Cap 12

705 83 21
                                    

TP kitt

Me removi lentamete sobre mi cama de acampar mientras las palabras de Ming golpeaban fuertemente dentro de mi cabeza.

¿Te gusta P Phana?

¡¡¿Es encerio?!!

Yo sabía que el niño se había caído de la cuna recibiendo un par de golpes en la cabeza, pero nunca me imaginé que esos golpes lo afectarán tanto. Es decir, pensar que a mí me gustan los hombres ya es algo exagerado por el amor de Dios. Y más cuando él ha visto que he tenido un sinfín de novias. Bueno tres, pero igual. He tenido novias y el claramente las vio.

¿Entonces que diablos lo llevo a pensar eso?

¿Que carajos hice esa maldita noche que el ahora piensa eso de mí?

Arghh

Gruñi por lo bajo ante la completa frustración que ahora recorría mi cuerpo, por lo que sin pensarlo demaciado me gire encontrándome con un Ming completamte dormido frente a mi. Lo observé fijamente por un momento notando algunos rasgos de su rostro. Como que su nariz es increíblemente recta o como sus cejas combinan bastante bien con los rasgos de sus ojos, e incluso me puse a pensar como lucia realmente encantador completamente dormido.

Si fuera otra persona no creería que este idiota es tan malvado.

Continúe observando sus pequeños rasgos, incluso me detuve más tiempo de lo normal en el contorno de sus labios rojos y su respiración completamente calmada. Preguntandome como se sentiría besar a Ming, hasta el punto que sentí un extraño tirón en mis pantalones.

¡Alto ahí cerebro!

¿Besar a Ming?

¡¡Que carajos!!

Y tan rápido como ese pensamiento apareció en mi cabeza una imagen algo borrosa de esa noche se hizo presente ante mi.

Trate de acomodarme para dormir, ya que me encontraba bastante incómodo en mi posición actual hasta que escuche la voz de alguien hablándome.

— Quédate quieto.

Automaticamente como pude me incorpore, manteniendo mi mirada fija en Ming que se estaba esforzando por abrochar mi cinturón de seguridad. Y el al notar mi repentina falta de movimeinto levantó su cabeza encontrándose conmigo. Ambos nos miramos fijo por un breve momento, el abrió su boca para balbucear algo. Unas pocas cosas salieron de el cuando sin pensarlo dos veces tome su nuca con mi mano y lo bese.

¡¿¿¿Espera que???!

Nonono por el amor de Dios, dime qué no hice eso.

Una extraña sensación placentera recorrió mi cuerpo al instante de chocar nuestras bocas. Por lo que comenze a morder con dedicación su labio inferior y luego pase mi lengua sobre sus tan cálidos labios absorbiendo toda esa suavidad con mi boca y luego me dormí.

Nonono por el amor de Dios dime qué no!!!!

Bueno, al menos me dormí.

Respire un poco más aliviado al no recordar nada más, pero tan rápido como mi calma apareció otro recuerdo vino a mí.

Esto Es La GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora