Crónicas de una familia primeriza [#2] ψJohnilψ

❝ 013 ; llamada de atención ❀ ❞

Taeil había acabado de hacer los cupcakes que Chaeyoung le había pedido; cada cierto tiempo la pequeña no quería ir al jardín de niños y él se veía obligado a convencerla con su postre favorito.

Fue a la sala y se dejó caer sobre los reconfortantes brazos de su novio, el cual tenía el día libre. Seo sonrió al verlo por fin salir de la cocina.

Se mantuvieron abrazados y viendo la televisión en silencio mientras esperaban a que llegará la hora de ir por su hija a la escuela. No faltaba mucho, máximo unos cuarenta minutos. El silencioso y cómodo ambiente se vio interrumpido por el constante ruido del teléfono de la casa, anunciando que tenían una llamada.

—Iré a contestar— le avisó al castaño, éste sólo asintió soltando su pequeño cuerpo del abrazo. Fue hasta el teléfono y contestó —¿Hola?

—Hola señor Moon, soy la maestra de Chaeyoung— escuchó la femenina voz del otro lado de la línea. Moon se tensó al escuchar quien era el remitente de la llamada, ¿Algo malo le había pasado a su bebé?

—Maestra Seung Hee, ¿Qué sucede?— habló entrecortado, había comenzado a sudar frío y temblar.

—Bueno me gustaría que pudieran llegar un poco más temprano a la hora de la salida, quiero hablar con ustedes sobre un inconveniente que pasó con Chaeyoung— le comunicó con voz firme, el pelinegro se tranquilizó un poco pues su tono no era preocupado, y eso significaba que nada malo le había pasado a su hija.

—Por supuesto maestra, ya vamos para allá— la susodicha afirmó y colgó la llamada. El mayor fue directo a su pareja para avisarle —Ya vámonos por Chaeyoung.

—¿Eh? ¿Por qué? Todavía falta un rato más— se quejó con un puchero el menor.

—Chaeyoung se metió en problemas y su maestra quiere hablar con nosotros— no bastaron más explicaciones o palabras y Young Ho se puso en pie y fue por las llaves del carro.

John esperaba ya dentro del auto y con el motor encendido a su novio, sólo faltaba que él se metiera por el lado del copiloto y partirían.

Pero eso no pasó. Taeil estaba por salir por la puerta principal para dirigirse al carro cuando sintió unas náuseas enormes, haciéndolo correr hacia el baño con una mano en la boca. Todo su desayuno se fue por el inodoro, y con pesar se levantó para lavar su boca con agua; Seo no tardó mucho en llegar.

—¿Estás bien, my love?— el menor observó al contrario preocupado. Su hyung parecía sano, no había razones de sus náuseas y vómitos.

—Sí, sí, sí, estoy bien. Nada de que preocuparse— el mayor formó un puchero que no duró demasiado puesto que las náuseas volvieron.

—¿Estás enfermo, lunita?— preguntó John, viendo a su novio al borde del llanto y olvidando a que se debía su salida.

—Tranquilo Johnny, debió caerme mal el desayuno... no tenía muchas ganas de comer eso, lo comí de mala gana— el nombrado se agachó a la altura de su novio y le acarició la espalda —Sólo dame unos minutos y estaré mejo...— su voz fue interrumpida por una nueva ronda de náuseas.

—Quédate aquí Taeilie, yo iré por Chaeyoung— revolvió el cabello del mayor para volver a tomar su postura normal.

—No, yo también quiero ir, necesito saber que hizo— se negó rotundamente a quedarse en casa el joven padre. Pasaron unos minutos así, donde Moon desechaba lo poco que le quedaba en el estómago hasta que cesó por completo y pudieron partir.

[...]

Llegaron a la escuela de su pequeña después de quince minutos de viaje. Estaban esperando a que la maestra les abriera la puerta del salón, y no tardó más de treinta segundos cuando la joven chica castaña les abrió.