El hermano de mi mejor amiga ೃ Jikookmin ღ

Capítulo 26: Jungkook "Juegos de mesa"

—¿Estás segura de que ésta es la hora correcta? —le pregunté por enésima vez a Hyuna, quien estaba sentada en el asiento del conductor de mi propio vehículo.

Yo le había permitido conducir a Hyuna, debido a que me encontraba muy nervioso como para realizar aquella tarea o cualquier otra por más fácil que fuera. De hecho, minutos antes de salir de nuestra casa ni siquiera había podido amarrarme los zapatos.

—¡Que sí!, ¡que Jimin me dijo que a esta hora estaría en casa! —Hyuna miró su reloj de pulsera, y luego levantó los hombros—. Supongo que algo lo ha demorado.

—¿Pero ni siquiera hemos tocado su puerta? ¿Cómo sabes que no está allí? — protesté, colocando mis brazos sobre mi pecho.

—Porque ya lo hemos pitado 5 veces y no sale —Hyuna puso sus ojos en blanco y suspiró algo molesta debido a mi insistencia—. ¿Será por eso?

—Puede que no nos haya escuchado —dije un poco más molesto.

—Créeme —dijo Hyuna con una sonrisa entre sus labios—. Si estuviera, ya habría salido.

Una sensación de incomodidad llenó mi estómago. ¿Qué pasaba si Jimin no quería arreglar las cosas con Hyuna? ¿O conmigo? ¿Qué pasaba si ya era tarde? ¿Si todo estaba perdido? Realmente yo no podría con ello.

—¡Cálmate! —dijo Hyuna poniendo una mano sobre mi hombro.

—Estoy calmado —respondí entre dientes—. ¿No se nota?

—No —dijo Hyuna, como si leyera mis pensamientos—. No lo estás y deja de torturarte —ella miró su reloj una vez más—. Sólo démosle algo de tiempo para que llegue, ya vendrá.

—Está bien —suspiré.

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Veinte minutos después de la hora indicada, y justo antes de que perdiera por completo las esperanzas, una camioneta negra Chevrolet doble cabina se estacionó detrás de nosotros, tan cerca que no dejó el suficiente espacio para que nuestro automóvil pudiera salir del estacionamiento.

—¿Qué diablos le pasa a ese tipo? —dije molesto mientras miraba por el retrovisor.

—Olvídalo Jungkook —dijo Hyuna, con rastros de cansancio en su voz—. Mira el tamaño de esa camioneta, es obvio que necesita mucho espacio y no es como si nos fuéramos a ir pronto de aquí.

—Lo que tú digas Hyuna —dije encogiéndome de hombros—. Pero yo creo que ya deberíamos irnos.

—¿Irnos de aquí? —Hyuna abrió los ojos como platos—. Disculpa pero nadie se va de aquí. No, hasta que no aclaremos las cosas con Jimin.

—No tiene caso estar aquí —protesté, mirando de nuevo por el retrovisor, tratando de ver quién era el dueño de la camioneta, pero era un chico desconocido de cabello rubio—. Es más que evidente que Jimin no quiso atendernos. Él ya sabía que vendríamos y aun así nos dejó plantados, tal vez ya no quiere saber nada de mí.

—No dramatices tanto Jungkook, ¿quieres? —Hyuna volvió a suspirar—. No creo que se trate de eso, mejor dicho estoy segura de que esa no es la razón.

—¿Cómo lo sabes? —dije más molesto que antes.

—Es solo un presentimiento —Hyuna se encogió de hombros y apartó la mirada—. ¡Confía en mí! Conozco a Jimin como nadie. Sé que él no nos haría esto.

—Hyuna —dije, mientras arrugaba mi frente—. ¿Qué es lo que no me has dicho? Y no me digas que nada. Yo te conozco bien y sé que algo me estás ocultando.