33. ¿Karma?

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Erika y Kero ya habían regresado al C.G. despues de estar desaparecidos por mucho tiempo. Cuando entraron ya estaba todo en penumbras así que procuraron no hacer mucho ruido. Realmente estuvieron mucho tiempo, a Erika le sorprendía que nadie la hubiese buscado...ni Leiftan, luego recuerda la discusión que tuvo con Miiko y se le hace sentido. Y aunque no lo quiera admitir le dolía chocar con cualquiera de sus amigos y eso incluia a la Kitsune que de alguna manera desconfiaba de ella como si fuese su enemiga. ¿Ella habia dado motivos para que desconfiaran? Que ella recordara...

-Me despido Erika.-  Kero se despide en voz baja de la chica cuando se encuentran en la sala de las puertas y Erika le imita. Con calma se dirige a su habitación, pero justo cuando estaba por abrir la puerta siente como una mano toma de su muñeca con cuidado pero aún con firmeza para detenrla.

-¡Ay!-  Pega un pequeño grito que es callado al ver quien era su "captor".

-Erika.-  La voz de arrepentimiento no tardo en llegar.  -Lo siento, no quería asustarte.-  En un segundo Leiftan alejó su mano de la chica.

-Tranquilo Leiftan que no ha sido tu culpa, es que estoy algo de los nervios.-   Se excusa la chica desviando la mirada de esos ojos verdes que la miraban y ella podría jurar que querían ver mas allá de su alma.  -Pensé que estarías durmiendo.-  Admite la chica dando un paso hacia atras y chocando con la puerta a su espalda. La verdad es que no tenía la intención de encontrarse con el chico y realmente no estaba preparada para encarar al resto de los que habitaban en el C.G.

-Estaba haciendo guardia...-   Leiftan la mira con cierto miedo, eso era cierto, pero también la estuvo buscando toda la tarde y deambulando por el bosque. Todavía no se podia secar de la mente las palabras del oráculo. 

-Ya veo...-  Comenta un poco desanimada.  -Deberías haberte acostado antes, ya es un poco tarde de todos modos.-  

-Aunque quisiera dormir no podría...no supimos nada de ti desde que...- 

Erika le mira triste.  -Desde esa discusión estupida...ya olvida eso, por favor.- 

-Erika es...-  Leiftan calla a lo que Erika entra en razón y toma una decisión. No podían hablar de este tema en el pasillo.

-¿Quieres mas privacidad?-  Ofrece ella abriendo su puerta para dejar entrar al de ojos esmeralda que entra siendo seguido por la chica.  -Ponte cómodo.- 

Ambos se sientan en el sillón de la chica manteniendo un poco de distancia y evitando el contacto visual. El ambiente se habia vuelto un poco espeso de repente. Despues de que Erika tuviese ese desahogo que tuvo con Kero le hacía sentir mejor, pero aún así esta situación le ponía algo decaída.

-Erika...defendiste a los...daemons ante Miiko.-  La palabra Daemon tuvo mas costo de decir que el resto.

Erika suspira viendo al chico que miraba sus manos en busca de las palabras correctas.  -Aengel Leiftan.- 

El chico la mira sorprendido.  -¿Eso es lo que realmente crees?-  Por algun motivo su voz tuvo un toque de incredulidad, detalle que Erika prefirió ignorar.

-Si...ya te lo había explicado.- 

Leiftan la mira con cierta sorpresa en sus ojos; se le estaba muy difícil ocultar su felicidad que crecia en su corazón al escuchar a la chica. ¿Es que acaso ella no lo juzgaría al enterarse de la verdad? Ser juzgado por ella le hace sentir realmente pequeño e indefenzo y es que esa chica tenía poder absoluto sobre él. Si ella le decía que muriera el moriría a sus pies con tal de hacerla feliz. Estas palabras estaban dando dentro de su ser más de lo que ella creía.

-Nunca pensé que defenderías a esa especie al extremo de revelarte a Miiko.-  Admite asombrado el chico. 

-Me indignó mucho su forma de pensar.-  Erika se tensa de manera inconciente.  -Nadie debe morir...nadie debe pensar en que matando a alguien es la solución a algo.- 

Reparando la Historia (LeiftanxErika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora