Reencuentro

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Camila estaba mirando unos informes cuando una enfermera le dio un aviso, se dirigió a la habitación y sin ver a la paciente, cogio el informe.

—¿Qué tenemos aquí?—Preguntó.

—Una modelo ha caído en mitad de un desfile golpeándose la cabeza, no tiene conocimiento y parece que se torció un tobillo también.

Camila dejó caer el informe al suelo, todos aquellos recuerdos golpeaban su mente.

—No...—levantó la vista y fue entonces cuando su corazón dio un vuelco, Lauren era aquella modelo, todo se volvía a repetir—no puede ser...

—Aquí le dejo todo, iré a ver a otros pacientes— dijo la enfermera antes de salir de allí dejándolas solas.

Las piernas le temblaban, apenas podía dar un paso, no sabía que hacer, tardó en llegar, pero finalmente se puso a su lado, ahí estaba como la primera vez.

—¿Qué te ha pasado?—vio que en su cara se reflejaba cansancio, tenía ojeras, la encontraba más delgada, pero aun así seguía siendo hermosa. Como la primera vez cogio el frasco y se lo pasó por la nariz para que comenzara a reaccionar.

Lauren tardó en reaccionar, ésta vez el golpe fue peor así como la noche de tragos, al abrir los ojos se encontró con Camila y no lo podía creer, pensó que era una mala jugada de su cerebro y parpadeó un par de veces hasta que supo que todo era real.

—Camila...—las lágrimas se acumularon en sus ojos pero se negaba a dejarlas caer.

La castaña se moría por abrazarla, jamás pensó encontrase en aquel estado a la ojiverde, pero no podía, tenía que ser fuerte y aguantar, sacó su linterna pequeña y la miró las pupilas.

—¿Cómo te llamas?—le preguntó, tratando de actuar profesionalmente, sin mirarla a la cara.

—Tu sabes como me llamo...no me ignores. Lo merezco pero no puedo soportarlo.

—Dime tu nombre.—No quería oírla, no podía, era demasiado doloroso.

—Camz...por favor—se alejó de la linterna e intentó tomarle una mano—déjame explicarte.

—Si no me dices tu nombre dejaré tu caso en manos de otro médico.—se apartó de ella soltándose de su agarre.

—¡Lauren, mi maldito nombre es Lauren!
Al levantar la voz el dolor de la cabeza se intensificó y se la agarró con ambas manos—¡Maldición!

—Tranquilízate—Camila hizo que se tumbara de nuevo—Dime tu edad—miro el golpe en su frente y era más feo que aquel que tuvo y eso la hizo preocuparse.

—Ehm...veintiséis...—respondió confundida—no..Veintinueve.

— ¿Lo último que recuerdas antes de perder el sentido?—la doctora cogió una gasa y comenzó a curar su herida, quedando a pocos centímetros de su rostro.

—Lo último...salí, resbalé y me golpeé, igual que la primera vez.

Camila no veía bien la herida y se tuvo que acercar más, podía sentir la respiración de la ojiverde en su cara y eso la ponía más nerviosa aun.

Lauren no dudó ni por un segundo, agarró por la cintura a la doctora y se incorporó hasta poder robarle un beso, el contacto le supo a gloria, había pasado el último mes deseando sentir sus labios una vez mas y aquí estaba su sueño cumplido, la besó con ansias, con hambre, con locura.

Camila no pudo evitar corresponder aquel beso, había soñado tantas veces con volver a besarla, le haría el amor allí mismo pero no podía, cuando pensó en lo que estaba haciendo se aparto de ella bruscamente.

Infielmente enamorada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora