Terminó la clase de historia, no sabría decir si presté atención puesto que mi mirada estaba fija en las chicas que cada dos minutos giraban la cabeza, me miraban, luego a Axel y de nuevo a mí para después reírse en silencio, me frustraba, así que cuando la campana sonó anunciando el cambio de hora, me sentí aliviada, solo quedaba una clase y podría ir por fin con Matteo al centro.
–¿Qué tanto piensas con esa bonita y roja cabeza tuya? –habla Axel mientras me acompaña a mi siguiente clase. Cuando abro la boca para contestar, me interrumpe –Espera, creo que lo sé, en mí ¿verdad? –con eso gana un golpe en el brazo de mi parte.
–Como te habré dicho ya al menos treinta mil veces, no, vive con eso lindo.
–¿Sabes que eres malvada? Por qué si no, te lo digo ahora, ¡Mala! –cuando termina su declaración en contra de mi maravillosa personalidad, ambos reímos.
–Bien, bien, soy súper malvada, y por el hecho de que soy una mala persona que está llegando tarde a su clase, empezaré a correr y a pensar en formas de matarte.
–Que le vaya bien, señorita De Vil.
Le saco la lengua y empiezo a correr hacia el salón, no iba a llegar tarde a esa estúpida clase de francés a pesar de que sé lo suficiente del idioma para ir a vivir a Francia si quisiera.
–Tarde Rawson. –susurra Matteo cuando me siento a su lado. Y ahí estaban las miradas, ¡otra vez las miradas! ¿No se dan cuenta de que incomodan o qué?
–Cállate D'Angeri, tengo un lápiz muy afilado en la mano y no quiero clavarte con él en el ojo si no tengo que hacerlo. –terminando de escribir lo que la profesora había puesto en la pizarra.
–Tranquila fiera.
Pasaron las últimas horas de la clase, en esa clase que era aburrida para muchos, a mí me gustaba, las clases de idiomas siempre fueron mis favoritas, pero esta fue un infierno, me sentía acosada o desnuda frente a la clase entera.
–Paso a buscarte en dos horas Scarlett, vístete como persona ¿quieres? –se burla Matteo mientras me deja frente a casa.
–Me vestiré como dinosaurio, ya que insistes.
–Yo me vestiré como alienígena entonces.
Reímos y bajo de su auto mientras busco mis llaves de la casa.
Por fin, a casi dos meses de la mudanza voy a conocer más de dos lugares en esta ciudad.
Una vez en mi habitación me doy una ducha rápida, me cepillo los dientes, ya con la ropa interior puesta y muriendo de frío, empiezo a buscar la ropa que usaré, aunque ya tenía en mente que sería.
Una vez vestida, me pongo el reloj y el collar que siempre uso, busco una pequeña mochila y en ella guardo mi cartera y las llaves de casa. Desconecto el celular y veo en los chats de WhatsApp el nombre de Matteo.
Matt (futuro padre de mis hijos): Linda, más te vale estar lista para cuando llegue, porque si no, te dejo ahí.
Scarlett: ¿Qué no sabes que es difícil vestirse como dinosaurio? Tenían pieles raras.
Matt (futuro padre de mis hijos): Estaré allá en media hora, y te lo aseguro, pasarás la mejor tarde de tu vida... o bueno, la mejor tarde de tu vida después de la mudanza.
Le envíe un emoji de guiño y uno de un corazón, para luego cerrar la aplicación e ir a la cocina a buscar una botella de agua. La casa se sentía muy vacía sin mis hermanos, más que de costumbre.
Isaac había entrado a clases de arte luego del horario escolar, aun es lo suficientemente pequeño para que, si él así lo desea, convertirse en un gran artista. Y luego Anthony, él tenía clases hasta más tarde, pero casi siempre luego de eso salía con Darlyne.
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Aurora Boreal ©
Teen FictionScarlett Rawson, la chica perfecta, sabía hacer de todo, te apoyaba en lo que necesitabas y a pesar de vivir solamente con sus hermanos; era feliz. Le dieron una sorpresa, que sin saberlo, llegaría a cambiarle la vida, para nunca más volver a lo qu...