Capitulo 2: Eres mi tipo

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El mundo se paró por un momento para los dos, Emilio se aferraba a la muñeca de Joaquín, intentando comprender lo que acababa de pasar. Joaquín por otra parte había detenido sus latidos, el aire se contuvo en sus pulmones y su cabeza se atascó. Ni en su más fantasioso sueño espero recibir esas palabras de Emilio.

Emilio analizo su situación, no estaba seguro de donde venía lo que le había respondido a Joaquín. El ama a Joaquín, si, lo amaba; como un hermano, quería protegerlo, ayudarlo, no quera verlo sufrir y no podía imaginarlo lejos de él. Pero el caso daba precisamente premier a que Joaquín saliera con el corazón roto, y eso rompería el corazón del mismo Emilio. Tal vez...

Tal vez si se quedaba cerca, ayudaría poco a poco a Joaquín a superarlo.

Emilio tubo una idea, una idea loca y totalmente descabellada. A veces era tonto, pero aun peor, era impulsivo, lo suficiente para no pensarlo a profundidad.

Joaquín no pudo contener más sus emociones, sus lágrimas descendieron por sus mejillas y eso orillo a Emilio a secarlas y rápidamente abrazarlo. Joaquín se refugió en el pecho de Emilio y Emilio lo envolvió de manera cálida y protectora.

-Por favor, dime que no mientes. - Emilio pudo escucharlo aún a través de su camisa y su corazón se apretujo. Emilio si mentía, pero es que Emilio haría cualquier cosa por Joaquín, por mantener esa mirada que contenía un brillo especial, un brillo que bajaba sus defensas, era algo que recién descubría, algo que seguramente otros si sabían.

-No miento- Mintió de nuevo, pero al sentir a Joaquín presionarse más contra él, la culpa se disipo un poco. Lo separo levemente tomándolo de los hombros para poder observarlo a los ojos y con una sonrisa puso en marcha su plan –Qué te parece si tomamos las cosas con calma, aún nos queda el resto del día. Podemos comer algo, y hablar un rato. - Emilio pensó que con más calma podría indagar  que era exactamente lo que Joaquín sentía, y en cómo podría ayudarlo.

Joaquín sonrió sintiéndose cálido en la mirada oscura de Emilio. Con su cabeza asintió varias veces de manera enérgica.

Y ambos sintieron alivio.

*********

Después de calmarse y por fin pedir su bebida, Joaquín se dispuso a hablar de manera amena con Emilio. Hablaron de trivialidades, de amigos, de recuerdos, bromeando y riendo. Emilio asombrado por las ocurrencias de Joaquín y lo random que podía llegar a ser. Joaquín maravillado con la madurez de Emilio para algunas cosas y muerto de risa por su sentido del humor.

Al terminar sus bebidas y después de hablar un tanto más, Emilio invito a Joaquín a caminar un rato en un centro comercial que se encontraba cerca, por la hora y el día sabían que no se encontrarían a muchos fans y que, de hecho, estaría casi vacío.

Joaquín caminaba con tranquilidad, sus ojos se detenían fijamente en las prendas de los maniquíes de las tiendas de ropa, con su mirada de concentración, quijada elevada y labios salidos. Emilio miraba a Joaquín analizándolo, lucia tranquilo y feliz, y Emilio no quería dañar eso, pero en su mente se preguntaba si era correcto decirle ahora la verdad, o cuánto tiempo tendría que esperar para que fuera seguro decírselo sin correr el riesgo de romper su corazón.

Emilio busco dentro de si el valor necesario para tener una conversación más profunda con Joaquín.

-Joaco, tu...-Emilio se sorprendió a si mismo al no encontrar sus palabras- Tu... quiero decir, yo...- No sabía cómo decirlo, como preguntar, como comenzar la conversación sobre ese tema. - Me refiero a que tu...- Siendo tan elocuente se asustó de como los nervios lo hacían tartamudear.

Joaquín lo miro confundido, pero al ver su rostro y encontrarlo levemente sonrojado algo en su mente lo capto y de inmediato el sonrojo se le contagio.

-Te refieres a lo que te dije temprano- Joaquín podía llegar a ser mucho más valiente, y mucho más arriesgado.

-Bueno sí. - Un silencio se manifestó por unos minutos, unos en lo que la mente de ambos trabajaba a mil por hora.

Joaquín tenía dudas a cerca de lo que Emilio quería que le dijera, y aún mas que era lo que debían de hacer después de haberse confesado mutuamente. Emilio, aún tenía su debate mental, algo a lo que no estaba acostumbrado al ser un chico tan decidido normalmente.

-Pues creo que yo ya te dije todo. - Joaquín actuó con naturalidad, haciendo de cuenta que hablaba de otra trivialidad, pero su sonrojo lo delataba. –Tal vez solo me queda decirte que en serio me sorprendió tu respuesta y aún no te creo. -Joaquín agacho su cabeza, era honesto, de nuevo.

Ese era el momento perfecto para retractarse y decirle: "Si, lo dije para no herirte, para que no te alejaras y no me hirieras a mí", pero algo en la cabeza de Emilio no funcionó bien y de hecho se concentró en el tono de fragilidad escondido en lo que Joaquín dijo.

- ¿Porque no me crees? - Y ya era muy tarde para morderse la lengua.

-Pues, no quiero ofenderte, pero eres muy hetero. - Emilio soltó una carcajada al notar el tono de insulto en forma broma en la voz de Joaquín.

-Bueno, no, es solo que, tengo la sensación que tu... me quieres, pero no de esa forma. Eres amable y agradable conmigo, pero, sé que te gustan las chicas, sé que incluso somos muy diferentes y que si te gustara un chico no sería yo, no soy para nada tú tipo. – Emilio se sorprendió, no era la imagen que tenia de sí mismo, pero de alguna manera la letra encajo con la música, excepto por lo último.

Si Emilio fuera gay, que no lo era, Joaquín si sería su tipo; un chico tierno y alegre, agradable y divertido, solidario y amoroso, sonaba a la chica perfecta, pero en chico, ¿no?

-Eres totalmente mi tipo. - Dejo salir su pensamiento con una risita tierna, sin pensar en las consecuencias, sin tener misericordia con el corazón acelerado en el pecho de Joaquín.

Joaquín miro hacia su lado derecho, procesando lo que Emilio acababa de decir, él era muy honesto y mucho más valiente.

-Pues, nunca he sentido que me veas de esa manera, incluso en este momento... no tienes una intensión romántica. - Joaquín era tan inteligente, tan difícil de engañar. Emilio debió notarlo, debió notar lo absurdo de su plan, pero Emilio tenía una confianza absoluta en sus dotes de actor y en su conocimiento sobre Joaquín.

-Bueno. - Con lentitud levanto su mano hacia la del contrario, tomándolo desprevenido, con delicadeza entrelazo sus dedos y soltó un suspiro. - Sabes que soy muy lento... puedo llegar a ser un menso. - Dijo con un toque de pena y le mostró su más hermosa sonrisa. Los ojos de Joaquín se iluminaron al contemplar un ángel sonriente, y Joaquín callo. Por qué Joaquín era muy inteligente, pero también amaba mucho a Emilio y la idea de ser correspondido era tan irreal que se permitió ser fantasioso y creer en esa magia.

-Lo eres- Rió apretando su mano de vuelta.

Emilio también rió sabiendo que era en broma.

El brillo en tus ojos ··· EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora