A veces, la única diferencia entre un sueño y otro sueño, es el mar, o la brisa, o unas sábanas blancas, la música de Bach, un breve parpadeo, unos ojos que duermen, el tranquilo trasegar de una nube, una costura en la memoria, o quizá, la verdadera diferencia se encuentra entre esa burbuja de palabras y sentires donde un soñador se esconde, y ese amplio universo de vida donde otro decide ser libre.