Cualquiera que pasara por aquí, diría que estábamos en una fiesta de luces, porque ellos nos atacaban en color blanco y nosotros en color azul y rojo.
Rayos de color rojo por aquí, rayos de color azul por allá y otros tantos de color blanco por otro lado.
Sentía la adrenalina mientras me movía por todos lados tratando de esquivar lo que ellos me lanzaban y tratando de alejarlos de Hoseok. En una mirada que nos dimos, le dije que se fuera, pero él negó y se siguió ocultando detrás de las piedras.
Debía encontrar una manera de vencer a Diácon, con él fuera de la pelea, los otros dos no les quedara más que regresar al mar y dejarnos, por el momento.
Lo malo de las brujas, es que, entre más magia uses, más cansado te sientes, y ciertamente, ahora comenzaba a quedarme sin energías, como si hubiera corrido un largo maratón.
Le di una rápida mirada a Kinkaid y ambos entendimos que ya estebamos cansados y que no aguantaríamos mucho más, necesitábamos encontrar una manera de irnos ahora.
Sé que no podría hacer mucho, pero por lo menos lo intente. Concentre todas mis fuerzas en mis manos, concentre todo lo que aun tenia en ellas y el aura azul que normalmente salía de mis manos ahora fue un poco más grande y brillante, tanto, como para distraerlos a todos por un momento.
Hoseok
La luz azul iluminaba el rostro de Alice, demasiado, era impresionante y más, cuando dos de los hombres salieron disparados por los aires. Ahora solo quedaba uno y Diácon. Pero Alice cayó al suelo de rodillas.
-Alice -salí de mi escondite sin importarme que me pusiera en peligro y corrí a su lado, mientras que su hermano seguía cuidándose del otro hombre que aún quedaba -¿Qué sucede?
-Ya no puedo más, me siento cansada
-Ya basta de juegos idiotas -dijo Diácon -ambos sabemos -miró a Alice -que hagas lo que hagas, yo voy a ganar
-Esta bien -dijo ella -me rindo
-¿Qué? -preguntamos su hermano y yo al mismo tiempo
-Pero deja que ellos dos se vayan sin que les hagas nada
-¡Alice! -la llamamos los dos
Kinkaid ignoró al hombre y se acercó a ella.
-¿Qué demonios estás haciendo? ¿Estás loca?
-No, pero no hay nada más que hacer, Kinkaid -comenzó a llorar -es Diácon, no podemos contra él nosotros solos
-Encontraremos la manera -los ojos de Kinkaid demostraban la misma desesperación que la mía
-Ya es tarde -susurró en una sonrisa -solo me queda un pétalo
-Uno es tiempo -dije desesperado
-No
Cerró los ojos y después un fuerte brillo apareció en la parte donde tenia el tatuaje, una suave mueca de dolor y después, simplemente se fue de lado, de mi lado, por lo que la tomé en brazos rápidamente.
-Alice, Alice -la tomé de la mejilla
El ultimo pétalo que le quedaba, había desaparecido.
-Alice ¿Me escuchas? -Kinkaid tomó su rostro, pero ella no despertaba -no me hagas esto -sus ojos comenzaron a brillar en lágrimas -¿Qué pasa con papá, con mamá, con Nana... conmigo... con Hoseok?
-Tu -dijo Diácon hablándole al único hombre que aún quedaba aquí -tráela, vámonos de aquí
-¡No la toquen! -dijo Kinkaid y yo simplemente la abrace con más fuerza -¡Hoseok, llévatela de aquí!
No espere más tiempo, me levanté de la arena con ella en brazos y comencé a caminar al auto mientras escuchaba como a mis espaldas Kinkaid seguía peleando.
-Eres cruel, Alice Joe, primero me haces odiarte, me hipnotizas sin mi permiso, me haces sufrir diciéndome que amas a mi mejor amigo y después me enamoras locamente de ti y ahora... me dejas -sentí como comenzaba a llorar
Casi llegaba al auto, cuando sentí como mis rodillas se doblaban y se enterraban en la arena.
-Ustedes dos, solo lo hacen complicado -dijo Diácon acercándose a mí
Miré por detrás de él, Kinkaid estaba en el suelo, sobre la arena, inconsciente.
-Las cosas no se quedaran así -dije
-Sí, sí, como digas
Al ver al hombre acercándose, no había nada más que pudiera hacer, por lo que simplemente abrace a Alice con fuerza, escondiendo mi rostro en su cuello.
-Te amo, jamás lo olvides... jamás
-Llévatela
El hombre la arrebato de mis brazos.
-Mientras tu... olvidaras todo esto -de su mano salió una luz blanca que me dio en toda la cara que al final, me hizo perder el conocimiento
-Hoseok... Hoseok -comencé a sentir como me movían -despierta, vamos
Abrí los ojos y parpadeé un par de veces para ajustarme a la luz del día.
Me incorpore un poco y miré a Kinkaid a mi lado, aun parecía que se estaba acostumbrando a la luz también.
-¿Qué... qué paso? -pregunté
-...Se la llevaron -dijo
-Debemos ir tras ella
-...Ya no hay nada que hacer
-¿De qué hablas?
-Alice... -bajó la mirada -...ya esta muerta
-¿De que hablas? Aun tenemos tiempo, aun podemos buscar a alguien que nos ayude a sacarla del mar, a que regrese con nosotros
-Entiende, Hoseok, en el momento en que el ultimo pétalo desapareció... ella dejó de existir
-No puede ser así ¡Así de fácil no!
-¡Entiende que ella ya no está! -se cubrió el rostro con sus manos -maldición
Enterré mis dedos en mi cabello y miré al cielo.
¿Cómo demonios paso esto?
-¿Qué va a pasar ahora? -pregunté con el nudo en la garganta
-Me tengo que decir a mis padres... decirles que Alice murió
-Debemos hacer algo, hacer de esto algo grande para que Diácon reciba un castigo
-Probablemente pase eso. Lastimó a un humano y mató a... alguien
Se llevó la mano a la cabeza y cerró los ojos para después, simplemente desvanecerse.
-Kinkaid ¡Kinkaid! -trate de despertarlo, pero no lo logre
Supongo,que por el desgaste de energía de anoche, aun no se recupera del todo.
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Pétalos (JungHoSeok)
Teen FictionTendrás que conseguir su corazón. Esa fue mi sentencia, tengo que conseguir el corazón de la persona que Ligeia amo en vida, debo hacerlo o de lo contrario yo también moriré. 1° Temporada