Mi fantasía

No debe verme

Después de que volvieran a la playa con 4 peces el joven niño soltó al cuarto de nuevo al mar como habían acordado..

Ese acto hizo que Annie sintiera una gran ternura que la hizo sonrojar en cierto modo muy tenue.

Pero también sentía miedo, su padre siempre le hablaba sobre eso.

- Cuando un humano conoce algo nuevo....siempre quiere más de ello...-

' Hasta provocar su extinción...todas las personas son iguales '  repitió en un susurro

Sabía que no debía ser vista por ningún humano pero....con Armin era distinto, de alguna manera sentía seguridad en él, sentía confianza.

---- :  ¿Qué haces?  Una vez más, la atraparon

Annie :  No te importa  contestó  dándole igual

---- : Annie...no deberías hacer eso, ¿Qué pasa si tu padre lo descubre ?

Annie :  ¡Bertholdt!  ¡Eso a ti no te importa!  Pero si mi padre se entera...tengo a dos candidatos para que me paguen  Dijo de forma amenazante mientras lo tomaba por su largo cuello, apretando un poco y asustando a su amigo.

Bertholdt, un amigo reciente que conoció al grupo de los juguetones amigos hace una semana.

Su especie no es tan conocida pero tampoco tan desconocida, su madre era una anguila marina mientras que su padre una maravillosa culebra camuflante, era muy largo y sentía un sentimiento especial por la sirena, a pesar de ser tan diferentes.

Annie lo soltó para luego ignorar la presencia de su amigo y seguir observando a Armin, poco a poco se iba alejando de la playa con la pequeña cubeta que contenía 3 peces que capturó hasta que ya no se vió más.

Annie se sumergió de nuevo al mar y se resguardo en la cueva que para ella era su más preciado hogar.

Lo que le dijo Bertholdt era verdad, si su padre se enterara la castigaría por mucho tiempo sin salir, sería muy triste no volver a ver a Armin pero tendría mucho más cuidado con eso, lo juraría para seguir observando al chico tan lindo de mirada azulada que comenzaba a llamar su atención de otra manera.

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Al llegar a casa, con todo el entusiasmo del mundo le contó todo a su madre mientras dejaba el balde de los peces en el lavaplatos, ella prestó suma atención a todo lo que decía, comprendiendo su emoción hasta que realmente llegó la hora de la comida. en su pequeño e inocente corazón guardaba su teoría de que esos ojos que vio eran de una sirena real. Deseaba verla una vez aunque sea, quería confirmar eso y lo haría...sin importar cuanto tiempo tardara, dejando a un lado el miedo que sintió al principio del relato de su padre.