23.- Sanando Heridas

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Brais

Tres días desde la batalla mi piel seguía quemada. Me sentía muy débil y moverme dolía, cualquier contacto me dolía.

Las membranas de mis alas apenas las sentía. Y se me dificultaba comer y beber, pero con la ayuda de Amaia, Lina y el resto de mi familia pude mantenerme vivo en medio de ese  estado, mientras mi cuerpo sanaba.

Pude sentir como cada capa de mi piel quemada se soltaba dejando paso a una piel nueva pero débil, sabía que hasta que esta se fortaleciera la menor rasgadura podría cortarme.

Un ciclo de Anak estelar, 30 días, después finalmente tenía suficiente fuerza para levantarme del suelo y poder caminar. Aunque era difícil, la piel quemada en mis patas no me dejaba sentir el suelo todavía.

Para entonces parte importante de la membrana de mis alas se había caído en pedazos por la quemadura, pero una pequeña parte de esta seguía bien.

Dos ciclos visibles de Anak, 64 días, después de la batalla finalmente podía moverme con normalidad y ya no estaba tan dependiente de los demás, mi piel seguía débil pero al menos podía moverme.

Aunque no podía volar, pues las membranas de mis alas seguían como antes, mis tres dedos alares ya habían recuperado color en estos pero mi membrana tardaría mucho más en recuperarse.

Pasaría casi dos ciclos Anak más para que finalmente mi piel ya no pareciera de papel y aún así las membranas de mis alas apenas habían iniciado a recuperarse realmente, era obvio que aunque ya podía continuar mi labor como Uoridai de Soberia, faltaba mucho para poder volar nuevamente.

Los Primeros SoberanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora