Amor & Pasión

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Lauren no tenía mas que una carta para seguir en el juego, así que haciendo acopio de todo el sentimiento que la castaña le inspiraba se acercó a ella firmemente y la besó, era su última jugada y esperaba que fuera lo suficientemente buena como para no perder a Camila.

Esta le rodeó el cuello con sus brazos profundizando aquel beso, quería olvidarse de todo lo sucedido, quería pensar en los buenos momentos que habían vivido juntas todos estos años...

—Te quiero...y me duele no tener las suficientes vidas para poder demostrarte hasta que punto llega mi amor por ti—le dijo Camila.

—Yo lamento no demostrarte lo suficiente cuanto te quiero en esta vida.—Lauren respondió volvió a besarla mientras le rodeaba la cintura y la apretaba contra ella.

Camila sin pensarlo le dijo:

—Vamonos de aquí...—susurró en sus labios mientras cogia su mano y caminaban hacia el garaje, donde tenían el coche.

La ojiverde se dejó arrastrar pero al llegar al auto de la castaña no pudo mas.

—No soportaré llegar a casa—acorralándola contra el auto y haciéndola girar para besarla apasionadamente.

Camila gimió en su boca por la descontrolada pasión de Lauren.

—Nos van a ver...—la ojiverde apenas la dejaba hablar.

—Entonces sabrán lo que es bueno.

Lauren la subió a la parte delantera del auto y metió sus manos bajo la falda de la castaña.

No iba a negarse a ello, la deseaba demasiado, deseaba que le hiciera el amor ahora mismo, bajo la vista de cualquiera, nada importaba, atrajo la cara de la pelinegra hacia la suya para morderle el labio.

—Hazme el amor...

—Eso pensaba hacer.—Respondió una ofuscada ojiverde.

Dejando una de sus manos dentro de la falda de la Camila fue acariciando la entrepierna de ésta, mientras que con la otra hábilmente le desabotonaba la blusa, sin dejar de besarla tomó uno de los senos de Camila y lo estrujó, su lengua viajaba dentro de la boca de la castaña, a la vez que ambas gemían unidas en un beso, la excitación recorría todo su cuerpo, Camila con sus piernas la cintura de Lauren apretándola contra si, necesitaba más de ella.

—Me vuelves loca...

—¿Si? ¿Lo quieres? ¿Lo quieres ahora?

Se reclinó sobre ella y acariciaba el palpitante centro de la castaña mientras el sudor de sus rostros se mezclaba.

Las caricias de Lauren llevaban un ritmo que se unía al que marcaban sus labios sobre el pecho de Camila.

—Dios si...te quiero...te quiero ahora—Gimió con los ojos cerrados dejándose llevar por su pasión, entregándose a ella.

Una puerta se oyó llamando su atención, miró y vio a varias modelos contemplando la escena, a Lauren muy poco le importó, la penetró con pasión animal y le mordió el cuello mientras empezaba a embestirla, las modelos al ver a su apasionada jefa volvieron al ascensor y subieron, la ojiverde se apoderó de los labios de Camila para llamar su atención, tras mordisquearle los labios susurró cerca de su boca...

—No me dejes...

—Nunca...—Camila prometió, sus gemidos eran más intensos—No me dejes...tu a mi.

Sus caderas se movían al compás de las acometidas de su novia, la beso en el cuello y mordió provocándole un enorme chupetón.

—No lo haré—Lauren respondió entre gemidos mientras su mejilla rozaba con la de la castaña.

Lauren sintió a la doctora cerrarse a sus caricias, de un momento a otro los gemidos se hicieron constantes y el cuerpo de Camila se tensó bajo la ojiverde, ambas sabían lo que pasaba y Camila se aferró a la espalda de la más alta mientras que ésta continuaba su labor, tras un profundo suspiro Camila se entregó por completo al placer que Lauren le estaba provocando, ambas calmaron sus movimientos hasta que cesaron, Lauren quedó sofocada sobre su no menos sofocada amante.

—Wow...

—Creo que...tendrás que llevarme en brazos a casa—Camila sonrió para después besar su mejilla—tu pasión cada día aumenta más y me deja muerta.

—Lo siento si fui muy brusca...—Lauren respondió levantándose para dejarla respirar pero devolviéndole la sonrisa—también lamento que nos vieran—dijo con una sonrisa pícara.

—Ha merecido la pena...—dijo Camila agarrándola de la camisa para acercarla de nuevo y besarla—contigo todo vale la pena.


Lauren se entregó al beso y la abrazó fuertemente.

—Es mi turno—expresó Camila, dejó que su dedo índice acariciara uno de sus pechos—pero en casa, ¿te gusta la idea?

—Me encanta. —Lauren sonrió, le robó un beso y corrió a su Porsche targa color cobre.

El pago era lo mejor de ser una modelo, con él había podido comprarse ese deportivo que en momentos como este le era muy pero muy útil, la ojiverde encendió el motor y arrancó quemando llantas

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El pago era lo mejor de ser una modelo, con él había podido comprarse ese deportivo que en momentos como este le era muy pero muy útil, la ojiverde encendió el motor y arrancó quemando llantas.

Camila hizo lo mismo con su coche, era de la misma gama que el de la ojiverde, lo diferenciaban algunas cosas una de ellas el color, lo escogió verde, por los ojos de Lauren. El chirrido de las ruedas le hizo saber que esto era una carrera en toda regla, iba igualada a Lauren.

La mas alta miraba por los espejos, no podía evitar sonreír, Camila venía a su costado, eso fue lo que un principio le gustó de ella, era de arranques no pensaba cuando se apasionaba con algo, era su igual, de una forma distinta pero lo era, de pronto el semáforo cambió y a ella apenas le dio tiempo de frenar, el motor se amarró por completo pero no sufrió ningún accidente, volteó hacia a un lado y descubrió a la castaña luciendo una descomunal sonrisa.

Cada segundo que pasaba con Lauren estaba más segura de que quería estar el resto de su vida con ella. La miró directamente a los ojos, esos ojos que la volvían loca, sacó su lengua mojando sus labios provocativamente, cuando el semáforo se puso en verde guiñó un ojo a la pelinegra y arrancó dejándola atrás.

Lauren se había quedado como una total idiota, ese gesto de Camila la había distraído demasiado así que al reaccionar pisó acelerador y condujo tras ella. Camila miraba por el retrovisor a la pelinegra que la pisaba los talones, estaba tan distraída que no vio que un coche se le cruzó, pero le dio tiempo a reaccionar de un volantazo, estuvo a punto de perder el control pero consiguió dominarlo.

—Vaya...por poco—dijo aliviada.

Lauren continuó conduciendo y pasó a un lado del Targa verde, volteó y le sonrió con superioridad a la castaña. Ambas siguieron conduciendo hasta llegar a casa, salieron del coche y quedaron una frente a la otra, ambas sonrientes sabiendo lo que venía ahora.

Infielmente enamorada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora