El campamento.

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Estuvimos un rato sacando las cosas del auto (eran muchas más de lo que creía) y luego otro más armando carpas y así, no pasaban de las ocho y media cuando terminamos así que fuimos hacia el río, Axel dijo que era el elemento más fácil de dominar, yo no le creía.

-Bien, Kar, esto debes tomártelo en serio –dice Axel con una cara que hasta daba miedo en él –es muy difícil empezar aun así sea el elemento más fácil puesto que debes pensar mucho, y creo que eso a ti no se te da muy bien –dice riendo y yo le saco el dedo. –Yo también te quiero linda.

-Eres el peor.

-Lo sé cariño, lo sé. –dice con un tono profundo.

-Eres imposible. –digo y río, este sería un fin de semana muy interesante.

-Ya, volviendo a lo serio, –dice luego de un rato –Esto puede que te sea raro, pero debes confiar en mí, ¿está bien? –yo asiento. –Bien, lo primero que debes hacer es pensar en el río que ves aquí, cierra los ojos e imagínate moviendo la corriente a tu gusto, ¿puedes?

Yo tenía los ojos cerrados, me imaginaba moviendo las aguas hacia arriba y hacia abajo, haciendo formas con ella y devolviéndola al río, era una sensación muy bonita la que sentía.

-Bien, ahora abre los ojos. –Dice, quitándome de mi ensueño, le hago caso y continua –Ahora intenta hacer lo que imaginaste, debes pensar que tienes una conexión con el agua, como si estuvieses hecha de ella y la atrajeses a ti, pero sin que llegue a tocarte, algo así.

Dijo eso y levantó la mano, casi en ese mismo instante el agua del río se levantó y Axel empezó a mover la mano, haciendo una perfecta réplica de él mismo a su lado, ni aunque lo viese un millón de veces iba a terminar de asimilarlo, era realmente increíble.

-Guau, es genial... ¿Te tomó mucho aprender a dominarlo? –Axel sonríe y me responde.

-Solo unos meses, pero descuida, yo era pequeño y aprendí de otra forma, y casi que solo, así que seguro a ti te toma menos.

-Confío en usted señor profesor. –le digo y vuelvo a pensar en la supuesta conexión que tengo con el agua mientras él solo se ríe.

Luego de unas horas de práctica, pude levantar un chorro de agua y hacer que diera una vuelta completa en el aire y volver al río, sé que parece poco, pero para mí ya era un logro.

Axel constantemente me decía algunos consejos con los que podía mejorar y facilitar mi manejo, era muy bueno para esto, me pregunto quién le habrá enseñado a él.

-Bueno, ya es tarde, -dice viendo el reloj que tengo en la muñeca, era verdad, ya eran las once y media –y para ser sincero avanzaste muchísimo más rápido de lo que me esperaba, en la mañana seguimos. ¿Quieres comer algo?

Hasta el momento en que me preguntó eso no me había dado cuenta del hambre que tenía.

-Claro, ¿Qué tienes? –le pregunto, la verdad comería lo que me ponga en frente.

-Sándwiches de jamón y queso con Coca Cola o chocolate caliente con galletas, escoge sabiamente pequeña, está en tus manos detener mi hambre. –me sacó una risa, debo admitirlo, este chico sabe hacer reír cuando no cuenta esos terribles chistes, me decido por el chocolate y las galletas, de noche hace frío y estamos al lado de un río, o sea, más frío. –excelente elección señorita Rawson, porque su servidor estaba muriendo de frío.

Axel prendió el fuego con su dedo-encendedor, cuando yo sepa hacer eso me pelearé con él, será la lucha de dedos más extrema de la historia.

-Scarlett L. Rawson, –dice mi nombre lentamente, no podría deducir porqué –nunca me dijiste que significa la L, y lo considero trampa, tú ya sabes que mi segundo nombre empieza con Ale. –y toma un trago de su chocolate.

Aurora Boreal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora