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Alice

Al día siguiente, por la mañana, fui a la oficina, me sentía nerviosa, pero confiaba en que no recordara nada como la última vez que estuve en su casa.

-Alice -me saludo en cuanto llegué

-Hola

-Solo quería... decirte que, me ayudes con algo

-Con lo que sea

-Necesito que me consigas un salón, para este fin de semana si es posible

-Ccon qué capacidad?

-Para unas 100 personas

-Entiendo

-Adorna las mesas con rosas blancas y todo lo demás que convine

-Entiendo

Me dio una leve sonrisa y se fue a su oficina. Era una extraña petición, si era una fiesta de negocios, no creo que mesas adornadas con rosas blancas sean lo más profesional, pero, él es el jefe.

Pasé toda la tarde buscando salones que estuvieran disponibles para el fin de semana con la capacidad que él me había pedido. Fue algo difícil, pero con un precio un poco más alto, logre conseguir ese maldito salón, ahora solo faltaban los adornos, esos no eran problemas, simplemente necesito buscar en Internet y listo.

-Conseguí todo -le informé en su oficina

-Muchas gracias

-¿Quieres que me encargue de la decoración?

-Sería grandioso

-Bien

No sé si era yo o qué era lo que pasaba, pero Víctor no quería verme a los ojos y era cortante con sus respuestas.

-Puedo... ¿Puedo preguntar qué es?

-Es solo... una fiesta con socios -me miró rápido

-Entiendo

En fin.

Por la noche, cuando llegué a casa, escuché la voz de mi hermano hablando con alguien, supuse que era con Nana, pero cuando entre, vi que Hoseok estaba en la sala con un vaso de agua en las manos.

-Hoseok ¿Qué haces aquí?

-Solo, vine a visitarte... visitarlos

-Que lindo de tu parte -vi como mi hermano rodaba los ojos y le daba un trago a la lata de refresco que llevaba en las manos

-Además, quería invitarlos este fin de semana

-¿A dónde? -pregunté

-Víctor organizará una fiesta este fin de semana

-Sí -caminé al sillón y me senté a su lado -me toco encontrar el salón y poner los adornos

-¿En serio?

-aja

-Bueno, quería invitarte, como mi pareja, no como la asistente de Víctor... a los dos

-...Sería genial -sonreí, pero él no lo hizo -¿Pasa algo?

-N-No, nada

-Entonces ¿Quieres cenar con nosotros?

-Claro, me encantaría, gracias

Kinkaid hizo una mueca de asco y yo le lance la almohada que tenía detrás de mí.

-Pejor prepara la mesa -dije

-Sí, su alteza -hizo una reverencia

(...)

El fin de semana tuve que ir al salón donde sería la fiesta, todo estaba vacío.

-Los adornos llegaran en 20 minutos y las mesas y sillas están a una calle –le dije al chico del hotel que me había abierto las puertas del salón

-Entiendo, los haré pasar en cuanto lleguen

-Gracias

No sería problema, solo debía aparecer a algunas personas, las mesas, las sillas y decorar lo demás.

Hice aparecer un sofá de color blanco muy elegante, donde me dejé caer y simplemente use mi magia para que aparecieran los autos afuera del hotel.

En cuestión de minutos, el chico que me había abierto las puertas del salón apareció guiando a las personas que traían las cosas.

Yo simplemente los hacia moverse como si fueran piezas de ajedrez. Acomodando todo en donde yo lo quería, sin hablar, sin que hicieran ruido o sin que se estrellaran entre ellos. Todo perfectamente sincronizado y funcionando. 

Al final, simplemente hice aparecer los adornos de flores sobre las mesas, equipo de sonido y escenario, lo único real que sí tuve que contratar, fueron a los meseros, la comida y a la música en vivo.

Después de todo, solo hice desaparecer a los hombres esos y esperar a los meseros.

-Acomoden las cosas en la cocina y comiencen a poner los platos en la mesa –les ordene

Ellos hicieron caso y se movieron por todo el salón acomodando los platos en la mesa.

-Quedó muy bien

Me giré a ver quién me hablaba.

Víctor ya había llegado, con un impecable traje y encima un abrigo de color gris.

Increíblemente guapo.

Sus ojos miraban todo el salón, las mesas y los centros de mesa.

-Gracias –dije

-Escuche que Hoseok te invito como su pareja

-Sí

-Bueno, no quiero interponerme, ve a casa y arréglate

-Bien

-Nos vemos después

-Sí, adiós

Esa sensación de que había un muro entre nosotros fue lo mismo en toda la semana y hoy no fue la excepción. Era doloroso, pero creo que el corazón de Ligeia lo estaba soportando muy bien.

Regresé a casa, Kinkaid estaba tirado frente al televisor jugando videojuegos.

-¿Todo está en orden? –me preguntó sin despegar sus ojos de la televisión

-Sí, el salón quedo muy bien, le gusto

-¿Has pensado en ser organizadora de fiestas?

-mm... lo he pensado, suena divertido

-Tu organizaste la boda de Hiroki y Sandy, muchos invitados me preguntaron si eras organizadora, querían contratarte 

-¿En serio?

-Sí, deberías pensarlo

-Tal vez lo piense más en serio

Le di un empujón con mi pie en su espalda al tenerlo delante de mí, sentado en el suelo.

-Déjame jugar

Me senté a su lado.

-¿Qué cosa puede apostar un par de brujos que lo pueden conseguir casi todo?

-mmm... ir a Dineyland y quien pierda, lo aparece todo. Es difícil, gasta energía

-Bien

Me dio un control de la consola y ambos nos pusimos a jugar mientras Nana nos veía desde el sofá mientras comía un paquete de galletas.

Al demonio todo el tiempo que se tarda una persona normal en arreglarse, con un simple chasquido de dedos, me ahorro esas dos o tres horas que una persona se tarda.

Después de un rato, el timbre de casa sonó.

-¡Nana! –gritamos los dos al estar totalmente concentrados en el juego queriendo destruir al otro

-Sí, sí

Nana bajó del sofá y caminó con calma hasta la puerta.

Pétalos (JungHoSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora