Cap 16

832 94 15
                                        

TP ming

Mantuve mi mirada tan fija en mi libro tanto como me era posible mientras mi denso e inevadible amigo mantenía sus ojos sobre mi cual alcón, tal y como lo venía haciendo desde hacía ya una semana sin dejarme respirar tranquilo ni una sola vez. Y déjenme decir que si pensé que P Beam era denso, el no se compara a nada con mi amigo y su acoso para nada disimulado. Aunque muy distinto al de P Beam claro.

— ¿Me vas a decir o no?

Y ahí estaba nuevamente su pregunta. La misma pregunta que me venía haciendo desde hacía ya una maldita semana y contando sin dejarme tranquilo ni un solo momento.

— Que quieres que te diga?

— Vamos Ming no te hagas el idiota. Se que algo está pasando y te daré una noticia que tú al parecer no sabes. ¡Eres pésimo mintiendo!. Así que ahora mismo dime qué es lo que tanto me ocultas.

Frunció su seño en su última palabra. Estaba más que claro que no le está gustando para nada mi no tan disimulada evasión a sus constantes e insinuantes preguntas sobre que ando demasiado, demasiado extraño.

— Wayo ¿acaso no te cansas? Por el amor de Dios te estoy diciendo que no ocultó nada.

El levanto su ceja inquisitivamente dejándome en claro que ciertamente no creía ni una sola de mis palabras. Y luego de la nada soltó un pequeño suspiro frustrado y me miró tan fijo como le fue posible una vez más entrecerrando un poco sus ojos como si quisiera leer mi mente.

— okey supongamos que te creo cuando me decís que no ocultas nada. Y supongamos que no he estado notando tu extraño comportamiento sobre salir un poco demaciado en cada maldito fin de semana con esos superiores que hasta no hace mucho puedo jurar que alegabas odiar. Y digo supongamos porque claramente eso es lo que he estado notando desde hace rato. Ahora deja de comportarte como un idiota y dime qué mierda es lo que pasa.

Okey claramente está fue una de las reprimendas más largas que he recibido por su parte y algo que wayo sabe es que yo no sobrevivo demaciado tiempo si el me mira con cierta cara. Cara que justo ahora estaba usando al terminar su largo y sensato discurso sobre mi. Por lo que ya sin poder soportar más su escrutinio tome todo el aire que me fue posible tomar antes de hablarle a el de lo que estaba pasando.

¿Si no lo hablo con el con quién más? ¿Cierto?

— Bueno, te lo voy a decir. Pero prométeme que no me vas a juzgar.

— No prometo nada.

— Wayo!

— Está bien. Esta bien. Lo prometo.

Y continuación comense a relatar los extraños sucesos que venían pasando y que últimamente me venían dejando sin sueño. Claro que evitando algunos temas, que creo yo no eran necesarios mecionar. Mientras Wayo mantenía su boca entre abierta al igual que sus ojos en cada palabra que salía de mi. E incluso comenzó a faltarme el aire ante sus expresiones de completa sorpresa por lo que baje mi mira y continúe hablando mientras el permaneció en silencio escuchando el porque de mi extraño comportamiento.

— Y eso es lo que paso.

El silencio que quedó solo logro ponerme un poco más nervioso de lo que ya estaba mientras aún mantenía mi cabeza gacha y Wayo no decía nada. Por lo que lentamente comencé a levantar mi mirada para encontrarme con lo que seguramente iba a ser una cara llena de enojo. Pero para mí sorpresa al mirarlo el solo estaba aún con la misma expresion que al principio. Ahora poniéndome mil veces más nervioso al punto que mis manos comenzaron a sudar.

Mierda debe pensar que soy horrible! Y no lo culpo yo también pensaría eso.

— Wayo?

El abrió y cerró su boca cual pez fuera del agua con algunos balbuceos, al parecer buscando las palabras para hablarme hasta que finalmente hablo soltando un grito algo exagerado.

— Santa virgen de papaya. ¿Te acostaste con el?

— ¿Que? ¡No! Y baja la voz que todo el mundo nos está mirando.

— ¿No te acostaste con el?

— No!

—  Y entonces?

— Solo fueron unos besos algo subidos de tono y nada más. Además el nisiquiera lo recuerda.

El se quedó en silencio por un largo rato al parecer procesando toda la información que yo acavava de lanzarle. Mientras que yo trataba de serenarme lo más posible por haber abierto mi boca.

— Bueno, veámoslo así. Solo fue una vez y nada más ¿cierto?

— Ehh.. si.

— Y no recuerda nada ¿Cierto?

— No.

— Entonces que es lo que te preocupa?

— Eh?

— ¿Que es lo que te preocupa? Porque según por lo que dices el te beso y te llamo con otro nombre que vaya a saber dios quien es. Pero eso no me explica el porqué tú sigues aceptando ir con ellos a todas partes y más aún cuando tu peor enemigo te hizo eso.

— Bueno... yo....

— Eso es raro, normalmente otra persona hubiese escapado o habría echo algo. ¿Porque tú no? ¿Porque solo sigues viéndolo? Y lo que es más raro aún ¿porque no le haz dicho lo que pasó?

Y así continuo tirándome palabras tras palabras mientras yo trataba de responderlas mentalmente. Porque vamos el tiene razón. ¿Porque yo no le dije nada? y peor aún ¿porque continúe aceptando las salidas y comidas con ellos.? Claramente lo que el haga me chupa tres limones. Pero aún que mi mente trato de responder a todas y cada una de sus preguntas no logré alcanzarlo y el continuo lanzando más bolas curvas que hacían que mi cerebro trabajará horas extras a tal punto que claramente se podía ver la palabra error en mi cerebro con las pequeñas personitas corriendo adentro como si no hubiera más que enorme caos y tratando de hacer un severo control de daños.

— Ya basta! ¿De acuerdo? no lo sé, no sé porqué diablos sigo aceptando y tampoco se porque no se lo dije. Lo único que si se es que no quiero que se lance encima de su estúpido amigo completamente ebrio. Maldita sea solo no quiero que lo toque ¿okey?

Solte toda una frustración frente a él ante su sinfín de palabras analizantes que dejaron mi cerebro echo papilla mientras sus expresiones pasaron de una completa reprimenda a una sorpresa sin igual.

— Oh mierda. Esto debe ser una broma.

— Que cosa?

— Ahí vienen.

Y así como el hablo me gire tan rápido como pude notando que efectivamente P Beam, P Kitt y el idiota de P Phana estaban caminando en nuestra dirección

— Ya sé cuál es tu problema amigo.

Esto Es La GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora