Prólogo

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Erika estaba ahí de pie, no sabía que hacer o decir; ella solo quería morir en ese instante. Estaba tan cegada por la sensación de traición y tristeza que le había provocado el chico que no se dió cuenta de lo que estaba perdiendo hasta ahora. Lo estaba perdiendo, se había sacrificado por todos y en especial...por ella.

Sus ojos comenzarón a liberar lágrimas de dolor al sentirse como una completa estupida, Leiftan si estaba arrepentido y por tal de conseguir su perdón dió su vida. Llevó la pluma ahora blanca que llego hasta ella a nivel de su pecho para sentir esa sensación de calor dentro de ella, que intentaba reconfortarla de alguna manera, pero solo le provocaba un dolor vacío en el pecho.

La voz llena de angustia de Miiko llego a los oídos de Erika. -Saquenla de aquí.-

La chica sintió como unas grandes manos se posaban en sus hombros y le daban la vuelta para dejar de ver el cuerpo inerte de su compañero en el suelo. El camino por las escaleras fue realmente eterno y cada paso se le hacía realmente pesado, Valkyon que era quién la dirigía, la observaba con algo de lástima y de algún modo, entendiendo lo que la guardiana estaba sintiendo en esos momentos.

Erika cierra un poco sus ojos al sentir la luz golpearla avisando que ya habían salido de las mazmorras.

-¿Quieres ir a tu habitación?- Cuestiona en voz baja el dragón.

-Yo...- Comienza la chica sintiendo el calor que provocaba la pluma de su amado contra su mano y pecho. -Quiero ir a su habitación.- Murmura con poca fuerza.

Valkyon que se sintió incómodo al escuchar su petición; pero respetaría la decisión de aquella ángel que tanto le había apoyado y que ahora no sabía que hacer por ella.

Erika no se dió cuenta del camino hasta que estuvo frente a la puerta de la habitación de el chico que le había robado cada suspiro.

-Dejame sola...- Dice sin fuerzas entrando a la habitación y dejando a un preocupado dragón que no tuvo opción de retirarse de ese lugar para regresar con el resto.

Erika estaba en la entrada viendo la habitación en la que ella y él se habían entregado antes de que ella tecnicamente le entregara a Leiftan a Miiko. Sin fuerzas se dejó caer de rodillas al suelo sin quitar la mirada de la cama desordenada y de la soledad que la comenzaba a envolver con fiereza. Recordandole a cada segundo el haber perdido una parte de ella misma.

-Leiftan...- Dice entre el ahogamiento que estaba experimentando antes de romper en llanto en el suelo del lugar. Sus lágrimas no tenían fin y sus fuerzas se hacían dispensables en esos momentos...su fuerza mayor la habia perdido.

Sin darde cuenta su mano se había abierto y al dejar de sentir el calor de la pluma que ella escondía con sus fuerzas sintió pánico y dá un salto con los ojos bien abiertos. La pluma volaba por la habitación como si fueze arrastrada por alguna corriente de aire, pero aire no había. Erika comenzo a acercarse para tomar esa maravillosa pluma, pero esta voló mas lejos y dió a parar en una esquina del lugar. Erika con desgano se acerco a esta y la tomó notando un objeto donde estaba esta. Un libro.

Con delicadeza lo toma entre sus manos y se acerca a la cama para observarlo. Al abrirlo notó algo, este libro tenía escritos en otro idioma, pero que de alguna manera ella entendía.

Sus ojos se posaron en la pluma que descansaba en su mano.

"Leiftan."

De seguro ese libro es la fuente de muchos echizos de ángeles que Leiftan utilizó; al pasar las páginas vió el que este había utilizado con ella antes para regresarla al mundo de los vivos. Sintió que su alma abandonaba su cuerpo al darse cuenta de algo, si ella lo hacía ambos morirían. Estaba atada de pies y manos.

Reparando la Historia (LeiftanxErika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora