Shi Huan miró en derredor. Sus compañeros de trabajo y estudio se habían reunido en el restaurante. El señor Chu había cerrado más temprano para que pudieran usar el local para la fiesta. El joven rio al ver a Ji Hui intentando convencer a Song Xia de aprender a bailar salsa y al voltearse, vio a Xian Le y su esposo sentados a una mesa.
En ese momento, Shi Huan se dio cuenta de que conocía a Xian Le desde hacía casi ocho años y sin embargo, el otro se veía tan joven como la noche en que le encontró sentado frente al teatro. También se percató de que desde que le conocía, San Lang había estado a su lado. Shi Huan no recordaba haber escuchado nunca cuándo o dónde se celebrara el matrimonio de esos dos, pero lo cierto era que aseguraban estar casados ¡y hasta usaban anillos que lo probaban! Además, ¿cuánto tiempo podrían llevar casados? Ninguno de los dos podía tener más de treinta años – a menos que fueran asiduos visitantes de una clínica plástica.
—¿En qué piensas, Huan-gege?
Shi Huan desvió su atención a Ban Yue.
—Me preguntaba cuánto tiempo llevan casados Xian Le y...
—¡Uf! Más años de los que te gustaría contar — aseguró la chica, rodando los ojos —. Mucho, mucho tiempo. ¿Cuándo podré ver el video de tu presentación?
—La escuela lo subirá a la red la próxima semana. Me encargaré de descargarlo para ti.
—Qué bueno. Nunca te he visto bailar.
—Hemos salido juntos decenas de veces...
—Digo bailar de verdad; no dar saltos en una disco. Bailar como... como se bailaba antes. Con elegancia... con glamour —. Puso una expresión soñadora —. Me gustaría poder bailar así; pero soy torpe como una tortuga.
—Es cuestión de práctica sobre todo. Si practicaras... Yo podría enseñarte a bailar, ¿sabes? Ahora, por ejemplo, voy a tener tiempo libre por las vacaciones y podríamos...
—No creo que tengas tanto tiempo libre como piensas — señaló ella, pícara —. Alguien querrá pasar tiempo contigo.
—Nicholas tiene sus propios asuntos que atender — afirmó él, sacudiendo la cabeza —. Además, no es como si tuviéramos... como si nosotros fuéramos...
Ban Yue lo observó con ambas cejas alzadas.
—¿Por qué te cuesta tanto decirlo? Ya decías que el otro idiota era tu novio.
Shi Huan se echó a reír.
—Nunca te agradó Ming Yi. ¡Ni siquiera lo conoces, Ban Yue!
—Sí que lo conozco. Es un idiota que no sabe valorarte y que ha puesto siempre otras cosas por delante de ti. Shui... El señor Long no hará eso. Nunca. Él... él realmente te quiere.
El joven dejó de reír, asumiendo una expresión seria.
—No lo conoces para afirmar eso.
—Basta con verlo — se encogió de hombros —. Con ver cómo te trata, cómo no se ha dado por vencido contigo. Por cierto, ¿dónde está? ¿No van a celebrar juntos?
—Pues, creí que vendría al menos un momento; pero después de la presentación me envió un mensaje diciéndome que tenía un asunto que atender, que nos veríamos mañana...
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Mi destino... nuestro destino
FanfictionShi Huan es un universitario como cualquier otro con un empleo de media jornada. Aunque su vida no ha sido un lecho de rosas, él siempre ve la parte buena de todo - incluso de su silencioso y tragón compañero de cuarto y 'casi' novio. Pero la vida...