Sentados cara a cara se encontraban dos hombres, de mirada intimidante bastante similar. Ambos tenían facciones serias y sus narices afiladas hacían sus rasgos más duros, sobre todo en el mayor.
- ¿A que debo tu visita? - Juan tomo del vaso en su mano, Emilio lo imito justo antes de suspirar.
- Vine a sincerarme contigo, papa- Juan sonrió de medio lado a lo que Emilio le dijo. – Joaquín y yo estábamos saliendo de manera romántica- Emilio miro al piso.
-Lo sé, ¿que con eso? - Emilio volvió a suspirar, esta vez cargado con un poco de frustración.
-Se lo que hiciste, fue muy obvio lo de Diana. – Juan dejo de sonreír, mirándolo de nuevo con seriedad.
-Era un plus para tu carrera, no hice más que pedir a mis amigos que te impulsaran, que se enfocaran en ti. -
-Pudiste hablarlo primero conmigo. –
-Me mentiste, trate de que lo habláramos, pero ambos negaron una relación. -
-Sí te hubiésemos dicho, ¿habrías hecho otra cosa? -
-Claro que sí, hijo. Somos equipo, quiero que logres todos tus sueños. -
-Bueno, no te mentimos, no éramos novios. - Juan elevo una ceja. – Aun no lo somos, la embarré, y fue parte del por qué yo te mentí. - Juan suspiro, ahora sí que no podía comprender a su hijo.
-Explícate, no te estoy entendiendo. -
-Joaquín me dijo lo que sentía y yo le dije que me sentía igual, pero no era así, ósea, sí, pero no me había dado cuenta, aggrr.- Emilio sacudo su pelo con desesperación.
-Emilio. - Juan lo llamo con firmeza. – Ya estás en edad de ser serio, di lo que paso y ya.-
-Me enamore de Joaquín desde hace unos meses, o eso sospecho, hace como un mes comenzamos a salir, pero yo le mentí, porque no sabía lo que sentía, no tenía nada claro y ahora él sabe la verdad. - Juan tomo la pierna de Emilio en gesto de confortamiento.
- ¿Porque crees que te mentiste? - Emilio miro fijamente a los ojos a su padre
-Por ti. - Sus ojos se aguaron. – Siempre he querido ser tu orgullo, creo que tengo en mi mente la imagen de él que sería tu hijo ideal, y ese hijo ideal no tendría un novio, y menos uno como Joaquín. - Juan elevo una ceja y con un poco de brusquedad, como la que sus padres le habían inculcado abrazo a su hijo.
-Ya, ya. - Emilio, soltó un poco sus sentimientos con unas cuantas lágrimas, Juan se alejó de nuevo.
-No necesito un hijo ideal, estoy orgulloso de ti. - Juan respiro profundo. - Si, lo que tenía pensado para ti no era esto, pero te puedo asegurar que ni el 90 % de las cosas que en mi vida me han salido como las planee. Eso es algo a lo que me puedo ajustar. - Emilio sintió alivio, sabía que su padre ahora le estaba mostrando que todo podíamos cambiar nuestras perspectivas.
-Como padre te apoyo, como Manager siempre hare lo mejor para tu carrera. -
Emilio tomo todo el valor, ya más recompuesto lo miro directo a los ojos. –Bueno, ahora debo hablar con mi manager, entonces. - Emilio supo que ya era un hombre para tomar y asumir sus decisiones.
-Pienso pedirle a Joaquín que sea mi novio, quiero que hay este mi padre, por supuesto, pero por otra parte debes saber, que decidí que no voy a esconder mi relación con él, si Joaco me dice que sí, no voy a salir con nadie más para los medios, ni nada parecido y si el me lo pidiera incluso haría publica nuestra relación. - Juan lo miraba serio en silencio analizando la determinación en su mirada.
-Es tu vida. - Emilio no sintió mucha paz con esas palabras frías. – Y yo voy a estar ahí para apoyarte. - Entonces Emilio sonrió de medio lado, su padre lo amaba y se lo demostraba, a su manera.
+
Joaquín abrazaba su almohada mientras escuchaba música con sus audífonos. Se estaba dando un espacio a el mismo para pensar, había sido un día muy atareado. Algunos recuerdos del último mes le dolían; tantas salidas, risas, besos, abrazos... Joaquín y Emilio habían caminado un gran trayecto juntos en tan poco tiempo. Joaquín ya estaba enamorado; eso era lo que sentía, y le aterraba un poco que hubiese sido tan rápido, pensó que era normal que le gustara Emilio, incluso antes de salir ya le tenía un cariño muy grande, pero el acababa de descubrí que los sentimientos podían ser como plantas, y que al nutrirlas crecían y se hacían fuertes, y al parecer la falta de sol y agua, dolía, pero aun no sentía que se pudiese marchitar lo que sentía por Emilio.
-Mi muy aburrido hermano- Renata entro a la habitación a oscuras, viendo a Joaquín aun con la ropa del día, recostado sobre su cama mirando a la nada con lágrimas escurriendo por los lados de su cara, se preocupó. –¿Que paso? -
Joaquín se sentó abrazando sus piernas y mostrando un puchero. - Ven- Renata obedeció, acercándose para sentarse en la cama de su hermano. – Abrázame, ¿sí? - Renata obedeció de nuevo, lo rodeo con sus brazos, acariciando su espalda.
- ¿Qué hizo el meso? - Joaquín negó con la cabeza, estaba odiando sentirse así. Y por primera vez en un tiempo estaba dándose permiso de estar triste, de ser vulnerable, no le gustaba haber sido orillado a eso.
-Si no me lo dices, iré a casa de Emilio y se lo sacare, a las malas, por supuesto. - Joaquín la miro mal aun con un puchero. Ella se rio, y se retiró para darle espacio de hablar.
-Emilio, tiene un enredo y me mintió, me involucro en su confusión. - Joaquín frunció el ceño ahora estaba bravo. –El tonto ese me mintió, dijo que sentía algo por mí, me invito a salir, me dio flores, me mimaba, me besaba...- Joaquín recordó la última vez que lo vio. –El... él me dijo que me amaba y luego me confeso que todo fue una mentira. - Renata frunció el ceño.
- ¿Cómo así? ¿Qué le pasa? Eso ya es demasiado cruel. - Renata puso las manos en su cadera en forma de molestia.
-Bueno, no, no es su culpa del todo. -
-No trates de justificarlo, se merece que vaya ahora mismo a castrarlo, nadie le rompe el corazón a mi hermanito. - Joaquín elevo las cejas, Renata lucia realmente molesta.
-No, escúchame, es que no es del todo su culpa- Renata lo volteo mirándolo a manera de cuestión. - Bueno, él si me ama, pero fue difícil para el descubrirlo, no lo puedo juzgar por estar confundido, todos pasamos por dudas. No justifico que me mintiera, pero yo también me equivoque. - Joaquín miro hacia su regazo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de nuevo. Joaquín no se vería como una víctima, nunca. Él sabía que debía tomar la responsabilidad de sus acciones también. –Sí, el me mintió, pero yo lo deje mentirme. Podía sentir en mi corazón que algo no estaba bien, que él no estaba al 100 % convencido, que algo no encajaba, tal vez si me amaba, pero yo sabía que tenía un conflicto interno y aun así me hice el que no era conmigo, todo porque la ilusión de ser amado por él era muy grande, me deje llevar por mis sentimiento, cuando debería haberle dado un alto, haberlo dejado aclararse, pero el miedo de que al final no me correspondiera me gano, preferí tenerlo a mi lado en las dudas, que respetar su espacio.- Joaquín cerro sus ojos acunando su cara entre sus brazos aun abrazando sus piernas, dejando salir su llanto.
-Joaco. - Ren más calmada se acercó a su hermano de nuevo para abrazarlo.
-Él se disculpó, estaba llorando, odie verlo tan mal. - Joaquín dejo salir más lamentos. – Odie verlo tan frágil, yo también me sentía así, pero no podía decirle que lo perdonaba, no aun, el rompió la confianza, se... sé que él me ama, eso se lo puedo creer, pero...- Joaquín tomo aire, Los ojos brillantes de Emilio vinieron a su mente, unos ojos que lo miraban con adoración. En medio de sus sollozos, se estaba sincerando. – Pero... tengo miedo, y no sé de qué...-
- ¿Si sabes que no hay forma de reconstruir la confianza? Cuando se rompe, se rompe. - Joaquín elevo su mirada con un gesto de miedo. –Lo siento, pero no hay nada que Emilio pueda hacer, solo te queda confiar. - Joaquín trago saliva. – Aterra, pero creo, hermano, que ahora vas a descubrir por ti mismo si es verdad que el amor le gana a todo, incluso al miedo. -
Joaquín no durmió en toda la noche, esta vez no fue por llorar, esta vez era porque no podía dejar de pensar, analizar internamente sus propios temores.
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El brillo en tus ojos ··· Emiliaco
FanficJoaquín gustaba de Emilio, Emilio lo sospechaba, Emilio no podía corresponderlo, pero haría cualquier cosa para preservar el brillo en sus ojos.