Capítulo 14: ¿Ya?

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Todo ruido externo era omitido. Cada pequeña roca que impactaba cerca, totalmente ignorada. Lo que importaba allí y en ese momento era que reaccionara. Pero no podía hacerlo. Por más que intentara, nada crecía en ese suelo arenoso. Esos poderes me habían abandonado, por un poder que no me servía para traerlo de vuelta. 
Tan metida estaba en ello que, cuando el suelo comenzó a romperse debajo de nuestros pies no fui capaz de reaccionar. Hawk, un volador habilidoso, nos atrapó en plena caía, a los tres. Él aún con eso, no despertaba. 
Y el mundo seguía funcionando, el verdadero poder de un rey innato arrebató la mente de todos los presentes. Con toda la gracia de su raza, le hizo completo honor al título que el gran Gloxinia le había otorgado, como el rey hada más poderoso que hubiera existido. Sin dudas, con su ayuda, no sólo de habría de ganar, sino que también, la vida nos llegaría para burlarnos de su ridículo flequillo. 

- Nadja, por favor, déjame ir - Comenzó otra vez. 

- Eso, Gowther, vuelve... -.

- En estos momentos, mis amigos... Mis queridos y preciados amigos están en un gran problema. Ella... ella me espera... Yo... Todo porque he lastimado a Mael... -. 

- Gowther... por favor... - Volvía a insistir. 

- ¿Eternidad? - Soltó.

- ¿Cómo que eternidad? No... Cabra, tú... -.

- ¡Gracias al cielo! - Sonrío. 

No comprendía nada, sólo deseaba que despertase de lo que fuera. Debía salir de allí. Aunque, una parte de mí, por alguna razón, deseaba que hablase con ella un poco más. Incluso si otra parte de mi mente se sentía de alguna forma triste por ello. 

- ¡Nunca me he arrepentido de nada, Nadja! Aunque pudiera volver en el tiempo, escogería el mismo camino para encontrarme contigo otra vez. Luego, volvería a su lado, como ella siempre ha hecho conmigo. Ustedes... son las existencias más preciadas para mí. Tú, Nadja, has sido la chica me enseñó cómo amar, y no he vivido ni un sólo día en el que no te recordara. Y, estoy seguro de que si conocieras a (Nombre), la amarías tanto como yo. Es gracias a ella que aprendí a soñar-. 

El cuerpo de agua más grande de la tierra era un chiste comparado a lo que caía por mis ojos. Palabras tan dulces, alguien como yo no las merecía. Porque era incapaz de responder siquiera. No estaba lista para algo así, realmente no. Sus sentimientos desvelados de una forma tan caótica... ¿Cuánto más tenía que llorar? 

- ¿(Nombre)...? -.

Estaba consciente, despierto, al tanto de mi estado. 

- Fantástico, ya la rompiste - Quejó Ágar. 

- ¿Qué? -.

- Silencio, cabeza de roca - Aparté - Gowther... tú... eres un desgraciado por hacerme esto. Te amo... Por las diosas... te amo de una forma tan jodidamente... -. 

Me abrazó, como le permitía tener sólo un brazo a esas alturas. Y con la única mano que aún tenía unida a su cuerpo, comenzó a acariciar dulcemente mi cabeza. Así, podía sentir como respiraba hondo cerca de mis oídos. De repente, como si le hubiera dado una descarga eléctrica, se apartó. 

- Lamento haberte preocupado tanto. Y, me disculpo, además, por hacerlo sólo una vez más. Salvaré a Mael... -.

- ¿Sin ponerte en peligro? - Intervine. 

- Así es, lo prometo -.

- Pero ya he visto que no cumples tus promesas -.

- Tú tampoco, no te hagas la santa - Volvió a interrumpir ese cabezota.

Estaba a punto de responderle, pero, antes, lujuria se despidió. Y, haciendo honor a su "pecado", lo hizo con un beso que, inmediatamente sentí que sería el último. Mis manos sujetaron las suyas con fuerza. Extrañamente, esa escena, se parecía a una despedida. Y, cuando sus dedos rozaron mi mejilla, desapareció entre las nubes. Los niveles de angustia y ansiedad que me provocaba verlo inmóvil junto a ese tipo, no eran del todo normales. Él, tan injustamente desinteresado, cargaba en sus hombros un peso demasiado grande para una sola persona. Una realidad demasiado cruel había sido elegida para un ser tan desdichado.

- Hermano... - Llamé.

Al girarse, encontré sus preciados ojos, únicamente dedicados a mí. Jamás lo había notado, en ese azul cielo, aún cabía un poco de verde. Éramos muy distintos, casi de universos paralelos en algunos aspectos. Y, aún así, por alguna razón, dedicaba sus días y noches por una hermana que no merecía ese título. Resultaba algo ciertamente intrigante. El único sueño que sabía que cruzó por su mente, era el de ser un caballero increíblemente fuerte. Lo consiguió, en verdad. Entonces, ¿qué más podía haber en su corazón?.

- Dime - Contestó.

- ¿Estarías cómodo con una vida tranquila? Sin peligrar de muerte todos los días, digo... -.

- ¿A qué viene eso? -.

- Estaremos juntos siempre, ¿verdad? Es algo que me gustaría saber -. 

- Primero dime, ¿por qué fuiste por mí? -.

Sonreí levemente antes de responder su pregunta. Intentaba recordar mis palabras específicas, aquello que le había dicho a Eli y Hawk para correr tras él.

- Cuando la locura comenzó, fui atrapada en el calabozo del reino, junto a la princesa y el capitán de las sobras. Escapé de allí para buscarte y a mamá. Recuerdo que Hawk me dijo algo molesto "Pero tú los odias". ¿Sabes lo que dije en ese entonces? "Lo sé, pero aún así daría la vida por ellos" -.

- Tú... Eso, eso no tiene sentido -.

- ¿Eso crees? Yo se que siempre hemos tenido problemas, pero soy incapaz de recordar una sola vez en la que no hayas curado mis heridas al caerme. Tampoco existen registros si alguna vez intentaste dañarme estando indefensa. Siempre seremos hermanos, sin importar lo que suceda, jamás podrás librarte de mí... Y, en cierto punto, de verdad me pregunté qué sucedió contigo. Me resulta curioso, cómo has podido fallecer -.

- Quiero ser Gran Maestro - Volvió a mi pregunta - Y... no. No me idealices tanto -. 

- Eso suena bien, en realidad... -.

- No entiendo cómo es que tú moriste. Tienes un poder increíble, y esta cosa del "modo fiera", ahora también apareces de un lugar a otro, es tan... yo... jamás llegaré a ese nivel -.

- Soy sólo una mestiza sin conocimientos de sus capacidades, nada excepcional, en realidad. Tu poder de "Viaje" se ve con tanto potencial, tú eres mucho más de lo que yo podré -.

- ¡(Nombre)! -.

- Ágar, estoy segura de que lo logr... -.

- No. ¡Mira! Lo logró, ese desgraciado lo hizo -.

Efectivamente, lo consigió, Mael fue salvado. Y él, el hombre que me prometió volver, estaba en una sola pieza.

La chica Doble-Vida parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora