6.- Familias en Guerra 2da parte

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Brais

Mientras me acercaba vi como la batalla ya había empezado, en aire y en tierra luchaban a menor altura de a la que yo estaba volando, mi familia usaba el fuego para intentar mantener a raya a los infiniqui, con el fuego la ventaja de número no importaba tanto por ahora, pero eso no duraría mucho, mire al frente y vi otra silueta acercándose, era Amaia

Volé hasta llegar donde ella tan rápido como pude y nos detuvimos a volar sobre la zona de batalla, 8 miembros de mi familia y 14 de la suya, eso era lo que estaba bajo nosotros

—Tenemos que detenerlos.

—¿Cuál es el plan Brais?

—Nuestros padres, son los líderes, si los podemos vencer tendremos el control de esto ¿Quieres que yo me encargue de tu padre? —pregunté pues antes de salir había notado el miedo que ella le tenía.

—No, es mi familia mi responsabilidad.

Vimos que la batalla real empezó, cuándo todos se lanzaron unos contra otros, significaba que el fuego estaba casi agotado.

—Bueno tenemos la suerte que nuestros padres están peleando entre ellos nomas —dije ubicándolos—. Habrá que separarlos —ella asintió y nos lanzamos en picada hacia el centro de la batalla.

Los abrimos nuestras alas para reducir velocidad antes de impactar nuestras garras sobre estos y con un fuerte batir de nuestras alas nos elevamos tras eso mientras los dos retrocedían

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Amaia

—¡Detengan esto! —grité con toda mi fuerza, decidido a ganar.

—¿Como llegaste aquí? , les dije a Afaqui y a Dauri que te detuvieran.

—En serio crees que esos dos podían aprisionar a una imusjari —lo rete—. Ahora deten esta locura o me obligaras a mi a hacerlo —dije mientras enrrollaba mi cola con la de Brais detrás de mi, intentando recordarle que no estaba solo y recordármelo a mi también, extendí mis alas también para bloquear la batalla.

—Dije que llevaría al nido el cadáver de ese joven, y si tengo que llevar el tuyo también lo haré.

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Brais

—Asi que es por ella que ellos nos atacaron —me reprimió mi padre—. Y yo no quería creerle.

—Estábamos intentando encontrar la forma de que haya paz, no queríamos que esto pasara —respondí mientras enrrollaba mi cola con la de Amaia y extendía mis alas como una señal de que no retrocedería.

—Pues es demasiado tarde para sanar tus errores, ahora apartarte o te tendré que apartar por las malas.

—No lo intentes.

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Ambos jóvenes temblaban de miedo, pero ya habían tomado la decisión y no se detendrían, sus padres escupieron fuego y los 2 jóvenes respondieron al instante al estar advertidos por su visión, las llamas duraron varios segundos mientras todos volteaban a verlos cuándo las llamas se apagaron la batalla se había detenido y los que estaban volando aterrizaron

—No soy una Infiniqui —declaró la joven Amaia.

—Ni yo un Aidiki —continuó Brais y ambos usaron el fuego sobre los lugares de su piel en los que estaban pintadas las marcas de sus respectivas familias.

Todos alrededor quedaron totalmente sorprendidos al ver el fuego salir de su piel directamente, pero sus padres ya habían decidido pelear, y al no ser creyentes de las tradiciones imusjaris ni siquiera estos los detendrían.

—No habrá más guerra entre los Infiniqui y los Aidiki, esa es la orden de sus soberanos, y mataremos a quién se atreva a desafiar nuestra orden —declaró Amaia sabiendo que era la única forma.

—Me dan lástima —dijo su padre atacando y ella tuvo que abrir fuego.

—No existe ningún soberano sobre mi —fueron las palabras del padre de Brais, y sin tener más opción para defenderse de su ataque, al ser mucho más débil que su padre Brais se vio obligado a usar el fuego también, su padre alcanzó a darle un golpe apesar de eso tirándolo al suelo y haciendo que soltara a Amaia y para defenderse del siguiente ataque Brias tuvo que hacer arder todo su cuerpo haciendo que las llamas golpearan toda la parte delantera del cuerpo de su padre que inicio a quemarse sin control.

Amaia veía como el mismo destino parecía condenar al suyo, volteó a ver a Brais que apenas estaba logrando levantarse tras el golpe, pero el valor fluía en el joven —¡Alguién más se atreve a retarnos! —grito a todos, los Aidiki retrocedieron y bajaron sus cabezas pero sin quitarles la vista de encima, en forma de demostrar que estaban dispuestos a seguirlos.

La mayoría de Infiniquis igual lo hicieron exceptuando por 4 de los adultos—. Ustedes lo decidieron —dijo Amaia—. Brais me ayudas.

—Solo dame un segundo —dijo Brais caminando a donde estaba su tía Elba—. Gina y los otros están evacuando el nido, vayan y diganles, que ya no será necesario.

—Por supuesto Brias —ella dio un rugido y los Aidiki se retiraron.

Volteó rumbo a los que habían desafiado a los hermanos —. Como paso con nuestros padres, cualquiera que traicione al gran Dacu'i de Soberia morirá —habló recordando el nombre que había sido ideado por Amaia casi un ciclo atrás.

Los 4 tíos de Amaia que los habían desafiado atacaron, pero aprovechando los dones de los Imusjaris estos 2 jóvenes lograron ganar aunque no salvos de varias heridas, la familia de los Aidiki había tenido un muerto ese día quedando 7 adultos y la familia de los Infiniqui 5, quedando 6 de los 10 adultos y 3 de los cuatro jóvenes que participaron en la batalla.

Brais y Amaia sabían que esta victoria no significaba haber logrado la paz de manera definitiva, pues los infiniquis tenían enemistad con muchos otros grupos, y el riesgo de que aprovecharán esta derrota infiniqui para atacarlos estaba ahí, pero era él primer paso.

Los 2 jóvenes caminaron junto a los infiniqui hasta la que antes había sido la frontera entre infiniquis y aidikis, pero que ahora era el centro del Dacu'i de Soberia.

Los Primeros SoberanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora