Shi Huan rodó en la cama, estirándose para alcanzar el móvil y apagar la alarma. Una vez que consiguió el deseado silencio, se quedó bocabajo, con los ojos cerrados a medio camino de quedarse dormido nuevamente.
En su estado adormilado, los recuerdos de la noche anterior volvieron a través de una niebla suave. Recordó la mirada satisfecha de Nicholas Long cuando comprobó que había cumplido su deseo y vestía un qipao color celeste con diminutas nubes bordadas en las mangas y el cuello rígido. Recordó la llegada al elegante restaurante y las miradas que les siguieron mientras Nicholas saludaba al propietario y presentaba a Shi Huan sin aclarar la relación entre ellos. Recordó haber conocido a la causa de que él fuera invitado a ese evento – la señorita Lyla Cheung era una mujer hermosa y era evidente que estaba ansiosa por meterse en la cama de Nicholas: Shi Huan hubiese podido gruñirle a la hembra y golpearla en esa cara maquillada con su abanico... si hubiese llevado algún abanico, claro.
A pesar de los constantes intentos de Lyla Cheung de atraer la atención de Nicholas Long, la noche había sido apacible, cordial, con pequeñas bromas por parte de ambos. Nicholas evitó con pericia responder cualquier pregunta del joven acerca de su hermano menor y se concentró en saber más de la vida de Shi Huan. Era fácil hablar con Nicholas: Shi Huan le contó acerca de sus años en el servicio de acogida estatal, de su amistad con Xian Le y con Ban Yue, de su profesor favorito y de las coreografías en que participara hasta el momento. Ante la pregunta de Nicholas sobre si ya había comenzado a trabajar en su presentación de fin de año, Shi Huan tuvo que admitir que quería representar un tema del folclor y se había decantado por algo de la Señora del Viento; pero encontrar información acerca de ellos era casi imposible.
Shi Huan saltó, sentándose en la cama con los ojos muy abiertos y el cabello revuelto.
—¡Mierda! — masculló antes de estirarse para agarrar el celular y comprobar que ya eran las siete y treinta.
¡Apenas tenía una hora para preparar su equipaje antes de que ese tal Gu Zhi viniera a recogerle!
Oh sí, su admisión de no haber conseguido encontrar un tema para su coreografía había desembocado en Nicholas invitándole a ir ese fin de semana al continente para poder visitar la región en que fuera descubierta la tradición de la Señora del Viento por el autor de la ópera. Shi Huan intentó negarse, naturalmente; sin embargo, los días pasaban y precisaba montar esa coreografía si esperaba sacar el semestre y era solo un viaje de una noche, así que antes de irse a dormir, Shi Huan llamó a Song Xia y le pidió el fin de semana en aras de salvar su carrera. Song Xia no puso muchos inconvenientes y Ban Yue había gritado desde el otro lado: '¡diviértete, gege!' ¡No iba a divertirse! ¡Iba a hacer investigación de campo!
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Gu Zhi se enderezó al ver al joven salir del edificio e hizo una reverencia, sonriendo.
—Saludos, joven maestro Shi.
—Eh... buenos días, Gu Zhi. ¿Te hicimos levantar muy temprano? Estoy seguro de que podríamos haber salido más tarde.
—El señor Long desea aprovechar el día. Ya que deben regresar mañana, es mejor si hoy tienen más tiempo. No se preocupe, joven maestro Shi: descansé lo necesario.
Shi Huan lo contempló, arrugando la nariz y finalmente se encogió de hombros.
—Como quieras. Y qué manía de ustedes de estarme llamando 'joven maestro Shi'. ¡Ni que estuviésemos en una de esas estúpidas novelas de transmigración!
Gu Zhi solo sonrió, divertido por el carácter desenfadado del joven. No mucha gente se habría comportado de ese modo cerca de Shuǐlóng nì tiān. De hecho, los demonios, humanos y oficiales celestiales que se acercaban al 'dragón de agua' mantenían una actitud respetuosa, rayando en lo servil. Gu Zhi mismo era bastante cuidadoso al comunicarse con su maestro ya que si bien Shuǐlóng mantenía una apariencia distante, su cólera solía ser temible e... inesperada.
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Mi destino... nuestro destino
FanfictionShi Huan es un universitario como cualquier otro con un empleo de media jornada. Aunque su vida no ha sido un lecho de rosas, él siempre ve la parte buena de todo - incluso de su silencioso y tragón compañero de cuarto y 'casi' novio. Pero la vida...