Capítulo 7: Ágar.

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La vida, el tiempo, la guerra, nada era capaz de esperar. Incluso los humanos, impacientes por naturaleza, eran incapaces de mantener la calma ante la incertidumbre. Por ello, una diosa, el rayo de luz más reluciente que alguna vez había tocado la tierra, tuvo que traernos algo de paz. Ignorando cada rastro de su pasado y el rencor que aún sentía, firmó la alianza con Stigma. Como nueva líder de la orden, su voluntad debía ser cumplida. Pero, hasta el ser más impulsivo, Ágar, aceptaba con cabeza la sabia decisión.
Aún faltaban dos días para que la maldición de Elizabeth comenzara. Elaine, se ponía cada vez más enferma. Y Gowther, a quien más extrañaba, no movía siquiera un dedo desde que rompió el contrato maldito.

- Pedazo de pan, debes comer algo o te vas a morir por pendej... -.

- ¿Por qué no me comes un pie? -.

- Eso sería catalogado como canibalismo que, de hecho, no se lo considera del todo ético entre humanos -.

Su voz interrumpió una pelea ridícula entre hermanos. Él estaba bien, podía dormir tranquila. Le abracé, rodeé con mi calor humano su torcido cuerpo, roto por un poder maligno. Aquel sentir en su pecho no había cambiado en lo absoluto. Algo, por fin, sucedía bien.
"Que alegría... Gloxinia, Drole, él está bien. Pueden sentirse tranquilos, ya tengo a todos mis caballeros de armadura conmigo. Cumpliremos su voluntad y traeremos la paz a Britania otra vez".

- Así que los antiguos reyes perecieron contra Chandler -.

- Gowther, no te metas en mi cabeza cuando le hablo a los muertos -.

- ¿Cuenta como infidelidad, el beso que te dio el primer rey hada? -.

Había olvidado esa parte...

- Mierda... Bueno, no... Porque... - Suspiré fuerte - Maldición, si puedes entrar y ver eso, puedes notar como ni siquiera fue para mí, sino para su novia que... estaba en mi cuerpo y... -.

Fuera de todo pronóstico, empezó a reírse, claramente, burlándose de mí.

- No he pasado ni un segundo en el que no te haya extrañado dentro de ese hechizo, (Nombre) -.

- Por las diosas, Gowther... Vas a matarme -.

Detrás de nosotros, observando tranquilamente la escena, la maga hizo su aparición.

- Gowther, es un gusto verte de nuevo. ¿Quieres que nos encargamos de tu cuerpo? -.

***

La noche caía poco a poco, devorando así la dulce tarde que acariciaba nuestras pieles. Dos de nuestros camaradas, habían desaparecido al principio de la mañana. Y a los demás, casi que no les perdí el rastro. El valiente zorro aún continuaba con su misión. Los nuevos reyes se encargaban de una pobre hada deprimida tras la despedida de su caballero. El más fuerte de todos, vagaba por las calles cercanas junto al torbellino de granja. Mi capitán, consumido por su antiguo ser, nos abandonó. Mi princesa, la hermana que jamás había tenido es esta vida, sufría en silencio cada noche. No tenía la necesidad de oírla para entender, ese pesar no me era ajeno. Y es por ello que, con una taza de té entre manos, llamé a su puerta. Su rostro intentaba darme una sonrisa, pero su corazón estaba empapado en lágrimas.

- (Nombre)... ¿en qué puedo ayudarte? -.

Mi objetivo era sacarle una sonrisa honesta, que se olvidase por un segundo todo lo que sucedía afuera. Aunque, claramente, algo así no era de mis "talentos".

- Yo... traje té -.

"Inútil".

- Te agradezco. ¿Como estás? Escuché que el señor Gowther despertó -.

La chica Doble-Vida parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora