara bonita. Historia actualizada cada semana.