Complicado

Situación.

"La otra noche estaba
tan conectado a ti,
Y la otra noche perdí el control 
Esta cuerda del
destino es
demasiado transparente"
—Mystery Lover, Taemin—

Su mundo se había complicado en pocos segundos, aquel día en el que fue al centro de salud en el cual lo confundieron con la pareja de Minho, pensaba seriamente pedirle a Taesung que abandonaran el caso, por el solo hecho de no querer esos bebés dentro de él más tiempo, sin embargo se encontraba haciéndose una sonografía, a su lado se encontraba el abogado y sus papás, esperaba que con ese estudio fuera suficiente para los cargos.

Sus papás se tomaron de la mano al escuchar los latidos y fue algo que Taemin no notó, no cuando el mismo se sobresaltó al darse cuenta de cómo sonaban los corazones de los bebés que llevaba dentro, porque no podía decir que eran suyos, no cuando no los quería, aún así se sorprendió con los sonidos, debía de confesar que era lindo, o mejor dicho fuera hermoso sí los deseara.

—Ya puede apagar esa cosa, me voy a mi casa.—dijo apartando el aparato y la mano del médico que le hacía el ultrasonido.

Jonghyun escondió su teléfono rápidamente, había grabado un pequeño video, donde captó la duda en su hijo, Taemin tenía ciertas inseguridades, por lo que sus papás se preocupaban mucho, pese a que apoyaban en todo a su hijo, tenían pendiente que él no estaría bien si abortaba, porque su conciencia no lo dejaría tranquilo, lo conocían demasiado bien, por la misma razón estaban esperando el momento indicado para hablarle del tema, porque querían saber que tan seguro estaba para llevar a cabo sus acciones.

Kibum lo ayudó a sentarse mientras Taesung esperaba la impresión de las pruebas, sin despedirse Taemin salió de allí con cara de pocos amigos, volvió a su auto y condujo hasta alejarse un poco, después sacó su teléfono y comenzó a buscar píldoras que lo ayudarían a abortar, sonrió satisfecho cuando encontró lo que buscaba y volvió a conducir hasta llegar al lugar donde podría adquirir el fármaco sin prescripción médica.

—Buenas tardes señor ¿Cómo podemos ayudarle?

—Quiero las píldoras que venden para abortar, el misoprostol.

La mujer que le atendió asintió y fue en busca de alguien más, al cabo de unos minutos, los que a Taemin le parecieron eternos salió un hombre robusto con unas gafas fondo de botella y un bastón.

—¿Cuántas semanas de embarazo usted tiene?.—inquirió el hombre acomodándose sus gafas.

—Unas ocho semanas.—respondió impaciente y ladeó su cabeza al ver que entraba una mujer allí llevando consigo una caja de las píldoras que él quería.

—Perdón señor Byun, acabo de pensarlo mejor, tendré a mi bebé, no tiene que devolverme el dinero, pero yo quiero devolver las pastillas.

El señor Byun asintió y tomó la caja de pastillas, la recién llegada le sonrió antes de despedirse.

—Gracias por sus consejos, gracias a ellos decidí tener el bebé, tenga feliz resto del día.

—Tú igual.—se despidió Byun.

—A mi no me de ningún consejo, yo solo quiero las pastillas.—gruñó Taemin.

Porque estaba cansado de que todo el mundo le dijera que hacer, estaba hastiado de escuchar como los demás querían dirigir su vida, el quería hacer algo y lo haría, nadie podría intervenir en ello, ni si quiera el hecho de que Minho le hubiera dicho que aún lo amaba días atrás, y era algo que dudó en ese momento, sin embargo los últimos días su ex novio estaba comportándose de forma distinta, pese a que él sabía lo que Choi quería.