Capítulo 12

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   No apareció en el club, estaba en verdad molesta en como él manejaba la situación. Y rápidamente decidió hacerle caso a sus amigas y dejar de pensar en Derek. Pero en el momento que su mente dijo aquellas palabras él entró por la puerta, con sus jean negros y remera gris obscura pegada al abdomen. Eso no podía pasar desapercibido y menos para Laia. Se sentó junto a ella sin siquiera mirarla y no dijo nada por el resto del la clase.
   Laia tomó su mochila y camino por el pasillo para irse a casa.
   —¡Laia espera! —era la primera vez que decía su nombre, se podía notar su piel de gallina al escucharlo acercarse.
   —¿Qué sucede? —intentaba sonar lo más seria posible, pero en el fondo la emoción daba brincos como liebre.
   —Lamento lo de la otra vez.
   —¿Qué cosa?
   —Ya sabes... —comenzó a ponerse nervioso.
   —¿El beso? —sus ojos se abrieron al notar como ella hablaba de eso sin inmutarse.
   —Si... El beso. Lo lamento.
   —Está bien.
   Se hizo un pequeño silencio que parecía durar una eternidad.
   —¿Me dirás que sucedió?
   —Es complicado.
   —Dame la oportunidad de entender.
     Darek dudó, no quería decirle pero su cabeza ya no encontraba las excusas para no hacerlo. ¿Qué sentido tenía seguir evitandolo?
   —De acuerdo... Pero no hoy.
   —¿Cuándo?
   —Pronto.
   Esa fue su última palabra. Laia frustrada camino hacia la salida. Al menos algo había logrado hoy y una sonrisa se le escapó dejando salir a la liebre tras pasar la puerta.

   El fin de semana pasó volando ya que Laia y sus amigas salieron la noche del viernes y del sábado. No lograron conseguirle pareja a Laia, la cual estaba agradecida por eso. En ningún momento pudo sacarse a Derek de su cabeza esas noches y esperaba con ansias verlo el lunes siguiente.

Ámalo por miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora