Crónicas de una familia primeriza [#2] ψJohnilψ

❝ 009 ; cumpleaños y ¿una princesa? ❀ ❞

El reloj marcaba las nueve y media de la mañana ese día sábado, Chaeyoung sabía que era su cumpleaños y eso le emocionaba; recibiría muchos regalos y juguetes.

Salió de su habitación para ir a la de sus papis, no podía esperar más. Los mayores estaban durmiendo plácidamente sobre la cama matrimonial, tan tranquilos. Pero la pequeña castaña no quería que siguieran durmiendo sabiendo que era su cumpleaños. Por lo que no dudó en correr y lanzarse sobre ellos.

Young Ho se despertó de inmediato al sentir el peso de su hija sobre él, haciendo que su novio se despertará en medio del acto. Medios adormilados miraron a su pequeña, quien les veía con una sonrisa burlona.

—Feliz cumpleaños ChaeChae— Taeil sonrió enternecido al ver a su hija, no podía creer que ya habían pasado cuatro años desde que Chaeyoung nació.

—Ya han pasado cuatro rápidos años desde que llegaste a nuestras vidas— dijo John con nostalgia, todavía podía recordar el embarazo del mayor como si fuera ayer. Antes de que la menor pudiera decir algo, el castaño la abrazó y la acorraló entre los dos, haciéndole cosquillas.

—¡Ay! Basta papá, me haces cosquillas— trataba de zafarse de ese agarre pero no podía, todavía era pequeña.

Después de un rato jugando de esa forma, Seo soltó a su bebé y la dejó sentarse sobre su cama. Su pequeño cuerpo no ocupaba mucho espacio; a pesar de que Chaeyoung había nacido y crecido sana, su estatura siempre se mantuvo en un margen menor, era más bajita a los demás niños de su edad.

—¿Deberíamos darte tu regalo ya?— preguntó burlón el pelinegro, ya sabía la respuesta de la castaña.

—¡Nop! Cuando todos estén en la fiesta me lo dan— pidió algo demandante su pequeña y ellos aceptaron entre risas.

[...]

Taeil inflaba los últimos globos que quedaban en la bolsa y sin colgar, su novio estaba hablando por teléfono con los organizadores que habían contratado para un show de princesas. Chaeyoung cada vez cumplía más años, y las fiestas se hacían cada vez más grandes y asombrosas.

—¿Cómo que no podrán venir a dar el show? ¿Qué les salió un imprevisto?— Moon escuchó a Young Ho discutir por teléfono, iba entrando del patio trasero, donde se haría la fiesta —Pero les contratamos desde hace un mes para evitar estos problemas... no pueden hacer eso.

—¿Qué está pasando, Johnny?— cuestionó con el entrecejo fruncido el mayor.

—Los organizadores del show me están diciendo que no podrán venir a dar el show, nos están cancelando— susurró el nombrado mientras del otro lado de la línea telefónica seguían explicándole.

—¡¿Qué?! ¡No se los voy a permitir!— dio una manotazo a la mesa —Dame el teléfono Seo, yo hablaré con ellos.

—Pero my love...

—Que me los pases— murmuró con furia, el menor no tuvo de otra más que pasarle el teléfono a su enojado novio —Hola, soy Taeil, el papá de la niña a la que vendrían a hacerla feliz con su show. Mi pareja me está diciendo que no podrán venir a dar el show, ¿Por qué?— colocó una de sus manos sobre su cadera y apoyó todo su peso en una de sus piernas. Una vez más aquellas personas debían dar la explicación —¡Son unas tontas y baratas excusas! ¡¿Cómo nos pueden cancelar el mero día?!

—Lunita, cálmate— intentaba tranquilizarle con su suave voz, pero el pelinegro se negaba a hacerlo.

—No me digas que me calme Seo John, estoy discutiendo con las personas que van a arruinarle la fiesta de cumpleaños a una inocente niña— los ojos de Taeil chispeaban de ira, al igual que su voz. Duraron discutiendo varios minutos más en donde Taeil no dejaba de gritarles que arruinarían la fiesta de su hija —¿Saben qué? Hagan lo que quieran, ya no los necesitamos, pésimo servicio... ¡adiós gente sin corazón que arruina fiestas!— soltó con toda su ira y colgó.