Los meses pasaron, Laia era una chica normal, apenas tenía cabellera y le hacían burla comparándola con su hermano. No le molestaba en lo absoluto salir a la calle así, su madre le ofrecía comprar pelucas importadas y carisímas, pero se negaba. Estaba orgullosa de haber luchado tanto y no quería ocultarse ni un segundo más. Era hora de salir, estudiar, hacer amigos y encontrar el amor que veía, en las novelas, en sus tiempos libres desde hace tanto en el hospital. Laia retomó la secundaria en un cens. No quería comenzar en una secundaria normal, eran todos muy jóvenes a comparación suya. El primer día de clases fue una tortura para ella, no recordaba lo que era socializar, en vez de hablar con alguien en los receso se sentaba a mirar la carta que Marta le había entregado. Tenía un dibujo de un corazón anatómico, arriba decía: de Evelyn. Era una carta de la donante que le salvó la vida. Jamás lo leyó.
***
El tiempo voló, habían pasado tres años ya. Laia terminó el cens y se graduó de la secundaria con diecinueve años. Su cabellera castaña con ondas había crecido y su fascinación por el arte y la música también. Su madre no dejaba de decir lo extraña que se veía, pues antes tenía el cabello más claro y no tan ondulado. En una de sus visitas a las enfermeras del hospital, vio a un joven de cabello rubio que estaba contando un cuento a los niños del hospital.
"Boris el cantante" se titulaba la historia. Se trataba de un niño mudo que cayó a un lago y fue rescatado por una sirena. La sirena le cantaba diariamente. Un día la sirena no apareció y Boris nado a lo profundo del océano para buscarla. La encontró, la sirena se había atorado en una red de pesca y Boris la liberó. La sirena le dijo que tenía un deseo por haberla salvado, pero Boris al no poder hablar nunca lo pidió. Un día en el que la sirena cantaba Boris lo intento también, dando unos alaridos que hicieron que la sirena huyera rápidamente. Boris se sintió tan mal que sin oírse dijo: desearía hablar. La sirena tomó a Boris de la camiseta y lo sambuyo al mar. Abrió la boca y de allí una luz salió directo a la garganta de Boris. La sirena dijo: ahora canta por mi. Al salir del agua Boris podía hablar, podía cantar. Cantaba tan bello como la sirena, pero jamás la escucho a ella volver a cantar. Boris le pregunto: ¿Por qué ya no cantas?. La sirena no respondió, en cambio soltó un alarido que hizo comprender al muchacho lo que había ocurrido. La sirena le había dado su vos. Ese día Boris le prometió a la sirena cantar para que el mundo conociera su hermosa voz y volvería todos los días para cantarle a ella."
El joven desvío su mirada a Laia lo que hizo que el corazón de la chica latiera intensamente. Él la observo y con el ceño fruncido cerró el libro, enojado se levanto de su asiento y cerró la puerta en su cara.
Esa noche soñó con él. El chico le repetía todo el tiempo: Te amo. Ella trataba de hablarle pero ninguna palabra salía de sus labios. Ese sueño recurrente no la dejaba dormir. Y una noche quería dejar de soñarlo pero ¿Cómo? Decidió no dormir. En cambio hizo algo que pensó no hacer, leer la carta de Evelyn.
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Ámalo por mi
Historia Corta"Jamás pensé en haber hecho lo que hice, pero en parte me alegro de haberlo hecho, salvé una vida y reuní a dos almas gemelas. No me arrepiento de haber muerto." -Evelyn. Esta es la historia de Laia una joven que sobrevivió a la muerte gracias a la...