Capítulo 21: Final

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Joaquín se decidió por el pan integral con frutos secos, no tenía tanta hambre como para una ensalada. Estaba cansado, llevaba unos días de ensayos intensivos para su próximo musical. Por suerte hoy Emilio lo había ido a recoger a medio día. Le emocionaba pasar un rato con su... Amigo, en vista de que no habían hablado sobre su relación en esos días.

Joaquín solo se había centrado en disfrutar su vida, y una pequeña parte de ella eran las horas de juegos, mimos, risas, charlas, caricias, coqueteos y dudas existenciales que compartía con Emilio.

- ¿Seguro que no quieres nada de tomar? Llevas ensayando todo el día, debes tener sed. - Joaquín sonrió; era cierto, si tenía sed.

-Tienes razón, un agua estaría bien. - Emilio termino de pedir por los dos y se sentaron en una mesa junto a la ventana amplia y transparente. Emilio extendió sonriente su mano para alcanzar la mano libre de Joaquín sobre la mesa mientras sonreía y recargaba de medio lado su cabeza contra su propio puño.

Eran dos simples chicos, saliendo, luciendo increíblemente enamorados por las miradas que se daban. Y a ninguno le molestaba que los vieran.

-Y ¿Qué tal te fue hoy? - Joaquín paso el bocado de pan para hablar.

-Pues, es asombroso, en serio, creo que pronto voy a lograr esa pirueta tan difícil de la que te conté; aunque el entrenamiento está siendo duro- Joaquín hizo un puchero mientras sobaba una de sus piernas. –Me duelen mis piernitas. - Emilio soltó una risa leve que nacía de la ternura que Joaquín le provocaba.

-Yo te puedo ayudar con eso. - Y alzando las cejas le acaricio la mano.

- ¡Emilio! - Emilio soltó una carcajada y Joaquín se sonrojo, dándole una palmada suave en el brazo.

-Me refería a un masaje, menso- Emilio seguía riendo- ¿En qué pensaste, niño malpensado? - Joaquín hizo gesto de protesta y se rió también.

-Mentiroso, conozco bien esa mirada. – Joaquín lo reprendió señalándolo con un dedo. Emilio rió de nuevo.

-Bueno, sí, pero solo bromeaba. - Emilio tomo un sorbo de agua de la botella de Joaquín, él no había querido comer nada, pues antes de recoger a Joaquín había tomado onces.

- ¿Y qué tal va la nueva canción? - Pregunto enredando sus dedos con el contrario aun sobre la mesa, a la vista de todos. Emocionado de escuchar su pregunta a Emilio se le iluminaron los ojos.

-Bien, de hecho, es terapéutico, estoy tomando todas mis emociones para hacerla, coloque un pedazo de mi corazón, muero por enseñártela. - Joaquín sonrió mirando embobado a Emilio y como irradiaba al hablar de lo que le gustaba.

-Muero por escucharla. - Joaquín ya casi acababa su pan.

- ¿Estas muy cansado? - Joaquín lo miro confundido.

-Un poco ¿por...? - Emilio miro de medio lado.

-Me gustaría mostrarte algo. - Joaquín alzo las cejas cuestionando.

- ¿Qué? –

Emilio sonrió pícaro.

-Es sorpresa-



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-Emi, ¿Falta mucho? - Joaquín sonaba asustado, puesto que era llevado con sus ojos tapados por Emilio quien lo dirigía a quien sabe dónde.

El brillo en tus ojos ··· EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora