Ya no entiendo nada.

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Me levanto temprano, estoy muy emocionada con el hecho de que hoy veré a la gente de la escuela, tal vez se hagan mis amigos, amo hacer amigos nuevos, ¿raro? Tal vez, ¿único? Obvio.

Salgo de la habitación luego de haberme aseado, peinado y vestido para la escuela para bajar a la cocina como un trueno. No sabía que tenía tanta hambre hasta que vi la masa de panqueques dorándose en la sartén y despidiendo ese olor que tanto me gusta, hice tres torres pero cuando bajaron mis hermanos, caí en que faltarían más, les doy tres segundos para adivinar por qué. Uno... Dos... Tres.

-Hola cuñis. –me dice la rubia, Anthony debería avisarme cuando la chica se queda a dormir, es molesto no saberlo.

-Oh, hola Darlyne, ¿Qué tal la mañana? –le pregunto con la sonrisa más natural que me sale, no quiero incomodarla, menos a mi hermano.

-Muy bien cuñis, gracias por preguntar, ¿Qué tal la tuya? – "bien hasta que apareciste" quise decir pero solo sonreí y me quedé viéndola, estaba maquillada ligeramente y sus cabellos estaban planchados y brillantes al igual que su ropa. ¡¿Cómo podía usar falda con el frío que hacía?!

-¿Qué te gustaría desayunar Dary? –le digo, esto se está poniendo tenso.

-Ay cuñis, no te preocupes por eso, An y yo desayunaremos en la escuela, ¿no les importaría ir con su amigo de ayer? –primero que nada, odio que me diga "cuñis", segundo, ¿Cómo que se va a ir con An? ¿Por qué lo llama An? ¡Solo mi madre y yo podíamos llamarlo así! Por último, claro que no me importaría, estaré feliz de hacerlo y estoy segura de que a Axel y a Isa no les va a importar. Pero eso no es lo que le digo.

-Claro Dary, lo voy a llamar. Disfruten y tengan lindo día. –lo último iba para mi hermano, lo miré a él con esos ojos como de madre, esos que te dan miedo solo de verlos. Desarrollé mi técnica al vivir rodeada de hombres, mis hermanos y sus amigos.

Luego de eso ellos se despidieron y nos quedamos desayunando solos Isa y yo, y como quedaba una torrecita de panqueques y no quería que se desperdicien, invité a Axel, puesto que el pobre debería llevarnos de nuevo.

Llamada.

Axel: ¿Aló madame?

Scarlett: Tú, mi casa, panqueques, chisme, ahora.

Axel: Estoy llegando.

Scarlett: Ya.

Fin de la llamada.

Un segundo después entra con la mochila en la espalda y la camiseta al revés, Isa y yo reímos por eso y decidimos decirle, para ser buenos.

Lo que no esperábamos era que se cambie ahí mismo, no era común que se quiten la ropa mientras hace un frío que mata, en definitiva el frío de Canadá y el de Noruega son muy diferentes.

-¡Axel! ¡Vístete más rápido, hace frío y te puedes resfriar! –aunque, siendo sincera no me molestaba ver el torso trabajado que tenía ese muchacho, no me malinterpreten, pero en serio parecía tallado por los mismos dioses.

-Ay si hasta te preocupas por mí, que tierna. –dice en tono burlón y me mira con diversión reflejada en los ojos mientras se pone un abrigo que sacó de la mochila.

-Calla, come y escucha. –le digo con autoridad, y Isaac y yo le contamos lo de esta mañana.

-... ¡Y odio que me diga así! –expreso, ya estábamos de camino a la escuela, él solo se reía. –Eres el peor. –miro a Isaac. –Llegas a tener una novia como Darlyne y no te vuelvo a hablar.

-Está bien, igual estoy chiquito, ¿qué no ves? –me dice con una sonrisa bonita, oh dios mío no permitas que mi hermanito siga creciendo. –Y si tú tienes novio, espero que sea Axel. –mi hermano se ríe y el mencionado abe los ojos tanto que temo que se le salgan.

Aurora Boreal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora