Capítulo 9: NO

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Un aroma muy particular llegó hasta mí cuando abrí los ojos. Otra vez ese lugar, un sueño. La habitación iluminada desde su techo de cristal. La esencia a bosque, proveniente de las múltiples plantas regadas por todo el lugar. La suave cama de roble. Ya lo conocía, ya lo había visto, ya lo había vivido. Era extraño, ¿cómo había terminado allí otra vez?.

- Ya has despertado -.

Gowther estaba parado sobre el marco de la puerta, justo como aquella vez. Incluso el traje de mucama permanecía igual.

- ¿Qué está sucediendo, cabra? -.

- Ya he hecho el desayuno, ven, ven -.

Ignorando mi pregunta, me llevó hasta la cocina. Eso también se mantenía intacto, parecía un vivero. Plantas y buena iluminación. Efectivamente, ya había una taza de café esperándome junto a una tarta de arándanos.

- Leí el libro que tenías en tu mesa. ¿Deseas que hablemos sobre él? -.

- De hecho, preferiría que me digas lo que está pasando. ¿Por qué estamos aquí otra vez? Ya he cambiado esta parte, Gowther -.

- No sé de qué estás hablando, (Nombre). Pero, entiendo por qué es tu novela favorita. La forma en la que la autora te hace cuestionar tu propio sentido de lo correcto e incorrecto es simplemente... -.

- Gowther, estoy hablando en serio. ¿Por qué me encerraste en un sueño esta vez? -.

Su silencio dejó expuesto, definitivamente para mí, que era el verdadero Gowther con el que hablaba. Rápidamente, tomó asiento, indicándome que debía seguirlo.

- Ya te lo he dicho, los días de paz están contados. Y sólo quería proporcionarte ánimos. Tenías una sonrisa sincera viviendo esta secuencia en el pasado, es entonces que... -.

- Entiendo - Contesté.

Esos ojos tristes, jamás me había podido resistir a ellos. Sólo cuando me levanté de la mesa, es que su vista regresó hacia mi dirección. Al acercarme, bajó nuevamente la cabeza apenado. Colocando una mano en el remolino que se formaba en su cabello, dije:

- ¿Qué seguía? Creo que era una comida alegre, ¿verdad? - Sonreí - Luego un paseo por el bosque. Aunque, en realidad, me apetece quedarme en cama todo el día. ¿No te molesta que cambie tus planes un poco? -.

También sonriendo, no sólo con los labios, sino con los ojos, asintió. Conferí un beso en la parte más baja de la frente, casi en el punte de la nariz. Volviendo a mi asiento, continuó hablando de "Las rosas se tiñen de rojo" y de como le recordaba a mí la protagonista. Y, ese desayuno, lo declaré como el más tranquilo de toda mi vida, y el más especial.
Las horas pasaron, y mi plan de pasar toda una tarde en la comodidad de "nuestro hogar", se llevó a cabo. Afuera llovía a cántaros, y nadie era capaz de salir. Tampoco es que quisiera. En ese lugar, dentro de esas cuatro paredes, con el calor de una persona junto a mí, estaba exactamente en el lugar que quería estar. Aunque, por momentos, me preguntaba si Ágar estaría contento con  una vida tan poco agitada. Cuando volviera, se lo preguntaría, era una promesa.
Estaba tan hipnotizada con el caer de las gotas sobre el techo de cristal, tanto que no había notado siquiera la conciencia de lujuria. Yo no había logrado pegar un ojo en toda esa tarde, pero él durmió como si de un gato se tratase. Debajo de esos ojos ámbar, el tono morado de las ojeras resaltaba demasiado.

- Bienvenido, bello durmiente. Últimamente estás durmiendo bastante, ¿no crees? -.

No contestó, parecía algo adormilado aún. Besé su frente, tenía la temperatura un poco alta.

- ¿Te has enfermado, cariño? -.

Seguía sin responder. Tomé su rostro entre mis manos, las mejillas ardían mucho más que la frente.

- Cof Cof - Fingió.

Reí ante tan mala actuación.

- Ya entendí - Volví a reír - No puedes enfermarte en la realidad. Aprovecharás para que te cuide, ¿verdad? -.

Tomé como un "Si" que se recostara sobre mis piernas.

- Está bien, quedémonos en cama un rato más -.

***

Así pasaron los "días" , sin noticias del mundo exterior, en un mundo en el que no existía guerra. Hacía bastante tiempo que no vivía algo similar, sin la preocupación de que en algún momento, todo terminaría. ¿La paz podía ser un sinónimo de la muerte? Cuando la luz se apagaba sin más, sin retornar un alma nuevamente. Esa idea me causaba un grado altísimo de ansiedad de sólo pensarlo. Porque lo desconocido siempre provocaba terror. Gowther solía decirme que siempre volvería, al igual que Elizabeth. Le mostraba una sonrisa, pero no lo creía, algo así jamás podía surgir sin las condiciones de Elizabeth y Meliod...

- (Nombre) - Llamó la cabra desde la cocina.

Bajé y, sobre la mesa, estaba mi armadura, la que Merlín había fabricado para mí.

- ¿Ya es hora de volver? - Consulté.

Gowther vestía un traje con signos de vejez por todos sitios. Debía ser aquel que la princesa Nadja le había regalado hacía tiempo.

- Así es. Los demás se dirigen a la reunión con Stigma - Explicó - Pero hay algo antes -.

Dando sólo dos pasos hacia adelante, colocando una rodilla en el suelo, retiró de su escondite una caja. Era algo grande, así que no creí ni por un segundo sus palabras, hasta que vi sus ojos, cargados de sinceridad.

- En el crepúsculo, bajo la luz de la luna, una vez la paz se instale en toda Britania, conviértete en mi... -.

- NO - Grité, interrumpiendo su petición - No puedes hacerme esto, maldición -.

- (Nombre)... -.

- Que no, carajo. Mi respuesta es no -.

- King y Diane vivieron muy felices después de todo, no comprendo el problema -.

- El tiempo sucede totalmente distinto para ti que para mí, no quiero, no me casaré contigo, Gowther. Voy a morir eventualmente, y lo sabes. ¿Por qué querrías algo como eso, joder? -.

- "Los humanos tienen vidas cortas, es por eso que ellos tienen esa cosa llamada matrimonio, donde se inmortalizan juntos" - Repitió - King explicó eso una vez, y resulta muy importante para los humanos. Porque es la única forma que tienen de no sentir pavor a morir, ya que han firmado un contrato que los une a la persona que aman. Supuse que no te gustaría, aunque debí confirmar mi hipótesis por mí mismo -.

Volvía a llorar gracias a la existencia tan patética que se me había conferido.

- Aún así... mi respuesta es no - Terminé.

- Me disculpo en ese caso. Está bien si volvemos ahora... -.

La chica Doble-Vida parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora