Complicado

Sentir lo mismo.

"No puedes escapar ahora de mí, no puedes seguir más lejos de mí, te he atrapado en un sueño del que nunca podrás despertar"
—Illusion, Great Guys—

Se sentía agotado, tenía sus piernas un poco inflamadas, llevaba ojeras y una pesadez indescriptible, pese a esto fue al lugar en el que trabajaba, había pedido un taxi porque no podía conducir sintiéndose así, tampoco quiso molestar a Minho ya que su ahora prometido tenía un proyecto sumamente importante y no quería molestarlo.

Cuando llegó a su lugar de trabajo le explicó a su suplente algunas pautas que debía de seguir y le entregó una carpeta con los planes para unos meses a su secretaria, la mujer le pidió que descansara e incluso se ofreció a llevarlo de vuelta a su casa, Taemin negó, asegurando que volvería solo, que estaba bien.

Se suponía que debía de guardar reposo, que debería de estar recostado o sentado, pero no, Taemin odiaba estar sin hacer algo, Minho no sabría tampoco que él había salido, sonrió pensando en cómo los ojos de Choi parecían querer salirse de su lugar cuando estaba asustado, sorprendido o preocupado.

Fue cuando iba directo al ascensor que sintió un calambre en su bajo vientre y se asustó, porque fue tan repentino y seguido de un dolor punzante que lo hizo detenerse y aferrarse a los barrotes que encontró cerca, más de una persona se acercó a él con preocupación.

—¿Se encuentra bien?

Negó volviendo a sentir el dolor, solo que esta vez fue más intenso, sus bebés se movieron y pudo jurar que quizás fue uno solo el que hizo el movimiento, porque a diferencia de como siempre solía sentirlos esta vez habia sido muy leve.

Intentó llevarse las manos al pantalón para buscar su teléfono y llamar a Minho, pero no pudo hacer mucho, no cuando el dolor no se detenía, sintió como alguien lo sujetó cuando sus piernas no pudieron sostenerlo, comenzó a tener miedo, demasiado para ser sinceros.

—Po-porfavor, llame a emergencias.—suplicó abrazándose así mismo.

Para su suerte una ambulancia llegó más rápido de lo que pensó, sintió ver la luz al final del túnel en ese momento, pese a que los dolores no pasaban sintió que estando con médicos podía estar seguro, intentó llamar a Minho, no obstante perdió el conocimiento antes de desbloquear su teléfono.

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M

inho entregó el último proyecto de abril, se tronó los dedos y tomó su teléfono cuando Kibum lo llamó, solo faltaban dos días para la sorpresa de Taemin, todos lo que sabían estaban nerviosos y emocionados, esperaban que todo saliera a la perfección.

—Minho aún no me han llegado los manteles celeste que te dije me enviaras, solo faltan dos días.—fue lo primero que le dijo Kibum.

—Los tengo en mi auto, los llevaré en breve.—respondió mirando su reloj.

—¿Donde estás? Yo iré a buscarlos, tu ve con Taemin, no es bueno que esté mucho tiempo solo.

Le dio la dirección a su suegro y terminó de recoger su maletín para irse a su casa, en donde Taemin llevaba los último cinco días, un bostezo salió de él cuando estuvo en su auto esperando a Kibum, quien llegó muy rápido, su suegro le sonrió y le saludó con emoción.

—Ya quiero que sea el gran día, mi hijo estará demasiado feliz.—dijo Kibum a punto de llorar.

—Lo sé, últimamente todo nos está saliendo bien, mejor de lo que esperaba, no puedo pedirle más a la vida.—fue la respuesta de Minho.