❝ 015 ; suposiciones ❀ ❞

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Dos meses habían pasado desde que Taeil comenzó con sus cambios de humor, antojos descabellados y salados y su aumento de peso. Nada que preocupara demasiado al mayor, pero a su novio sí que le preocupaba mucho; su instinto le decía que era algo más que estar enfermo o tener malos días.

Moon estaba en la cocina buscando que comer, todavía no era la hora de la comida pero buscaba desesperadamente algo para cesar su apetito. Seo estaba en su mini-estudio terminando de componer la canción que tanto le ha costado.

—¡Johnny!— gritó con todas sus fuerzas el pelinegro. Bastaron unos segundos para que la presencia del estadounidense apareciera en la cocina.

—¿Qué paso, my love?— preguntó preocupado.

—Tengo hambre, hazme de comer— le ordenó, Young Ho frunció levemente el entrecejo.

—¿Qué? Pero todavía no es la hora de comer.

—No me importa, tengo hambre y yo no quiero cocinar— se cruzó de brazos con rostro serio, estaba hablando enserio.

—Ugh, bueno— terminó por aceptar el menor, si seguía negándose se ganaría los berrinches de su hyung —¿Algo en específico que quieras?

—¡Nachos!— exclamó con una sonrisa, dejando a lado su seriedad —Tus nachos son fantásticos.

—Lo sé lunita, lo sé— dijo con superioridad, Taeil negó con una sonrisa burlona y dejó que su novio le hiciera de comer... o mejor dicho, que hiciera de comer para los tres.

[...]

Young Ho estaba por terminar la comida, cuando Chaeyoung llegó a casa después de que sus abuelos le recogieran de la escuela y la llevarán un rato a su casa.

—Chae todavía no come— le avisó la madre del mayor, entregándole la mochila de la menor.

—Claro madre, igual Johnny ya está terminando de hacer la comida— la mayor asintió. Su nieta no podía pasarse sus horarios de alimentación.

—¿Por qué no la estas haciendo tú?— le preguntó curiosa, dejando a la pequeña pasar corriendo a su casa.

—No tengo ganas, me dio flojera— aceptó encogiéndose de hombros. La mayor asintió una vez más y se fue, avisando que mañana volverían a recoger a Chaeyoung y la entregarían hasta las seis.

Después de que Chaeyoung se cambiará el uniforme y se pusiera su ropa de día, Seo terminó de hacer la comida y le llamó a su novio e hija. Éstos dos no tardaron en llegar hambrientos a la cocina, tomando asiento en la mesa.

El castaño había echó los nachos con su respectivo guacamole para el mayor y para él y su bebé, huevos revueltos.

—¿Sabes ChaeChae? Tu papá Johnny se veía muy sexy mientras hacía los nachos— comentó Moon sin pudor, sin percatarse que su hija seguía siendo una niña pequeña.

—Uh, ¿Sexy?— la castaña ladeó su cabecita, curiosa por la palabra.

John había cesado de comer para mirar con ojos amenazadores a su mayor, no podía decir esas cosas frente a Chaeyoung; era demasiado pequeña e inocente para saber que significaba eso. Por fin Taeil se dio cuenta de lo que había dicho y se trató de retractar.

—Ehhh... ¿Dije sexy? Ups no, era bonito. Tú papá se veía muy bonito mientras me hacía mis nachos— sonrió con nervios; pero al final la menor asintió.

—Oh. Papá Johnny siempre se ve lindo— habló Chae con comida en su boca, sus mejillas se habían abultado más de lo normal y cuando sonrió la imagen fue tan tierna para ambos padres.

Crónicas de una familia primeriza [#2] ψJohnilψDonde viven las historias. Descúbrelo ahora