33.
"Hare lo que pidas"
ADVERTENCIA: ESTE CAPITULO TIENE CONTENIDO EXPLICITO. NO ME HAGO CARGO DE TRAUMAS.
Nash besaba dulcemente mi cuello mientras se quitaba sus pantalones, dejando a la vista su miembro abultado en sus calzoncillos negros. Se acerco a mi y deslizo lentamente la camisa por mi hombro. Llevo sus labios a mi hombro derecho y mandíbula para luego sus labios encontrar los mios. Al principio eran solo pequeños besos pero al rato separe mis labios y su lengua encontró su camino en mi boca.
Antes de que pudiera comprender lo que estaba sucediendo mi sujetador ya estaba fuera de mi. El sonrió.
–¿____?
–¿Si? – pregunte con la respiración entre-cortada.
– Eres hermosa.
Ahora estaba yo encima de Nash, besando su cuello, su pecho y luego volviendo a sus labios. Demostrando que el era mas fuerte volvimos a girar sobre la cama quedando yo (otra vez) debajo de el. Sus manos a ambos lados de mi cuerpo sujetando su peso mientras dejaba un gran rastro de besos por todo mi cuerpo.
–Nash… – susurre entre besos
–Mmh…
–Recuerda que yo…
–Tranquila princesa, tendre cuidado – dijo mientras se detuvia y me miraba fijamente a los ojos – Hare lo que pidas – beso mi cuello – Ire despacio – beso mi mandibula – Rápido – beso mis labios – Lo que me pidas.
Luego comenzó a bajar por mi estomago desnudo dejando besos en cada centímetro de mi piel, así haciendo que deje soltar un pequeño gemido y el un gruñido ronco. Joder.
Sus besos en mi estomago se detuvieron y poco a poco iba bajando hacia mis bragas.
–Haré que te sientas bien – susurro contra mi calor haciendo que me retuerza de placer – Cierra los ojos, princesa.
Obedecí sin pensarlo dos veces y sentí como llevaba sus manos hacia mi feminidad.
– Nash… - dije al sentir como separaba un poco mis piernas.
–Relájate, princesa.