Esto Es La Guerra

Cap 23

TP Kitt

¿Helado? Listo.

¿Frituras? Listo

¿Alcohol? Doble listo

¿Música deprimente y exageradamente triste?. Listo

Increíblemente jamás me imaginé estar comprando está clases de cosas otra vez. Claro que la primera vez no tenía nada que ver con alguna desepcion amorosa, sino mas bien porque tenía que ver con cierta frustración que sentí una vez por culpa de Míng y ahora que lo pienso es increíble que sea la segunda vez que me hunda en esto, y que además, nuevamente sea por el. La primera vez había sido porque claramente no pude tolerar que haya llevado a una chica a casa. Oh mierda, ahora que lo pienso otra vez puede que esto, que recién ahora me entero, lo haya sentido hace ya mucho tiempo, aunque claro esa chica solo había ido a estudiar y la de hoy claramente estaba también estudiando pero la anatomía de Míng. Gracioso porque el que estudia medicina soy yo. En todo caso debería decir que ellos estaban estudiando la movilidad de sus engranajes. Maldita sea. Creo que Míng es y va a ser la causa de muchas nuevas cosas.

Le di un largo trago a mi bebida. Aún no puedo creer lo estúpido que soy, esta más que claro que no es la primera vez siento celos, aunque claro, la primera vez no los había notado como tal. Siempre lo relacioné con el odio y las estúpidas bromas. Pero ahora que ya estoy jodido puedo decir que prácticamente se cuándo y cómo pasó. Todo empezó con una puerta. Jamás me imaginé que el amor me golpeara, literalmente, porque recuerdo que cuando esa puerta me dió de lleno haciéndome caer al suelo lo primero que divisé fue a un chico muy atractivo frente a mi, mirándome con una impresión de sorpresa desmedida que logro hacer que muchas cosas se hicieran presentes en mi. Claro que esa vez no lo tome como una clase de atracción, sino como enojo por lo que le tire un reloj que el no logro esquivar. Luego de eso todo se fue a pique. Las bromas , las peleas, los cruces de miradas. Debí haber notado que eso me gustaba, en si, cada cosa llamaba la atención de Míng y viseversa, y puede que suene extraño, pero me gustaba. Tenía toda su atención sobre mi y la mía estaba siempre sobre el. Ambos lo llamamos odió y ahora yo lo llamo amor. ¿Quien iba a decir que un puerta iba a sacudir mi mundo? Ahora me siento estúpido. En retrospectiva me doy cuenta de lo mucho que me gustaba que me moleste y eso era porque simplemente quería llamar su atención. Obviamente yo no lo llamaba así, pero me sentía jodidamente bien que el me fastidiara, aunque claro siempre estaba enojado.

— Maldita sea.

Tome una vez más otro trago, sintiéndome completamente estúpido, contemplando a la nada. Si ya lo supere una vez puedo hacerlo de vuelta, pero ahora eso es más complicado, prefería ser un idiota ciego a esto. Ahora que se que me gusta no creo que el alcohol me ayude en mucho.

¿Talvez debería llamarlo y mandarlo al diablo?

No, ¿con que escusa lo haría?. Soy borracho, no boludo.

Lleve ambas manos a mi pelo sacudiendola con frustración cuando repentinamente escuché golpes en mi puerta. ¿Es en serio? ¿No puedo uno hundirse en su miseria en paz? Al parecer no, porque la persona que sigue golpeando no entiende que no quiero abrirle y al parecer, por como lo hace, no se va a dar cuenta. Así que me levanté, dispuesto a matar a cualquiera que me interrumpa, dejando todo por detrás y me encamine a pasos torpes a la puerta y la abrí.

Okey, creo que en definitiva estoy alucinando.

No hay manera de que en este preciso momento Míng este justo frente a mi luciendo nada más y nada menos como un vagabundo con ese rastro de barba y cabello despeinado, la cual aclaro creo que se bastante lindo. Talvez si no tuviera esas ojeras.... No un momento incluso ebrio ya lo veo. Las alucinaciones no son parte del trato, se la cantidad de alcohol que debo consumir para eso y está más que claro que no he tomado lo suficiente para estar viéndolo.