Poder superar, aunque sean unos días

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Los recuerdos persistían, el dolor a veces regresaba, ahora, cada vez que miraba el techo se acordaba de ella. Cada mañana visitaba el mar en compañía de su amigo. Ambos se sentían huecos por dentro.

Mikasa : ¡Eren! ¡Armin!   escucharon detrás ese mismo día

A alguien ya no le correspondía la palabra "hueco".

Ambos voltearon, la azabache iba hacia ellos con entusiasmo hasta que llegó y los abrazó.

Mikasa : Oh, chicos, los extrañé tanto  dijo con entusiasmo

Eren : Y yo a ti   susurró

Teniendo en cuenta lo presente, Eren debía seguir al pie de la letra las indicaciones de Annie.

Armin les dio su momento y se alejó, entrando a su casa, se sentó en la sala y se quedó pensando.

---- :  ¿Alguien está triste?

Armin : Sí mamá, no puedo estar bien del todo sin ella   frunció el ceño

---- : ¿Quieres ir a la ciudad? Así como yo, las fiestas solo te distraen pero no logras superar  levantó su rostro

El chico sonrió y asintió, seguro que eso le ayudaría bastante.

Armin : Sí, supongo que está bien, ¿Cuando?

---- : Mañana, a las 10   acarició su cabello

Solo asintió y se levantó, iba a preparar la maleta pequeña para mañana y tal vez tres semanas.

Empacó la mayoría de su ropa y por cariño también se llevaría consigo aquél vestido negro que quedó al lado del mar.

Su carácter había cambiado, ya no sonreía como antes y eso podría ser malo, podía volver a hacer lo de hace mucho; era aún peor ya que no iba ni un mes, apenas y 5 semanas desde que se fue y le pesaba, le pesaba mucho y le dolía. Era su primer y verdadero amor.

Se recostó en su cama, miró las nubes, el cielo azulado de una manera tan clara que le hacía recordar sus brillantes ojos. Recordar esos días o noches donde pudo tenerla sobre él, su sonrisa que iluminaba su ser y sus manos suaves con las que a veces recorría su cuerpo antes, durante y después de dormir.

La extrañaba, lo admitía, pero sabía que volvería, al fin y al cabo era una promesa.

Eren : Entonces te iras por unos días

Armin : Sí, semanas pero...volveré y estaré de nuevo con ustedes igual que antes   sonrió

Eren : No te preocupes, Mikasa y yo estaremos al pendiente a ver si...regresa en estos días   lo abrazó por los hombros

Armin : Gracias  sonrió forzado

Miró de nuevo el mar, recordaba todo lo que pasó y lo que cada uno de los dos hizo por el mundo del otro. Era un orgullo y una gran felicidad. Ambos vivían en un lugar pleno.

El día parecía eterno, los minutos parecían horas y las horas infinidad.

Su amigo trataba de animarlo pero no podía, era algo complicado, incluso Máx lo intentó pero tampoco pudo. Ese ser místico había flechado el corazón del chico con mucha fuerza.

Al día siguiente se fueron, con toda la decisión del mundo para superar ese dolor que inevitablemente se sentía.

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