La Aurora.

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Esa semana, empecé a hablar mucho con Tobías, a veces salíamos al parque y nos quedábamos horas y horas hablando. Gracias a esto encontré que teníamos muchas cosas en común, como tocar la guitarra, que nos gusta aprender nuevos idiomas, y que los dos somos muy orgullosos. También me dijo que es de México, lo cual explica algunas cosas, ahora que lo pienso. Hablamos mucho, y pronto nos hicimos buenos amigos.

A pesar de que lo veía seguido, con Axel no pude hablar tanto, pues siempre estaba con mi hermano o tenía algo que hacer. Aun así, escribíamos todas las noches y hablábamos por teléfono de vez en cuando, con él también tenía cosas en común, creo que más que con Tobi, a ambos nos apasiona leer y escribir, de hecho, tenemos los mismos gustos. La estación favorita de los dos es el inverno, y a ambos nos encanta el chocolate caliente, aunque personalmente, el café es mi debilidad.

Ya sé, ¿por qué no salgo al patio en la noche, hablo con Axel y ya? Pues es que mi hermano mayor es un poco estricto, no podemos estar fuera de casa después de la medianoche, mucho menos en este país que apenas conocemos, y además, es mucho más interesante saber que alguno puede quedarse dormido en plena llamada o mensajes. A mí me pasó más de una vez, aunque a él también.

En fin, nunca me dijo que significaba la "A" que puso al lado de su nombre, pero me imagino que es su otro nombre, pues la L que yo le había puesto era por Lorreine, si, no es que me encante mi nombre pero puedo vivir con ello.

En una semana empezaban las clases, ya no pude pasar las noches hablando con Axel, pues se había ido a un campamento o algo así y volvía la noche antes del primer día de clases. Con Tobi tampoco, pues él había vuelto a México por el cumpleaños de su Nana según me había dicho, y no podía usar el celular mucho rato.

No me importaba pasar tiempo con mis hermanos así que hacíamos cosas entre los tres, pero cuando estaba yo sola, investigaba lugares para ver las auroras boreales, desde que soy pequeña me encanta verlas, antes iba con Anthony, pero desde los trece años voy sola.
Noruega es el país de mis sueños desde que supe que aquí se las podían ver más lindas y brillantes que en Canadá. Seguí investigando y me encontré con que la más bonita del año, según los expertos, se podría ver la noche antes de que comience el colegio, (la noche que volvían Tobi y Axel) desde una montaña que se encontraba cerca de mi casa.

Sin pensármelo dos veces, fui a la habitación de Anthony a decirle, nunca tengo que pedirle permiso para eso, sabe que es lo que más me gusta hacer, por eso lo que me dijo me tomó por sorpresa.

-Vamos juntos -okey, eso no me lo esperaba para nada, pero de hecho extrañaba verlas con él, siempre estaba ocupado cuando lo invitaba conmigo.

-¿En serio? -le pregunté con una voz cargada de emoción, como una niña pequeña a la que le dicen que ira a Disney.

-Claro Kar, hace mucho no vamos juntos. -estaba igual de emocionado que yo.

-La montaña de donde mejor podrá verse está como a treinta minutos desde aquí, pero escalarla nos va a llevar un tiempo, ¿Qué dices si salimos a las cinco de la tarde?, vamos a tener tiempo de escalar antes de que anochezca y si vamos alto, tendremos una mejor vista, ¿qué crees?

-¡Oh yes baby! Hagámoslo.

-¡¡Eres el mejor hermano del mundo!! -lo abracé fuerte y besé su mejilla, estaba en serio muy emocionada, la última vez que fui con él fue hace años.

Luego de un rato, tuvo que ir a hacer algo importante para el colegio, él había empezado hace una semana pues ya cursaba el último año, así que yo fui a mi habitación y me puse a pensar que hacer, hasta que un pensamiento llevó a otro y recordé porqué me gustaba tanto ir a ver las auroras boreales.

Aurora Boreal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora