Mi destino... nuestro destino

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—Tienes cara de estar en las nubes, Huan-gege.

—¿Mhm? — Shi Huan volteó el rostro para encontrarse con la mirada intrigada de Ban Yue —. ¿Decías, A-Yue?

—Estás ensimismado... pero de una buena forma. Como si pensaras en algo agradable. ¿Sucedió algo que yo no sepa, Shi Huan? ¿Algo... bueno?

—No realmente. O sea, no después de que se resolvió lo de la beca.

—Sí, no nos explicaste cómo exactamente se resolvió ese asunto, Shi Huan — intervino Song Xia —. ¿Quieres decirnos ahora?

—Mhn... sí, las Empresas Shuǐlóng hicieron una donación a la Academia para financiar la beca de danza. Nicholas está pensando crear una compañía artística y nosotros seremos los primeros candidatos para conseguir una plaza.

—Nicholas? — repitió Song Xia, frunciendo el ceño.

—Como... Nicholas Long? — sugirió Ban Yue, con una sonrisa pícara.

—Eso dije. El señor Long quiere crear una compañía y...

—Lo llamaste Nicholas —, dijo la chica mayor —. Solo Nicholas.

—¡Oh! Es eso, ¿cierto? — palmoteó la menor —. ¡Estás saliendo con él! Por eso estás en las nubes... finalmente están saliendo en serio. Para eso fue el viaje del fin de semana, ¿verdad? Mhn! ¿Fue romántico, Huan-gege? La primera vez siempre es tan especial...

—¿Qué? ¿De qué hablas? ¡No! Fuimos a visitar un sitio para mi investigación para la coreografía. Nosotros no... Nicholas y yo no... ¡Me ve como a su hermano, ¿sí?! ¡Su hermano menor!

Ban Yue hizo un mohín.

—Ya.

El silencio siguió durante unos segundos.

—Estaba pensando en el disfraz que he conseguido para mañana en la noche — confesó finalmente Shi Huan.

—¿Disfraz?

—Voy a una fiesta de disfraces. Nic... el señor Long me ha pedido que le acompañe y he conseguido un disfraz genial.

—Vaya. Fiesta de disfraces. ¿El evento de la galería de arte tal vez? Es una fiesta importante. Ese hombre realmente te ha tomado aprecio.

—Dice que me parezco mucho a su hermano menor y el chico... bueno, el chico murió y Nicholas se siente culpable.

—Ajá. Y... ¿qué opina Ming Yi de todo eso?

Shi Huan palideció ante la pregunta de Song Xia. Toda la alegría y el entusiasmo por su disfraz se transformaron en una bola de disgusto que se atascó en su garganta.

—Ese no tiene nada que decir — se encogió de hombros Ban Yue —. No es como si fuera el esposo de a-Huan. Entonces, Huan-gege —continuó, volteándose hacia el joven con una sonrisa radiante —, ¿me cuentas qué disfraz es ese tan especial que conseguiste?

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He Xuan contempló los huesos desperdigados en la arena oscura.

Destruidos. Los dragones de hueso del mar del este habían sido destruidos, reducidos a huesos blancos semienterrados en la arena.

El Supremo extendió una mano en dirección a los huesos y concentró su poder, intentando convocar la energía remanente en ellos. Al cabo de unos minutos, dejó caer el brazo.