Capítulo 12: Merezco ser feliz.

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Tener una charla con Joaquín siempre era entretenido y enriquecedor porque su mente estaba llena de maravillas. Emilio reía ante las ocurrencias del chico mientras les retiraban el maquillaje. Era lunes, habían tenido llamado y habían grabado, ahora estaban en el camerino riendo amenamente mientras hablaban con los pocos de producción que quedaban, era un poco tarde.

-Pero te digo, es una locura, en Japón están locos. -

-No creo que tú puedas hablar de locos, Joaco- Katie rio recogiendo sus cosas. Emilio estuvo de acuerdo con ella, riendo en silencio.

-Te vi- Joaquín estrecho los ojos amenazador y Emilio rio más fuerte.

- ¿Me vas a negar que estás loco? - Joaquín rió.

-Bueno, si estoy muy loco, pero ¿qué sería de este mundo sin la locura? -

-Muy aburrido-Emilio lo miraba sonriente.

-Bueno chicos los dejamos, mañana hay que madrugar y ya estamos cansados. - Katie se despidió

-Por supuesto, cariño, nos vemos. - Joaquín le dio un beso en la mejilla, Emilio solo hizo gesto de adiós aun con una sonrisa.

-Bueno, ya todos se fueron, ¿quieres que te lleve a casa? -

- ¿No es muy tarde? Mejor cojo un Uber, luego llegas más tarde a tu casa por llevarme a mí. - Emilio sonrió

-No tengo problema con eso, vamos yo te llevo. - Joaquín regreso su sonrisa, Emilio se veía muy guapo hoy, y todo el día había querido besarlo, pero no había tenido la oportunidad. Emilio estaba de pie terminando de recoger sus cosas cuando Joaquín lo tomo de su brazo levemente para que volteara a verlo, Emilio lo hizo.

- ¿Qué pasa, chiquito? - Joaquín se sonrojo, con Emilio siempre terminaba siendo el más atrevido, pero, aun así, crea que a Emilio le costaba tomar la iniciativa debido a que era un chico.

O porque no le gustas. Dijo una voz en su cabeza

Joaquín sacudió esa idea y se acercó a Emilio, tomo en sus manos las mejillas del contrario sintiendo la suavidad y se empino un poco en sus pies para robarle un beso, Emilio le correspondió pasando sus manos por su cintura para abrazarlo, terminando aún más cerca.

Emilio había descubierto en este tiempo que además de que Joaquín era muy cariñoso, le gustaban los besos, sobre todo cuando eran lentos y largos, que le gustaba ser abrazado, esconderse en su pecho y que a él no le molestaba nada de eso. Se sorprendía con la facilidad que se había acoplado a ser pareja de Joaquín, no solo en el trabajo, sino en cualquier área de su vida.

Por alguna razón sintió miedo, no entendía bien a que le temía, pero algo lo hizo sentir como si de repente todo fuera incierto, hasta que las manos de Joaquín descendieron por su cuello hacia su pecho y luego a su abdomen.

Emilio recordó que no tendría por qué estar prevenido con Joaquín; Joaquín pensaba que se gustaban mutuamente y por eso era normal que quisiera tocarlo y se sintiera libre de hacerlo.

Joaquín no quería ser abusivo, solo que en medio del beso se había concentrado tanto que sentía la urgencia de estar más cerca de Emilio, sentía necesidad de tocarlo. Sus manos acariciaban el trabajado abdomen mientras que sentía como Emilio acariciaba su espalda de arriba abajo.

El teléfono de Emilio sonó, él se detuvo y se separó de Joaquín, Emilio se hizo el loco al ver una pisca de decepción en Joaquín y rápido contesto la llamada entrante.

-Papa-

-Emilio- la voz de su padre no sonaba feliz, su piel se erizo al tener un mal presentimiento. - Tenemos que hablar- Emilio comenzaba a odiar esa frase. - Ven para mi casa ya- Emilio iba a reclamar cuando su padre lo interrumpió. - Y trae a Joaquín. -

El brillo en tus ojos ··· EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora