De vuelta a la realidad

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* * * * *
Un día sin ti
Es una eternidad
Es un adiós
Que duele por dos
Es una pena
Un día sin ti
* * *

Lauren seguía llorando, ese recuerdo de Camila pasaba por su mente una y otra vez, se había tomado la última gota de vodka y no sabía que hacer para recuperar a la castaña, los ojos le ardían la cabeza parecía que iba a estallarle de tanto llorar pero no podía hacer nada mas, hoy en el día de su 4• aniversario todo había terminado y por culpa de ella misma.

Camila estaba en el avión, sus ojos estaba completamente hinchados de tanto llorar, estaba tan dolida...daría lo que fuera por volver y arrojarse a los brazos de Lauren, pero no podía perdonarla...era imposible.

Tendría que vivir con el recuerdo, necesitaba estar cerca de ella y ahora solo podía hacerlo con su mente, cerró los ojos y dejó que aquellos momentos de felicidad volvieran a su vida...

**FLASHBACK**

Sus ojos marrones se clavaron en aquel verde intenso que la miraba.

—Usted...—Atinó a decir.

—Si, yo...estaba muriendo por verla de nuevo pase por favor, no se quede ahí.—la invito, sonriéndole encantadoramente.

—Me dijeron que era una urgencia y usted no parece estarlo.

—Pues si es una urgencia...me urgía verle.—Dijo Lauren, poniendo de nuevo esa cara de niña regañada.

La castaña solo pasó sin decirle nada, una vez dentro...

—¿Y para qué quería verme?

—Es que...no he podido dejar de pensar en usted...

Eso le pilló de sorpresa a Camila, nunca imaginó aquello, se quedó mirándola fijamente, necesitaba cambiar de tema y todo aquello la estaba confundiendo.

—Vaya...ehm..pues... ¿qué tal su tobillo?—le pregunto nerviosa.

—Bien, no me duele mucho. ¿Por qué no toma asiento?

Camila así lo hizo, se sentó en uno de los hermosos sofás que decoraban la casa de la pelinegra, estaba nerviosa, y no sabía como reaccionar ante esos ojos esmeralda que la traspasaban.

—¿Puedo hacer algo por usted?

—Pues de hecho si...—Lauren empezaba a disfrutar el hecho de que ponía nerviosa a la doctora— ¿Qué tal si tenemos una cita?

Camila atragantó con su propia saliva.

—¿Qué? Me esta tomando el pelo—Camila estaba comenzando asustarse—no me conoce de nada.

—No estoy bromeando, para nada, es solo que ya no soy su paciente y ya tengo permitido coquetearle ¿No?

—Sigue siendo mi paciente—sonrió—aunque no negaré... que es usted una mujer muy hermosa, pero le repito, no me conoce en lo absoluto.

—¿Y no puede hacer una excepción y aceptar salir conmigo? Además, no es para eso para lo que sirve una cita: Para conocernos mejor.—Añadió acercándose sutilmente a ella.

—Déme solo una razón por la que debería salir con usted—le gustaba la ojiverde, ¿por qué iba a perder la oportunidad?

—Porque si no acepta...me rompería el corazón—Lauren sonrió con un leve brillo en los ojos---

—No es suficiente—se levantó y se dirigió hacia la puerta, antes de salir se giró—pero acepto, en cuanto se recupere de su tobillo, vaya a verme.—Dijo, antes de salir de allí.

PRESENTE

Las lágrimas parecían no acabar, hacía solo unas horas que se había alejado de la ojiverde y ya la echaba de menos, fue tan feliz en esos momentos... ahora tendría que empezar una nueva vida lejos de ella. Cerró los ojos y dejó que el avión llegara a su destino.

* * * * *

Un mes había pasado, eran tan solo 30 días que habían parecido una vida de agonía a la ojiverde, aunque seguía trabajando últimamente había perdido el gusto por las fiestas, rechazó muchas insinuaciones de diferentes modelos y no dormía muy bien, solo hacía una comida y esperaba el atardecer para embriagarse, el alcohol era lo único que tenía, aun no sabía que hacer, no encontraba solución alguna para su dolor y su carrera estaba siendo totalmente descuidada.

Camila había conseguido trabajo en otro hospital, pidió el máximo de horas para no pensar en su exnovia, pero ni aun así lo conseguía.

Llegó a odiar las noches, solo la torturaban, cada noche veía a la pelinegra a su lado en la cama, el amor que sentía por ella a pesar de todo le jugaban malas pasadas, más de una vez estuvo a punto de llamarla, pero tuvo que controlarse para no hacerlo.

No tenía mas vida social que la del trabajo, solo salía de casa al trabajo y del trabajo a casa, nada ni nadie le importaba, seguía hundida en dolor, mientras que su alma seguía gritando por la falta del amor de Lauren.

La ojiverde estaba en casa cuando su secretaria llamó, como no tenía humor alguno de responder dejó que la máquina contestadora lo hiciera, tenía que salir de la ciudad había un desfile de caridad y había sido invitada, hizo acopio de toda su fuerza y confirmó su presencia pero aun así siguió con su noche de tragos, al día siguiente tomaría un vuelo y desfilaría, no estaba interesada pero no podía negarse.

Camila hoy tenía el día libre, ya que le tocaba estar toda la noche de guardia, aprovechó para hacer unas compras, justo pasó por delante de una joyería, inevitablemente recordó el día que le compró el anillo a Lauren.

—¿Qué habrás hecho con el?—Se preguntó con tristeza.

Lauren se puso de pie, esa noche de tragos le estaba pasando mas lenta de lo normal, fue a la cocina por hielo y jugo de naranja para mezclar con el vodka, caminaba sin zapatos cuando algo se le clavó en el pie, no le causó ningún daño pero si llamó su atención, levantó el pie y se encontró con el anillo que la castaña le había dejado junto a la nota, lo recogió y se lo puso, no tuvo el valor para deshacerse de el, estando el doble de desanimada tomó el jugo y los cubos de hielo para volver a la habitación y continuar la noche de tragos.

Luces por todas partes, todo lleno de gente, los modelistas preparaban todo para el gran desfile, Lauren sería de las primeras en salir, lucía un estupendo vestido negro, haciendo un impaciente contraste con sus ojos verdes, lucía totalmente espléndida.

Los tragos de la noche anterior le estaban causando un terrible dolor de cabeza a la ojiverde, era lo que algunos llaman "cruda realidad", estaba nerviosa, aunque se sabía una profesional había mas fotógrafos de los que hubo en la última ocasión, ...

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Los tragos de la noche anterior le estaban causando un terrible dolor de cabeza a la ojiverde, era lo que algunos llaman "cruda realidad", estaba nerviosa, aunque se sabía una profesional había mas fotógrafos de los que hubo en la última ocasión, estaba esperando las indicaciones cuando las luces y la música cambiaron, sabía que esa era su entrada y salió, lucía tan perfecta como una diosa griega, pero a menos de la mitad de la pasarela los fotógrafos descargaron los flashes y la cegaron por completo, no pudo evitarlo, mal colocó el pie y se resbaló golpeándose en la cabeza, mientras caía no pudo evitar pensar que todo era un Déjà vu.

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Canción: Un día sin ti —Roxette

Infielmente enamorada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora