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"No hay belleza sin cierta extrañeza". Edgar Allen Poe

JM--

Cuando me desperté al día siguiente, pude escuchar sus suaves ronquidos. Me reí entre dientes y volteé la cabeza para mirarlo.

No estaba cubierto y estaba acurrucado en la cama como un gatito.

—Lindo.— Susurré.

Mirar sus rasgos solo me hizo recordar lo que pasó entre nosotros esa noche.

La forma en que mis manos ahuecaron sus mejillas y lo besaron con fuerza mientras empujaba dentro de mí, la forma en que nuestros ojos se conectaban cada vez que soltaba un gemido y la forma en que apoyaba su cabeza en mi pecho después de que nos juntamos.

—Oh, mierda.— Podía sentir mi rostro calentarse solo de pensarlo.

Pero no pude parar.

Quizás estaba borracho, pero sé que me sentí bien durante ese momento. Todavía podía sentir sus dedos contra mi piel.

Si fuera otra persona, seguramente me habría arrepentido, pero extrañamente no me importa tener una noche así con él. Tal vez todavía no nos conocemos bien y no hay sentimientos compartidos, pero esos minutos que pasamos juntos seguirán siendo inolvidables.

Estoy avergonzado porque fui quien lo inició, pero estoy agradecido porque él no decidió ignorarme.

Sonreí porque estaba durmiendo con la boca ligeramente abierta. Me encantó cómo su apariencia cambia por completo cuando no está despierto. Se parece más a una persona suave e inocente que al gilipollas frío y grosero que es.

Suspire y me levante. Necesitaba ducharme y empacar mi maleta porque teníamos que salir de la habitación del hotel en dos horas.

De camino al baño, me detuve y otra escena repentinamente surgió en mi mente.

Esa noche, dejamos la ducha y no dejamos de besarnos. Casi me tropecé y caí al suelo cuando íbamos de camino a la cama de matrimonio.

Apoyé mi espalda contra la pared y lo vi dormir, mordiéndome el labio inferior. La forma en que gimió y me empujó sobre la cama no podía dejar de pensar.

Perdí todo el control de mí mismo y lo dejé tomar todo.

—Oh hombre.— Sacudí mi cabeza para dejar de imaginar esa escena y rápidamente entré al baño.

Cerré los ojos y dejé caer el agua.

No sé si es una reacción normal, pero cada vez que me quedo solo, lo único que me viene a la mente son nuestros sonidos sin aliento y nuestros cuerpos sudorosos. No puedo creer que esté fantaseando con el Tigre Negro.

Intenté revivir esa noche. Acaricié mi cuerpo con mis manos y exploré cada parte de mí, imaginando que él era el que me tocaba. Cada vez que sus manos me tocaban, sentía que había chispas a mi alrededor.

Puso mis manos sobre mi cabeza y lamió la parte blanda de mi cuello, haciéndome gemir en voz alta porque era mi debilidad.

Todavía podía sentir su dureza contra mis muslos y cómo nuestras dos erecciones se rozaban entre sí.

—Mierda, para Jimin— Murmuré para mí mismo y moví el cabezal de la ducha hacia mi cara para lavar todos mis pensamientos pecaminosos. —Esto no es bueno—

Me apresure a lavarme con el gel exótico y detuve el agua.

Me puse una toalla y salí del baño.

Seguía durmiendo y tuve que despertarlo. ¿Qué tengo que hacer?

Respire y me senté a su lado. Eché un último vistazo a su rostro pacífico que estaba cubierto con sus mechones negros. Lo sacudí suavemente mientras susurraba —Hyung, despierta—

TIGRE NEGRO | Agencia Bullet | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora