Malentendidos

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Lauren miraba las flores, cuando su secretaria interrumpió.

—Lauren—la ojiverde volteó a verla—la sesión de fotos de fotos, programada para hoy, ésta por comenzar.

—Bien, enseguida voy.

La ojiverde fue donde el fotógrafo y la modelo la esperaban, le gustaba tomar cartas en todos los asuntos, por eso era la mejor del negocio, así que se dirigió a la sesión de fotos.

Camila seguía yendo de compras, salió muy contenta de la joyería, ahora solo tenía que tener cuidado de que su novia no lo viera, estaba en el supermercado cogiendo lo necesario hundida en sus pensamientos hasta que el grito de una mujer le llamó la atención...

—¡Por favor llamen a una ambulancia!, ¡Mi hijo no puede respirar!—gritaba desesperada, la doctora soltó lo que llevaba y corrió hacia el chico que comenzaba a ponerse morado.

Camila camino se acercó deprisa...

—Tranquila, soy médico, se lo que tengo que hacer—trató de calmar a la mujer a la vez que comenzaba averiguar lo que le pasaba al pequeño.

Lauren por su parte inspeccionaba cada detalle de la sesión fotográfica, no le gustaban los errores, por ello prestaba la mayor atención, además la modela era una joven hermosa que empezaba a llamar su atención.

Camila se hizo cargo del niño, fue al hospital y fue ella la que llevó su caso, sabía que hoy la que volvería tarde a casa sería ella, el niño estaba grave y no quería perder otro paciente.

La sesión de fotos, terminó al atardecer, Lauren volvió a la oficina y se encontró de nuevo con ese ramo de rosas, pensó en la doctora y le llamó para ver que tal le iba el día...

—¿Cariño?

—Lauren—Camila sonrió al contestar—no esperaba que me llamaras.

—Si...bueno, supe que estuviste aquí...y...yo estaba ocupada.

—Lo entiendo, siento si fui inoportuna, solo quise pasar a verte—Camila estaba realmente cansada, hoy no era su día, pensó.

—No, no fuiste inoportuna, lamento no haberte encontrado pero me encantaron tus flore, siempre tan detallista.

—Quería disculparme por lo de anoche, me alegro de que te gustaran—Camila sonreía feliz.

—Ni pienses que voy a disculparte tan fácil—Lauren rió—me dejaste en tercera velocidad.

—¿Entonces me dejaras recompensarte?—Camila preguntó juguetona.

—-Tampoco...buscaré a una profesional—Lauren contesto bromeando, tratando de provocarle celos a la castaña.

—No tendrás que irte muy lejos, estas rodeada de ellas—Camila sabía que bromeaba pero le dolían ese tipo de bromas—hoy llegaré tarde a casa—dijo, queriendo cambiar de tema.

—¿Llegaras tarde? ¿Por qué?—La sonrisa de Lauren desapareció y cuestionó levemente molesta.

—Tengo un paciente, un niño...esta muy grave, podría morir en cualquier momento y no quiero que eso suceda—Camila notó la molestia en su voz y eso hizo que se sintiera mal.

—Bien, espero que...puedas ayudarlo. Yo me iré en una hora o dos, así que te dejo trabajar.

—Nos vemos luego en casa—Camila dijo, de pronto la voz de uno de sus compañeros la llamo cariñosamente como era de costumbre.

—Oye Mila, tenemos que irnos.—Le informó.

—En un momento voy—Camila le dijo y volvió su atención al teléfono.

Infielmente enamorada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora