Capitulo XVII.

173 16 2
                                    

"Feliciano, sé que ha pasado tiempo, pero... no, estoy seguro que así no se debe comenzar una carta. Siempre regaño a mi compañero de cuarto por no saber redactar y mírame ahora.

Bueno, sí que ha pasado tiempo. ¿El macho patatas te ha tratado bien? Te dije que lo golpearas en las bolas si te llegase a tratar mal.

No sé qué mierda poner.

Supongo que te has de preguntar como he estado yo. He estado bien, mejor de lo que quisiera admitir, me he puesto a estudiar la Universidad, ¿no es genial? Jamás pude ir a una, pero ahora puedo. No es divertida como te la pintan en las películas, apenas tienes tiempo de respirar, sobre todo si trabajas. Estoy trabajando en un restaurante chino por cierto, podré prepararte algo cuando vaya a visitarte.

Claro, sí tu quieres que te visite. Después de irme sin más es normal que no quisieras verme, pero si así fuera, bueno, tú quizás podrías invitar a ese viejo idiota y al macho patatas. Estaré bien aunque él esté ahí, lo prometo.

Aunque ahora mismo estoy en los Estados Unidos, tendré que esperar hasta mis vacaciones para ir a verlos, intentaré pedir las de mi trabajo también. ¡Mas te vale tener una cama cómoda para mí o no te cocinaré nada! ¿Entendido?

Y si es que tú no quisieras verme, entonces por favor lee esta carta hasta el final.

Cuando me fui, pensé que no pasaría más de un mes para que yo partiera de este mundo, me encontrarían en la calle muerto y sería echado a una fosa común. Entonces Antonio y Gilbert llorarían en mi funeral, pero al menos estarían. Y en la parte más retorcida de mi mente, pensé que eso me gustaría.

No sé porqué te estoy contando esto, debería contarte cuanto ha mejorado mi vida, ¿verdad? Pero... tu hermano sigue siendo algo patético todavía.

No sabía como sobrevivir, pero lo hice. Era demasiado cobarde para matarme, pero al mismo tiempo demasiado estúpido para seguir viviendo.

Lo único que me mantuvo con vida hasta ahora, fue que yo no quería verte llorar. Imaginarlo me hacía dar dos pasos más hacia mi futuro. No sé como antes no pude verlo.

Jamás diré que fue más fácil alejarme de todo, porque no lo fue. No era borrón y cuenta nueva. Era saber flotar sobre la mierda que me rodeaba.

Pero un día descubrí que no tenía que flotar, sino limpiarla.

Ni puta idea de cómo lo descubrí, llegó como te llega la fiebre, con síntomas previos pero sin avisos. Quise dejar de sentirme mal conmigo mismo, dejar de llorar y poder tener un futuro brillante; y mientras tú eras una de mis motivaciones, también descubrí que no eras la más importante, era yo.

Mi psicólogo es un imbécil bonachón, le encanta la navidad y su familia. No tienes ni idea de cuantas fotos tenía en el primer despacho donde lo conocí, ahora es mucho peor, solo que con un sitio dos veces más grande. Él me dijo que primero me tenía que amar yo, para poder algo más. No lo entendí, incluso ahora me cuesta trabajo entenderlo, porque... ¿qué había de bueno para amar de mí?

Era un tifón.

Pero incluso los tifones traen cosas buenas, despejan las tormentas y permiten que el sol salga.

También quería que mi cielo se despejara, así que junte un valor que nunca tuve y seguí adelante. Por supuesto, también me mediqué, no todo se sana con una puta buena actitud y voluntad.

Quizás se te esta haciendo un rollo leer toda la mierda de tu hermano mayor, pero no tengo el valor para decírtelo en la cara. Algún día tal vez pueda.

Psicología del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora