Capítulo 8

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   Laia aún más enojada que antes lo ignoro y siguió su camino. Fijándose en sus anotaciones encontró el salón que buscaba, había ingresado en un club de lectura.
   —Siéntate —dijo un hombre de unos treinta años. Laia tímidamente se sentó en una de las sillas de la ronda, las personas ahí la miraban extrañados. —Tu no eres de la carrera de literatura ¿O si? —pregunto otra vez el hombre mayor.
   —No, soy de la carrera de música.
   —¿Y que haces aquí?
   —Oh, el cartel que vi decía club de lectura, no sabía que debía ser de esa carrera —estaba dispuesta a tomar su bolso e irse.
   —No te preocupes, quédate. Solo me extrañó que alguien que no fuese de literatura se interesara en este club. ¿Cuál es tu nombre?
   —Laia —respondió. Y en ese instante uno de los integrantes del club levantó su cabeza. La melena amarilla y el rostro amargado hizo notar su desagrado por ella, otra vez. Notó que la observaba y vio que estaba usando lentes —se ve muy apuesto con lentes— pensó y sonrió un poco.
   —Mucho gusto Laia, soy Andrew profesor de análisis literario. ¿Alguien quiere explicarle el libro que estamos leyendo a Laia? —una de las chicas levantó su mano. En la otra sostenía un libro.
   —Estamos leyendo "Desde mi cielo"…—dijo elevando el libro
   —¡Lo conozco! —exclamó con entusiasmo. —Lo leí hace cuatro años en el hospital.
   —¿Y lo recuerdas? —pregunto Andrew —¿Podrías darnos tu opinión sobre el?
   Laia se pasó hablando e interactuando con el resto de personas de ese club, obviando a Derek que no abrió la boca excepto para darle la contra a Laia.
   —De acuerdo, conseguí nuestro siguiente libro —dijo alzando "Fangirl" ante los miembros—, pero no habían suficientes copias —dijo pasándolo hacia los costados. Se acabaron antes de llegar a Laia, una joven más y Derek.
   Comenzaron a ponerse de pie y un chico se acercó a la joven sin libro. —Ten, tengo una copia en casa.
   —Excelente, ¿Alguien más tiene esté libro? —la mayoría miro hacia sus pertenencias y los demás negaban con la cabeza, solo se distinguía la mano alzada de Laia quien aún seguía sentada. —De acuerdo, Derek, Laia ¿Por qué no comparten el libro?
   —De acuerdo —dijo ella. Derek sólo asintió no muy convencido. —¿Quién lo leerá primero? —le preguntó de frente.
   —Léelo tu, yo lo compraré.
  Su forma de ser era intragable, esa actitud odiosa y cara bonita eran una mala combinación frente a Laia ya que cada vez lo odiaba un poco más pero su corazón no dejaba de latir cada vez que lo tenia enfrente y siempre pensaba que su cara bonita era una gran desperdicio con esa actitud.

Ámalo por miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora