Prólogo

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Callan los roncos zumbidos dentro del corazón, ensordecedores y claros. Más, aquellas voces difusas de la mente perturbada no cesan. Porque en un plano imaginario, casi mágico, las leyes de la tortura espiritual aplican para todos. Los agregados, aquellos fuera del sistema, que no pertenecen a ningún sitio dentro del multiverso, son los únicos que pueden permitirse el sufrir con intensidad.
El caos, motor creador consciente del todo como se lo conoce, resultaba tan cruel a los ojos de un simple muñeco. De nombre Gowther y nacido bajo la luz de un visionario. Tan herido y sin las herramientas para sanarse que resultaba marginal.
En cambio, justo en el polo opuesto, una chica descansaba ya fuera de su capullo. Porque el destino escrito hacía tiempo atrás, una vez declaró que sería ella la que lo cambiaría todo. Con una misión encomendada por una identidad anónima hasta la fecha, de la que sólo conocía su nombre: "Lyanna". Y era ese secretismo desmesurado el que seguía permitiendo que se llevase a cabo sin problemas. De conocerse los verdaderos giros de la realidad, no habría de existir un ser pensante capaz de soportar el peso.
Entonces, la historia debía continuar desde el punto en el que se había quedado. Recuerdos que nunca fueron suyos, eran adquiridos. Con el sentir de un corazón noble, capaz de someterse a la tortura de una pérdida, aceptó el regalo. Más que un regalo, solía identificarlo como un entrenamiento. La muerte de su querida llegaría inevitablemente, más temprano que tarde. Pero, como en un primer momento, ya había decidido que no lo dejaría así. Claramente, si su versión futura había podido encontrarla y ser felices, definitivamente, él también lo haría. Porque eso que sentía a su lado no se podía comparar a ninguna experiencia pasada. Ninguna de las lecciones de su padre lo habían preparado para algo así. Incluso las vivencias junto a la querida Nadja resultaban casi obsoletas frente a esas magnitudes. Nada ni nadie había sido capaz de dejarlo en otro plano al soñar, uno en el cual no se cuestionaba su existencia, ni su lugar en el mundo, porque sólo lo sabía.


La chica Doble-Vida parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora