⏳ Manuel ⏳
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—¿M-mateo? — digo y puedo escuchar una ligera afirmación. —¿Te sucede algo? ¿Qué es lo que te pasa? — pregunto tratando de sonar tranquilo.
—S-sal-lvame, p-porfavor, s-sálvame. — dice llorando.
—¿Pero qué es lo que te pasa? — preguntó una vez más comenzando a preocuparme por él. —¿Tus padres dónde están? ¿Están con vos?
—No. — contesta sin dejar de sollozar. —¿Crees que podes venir a mi casa? P-por favor. — esto último se escucha mas como una súplica que un pedido.
Me quedo en silencio sin saber qué decir. Esto me tiene completamente desconcertado.
—¡MANUEL VAN A LASTIMARME! ¡VEN RÁPIDO POR FAVOR! — grita repentinamente y siento como su respiración se acelera a cada segundo.
Aun no logro entender nada. ¿Quienes quieren hacerle daño? ¿Y por qué sus padres no están con él?
Si no hay nadie con él, significa que Mateo está solo al borde de lo que parece ser una crisis nerviosa. No sé qué pensar al respecto, pero no puedo ignorarlo.
—Está bien, voy para allá. — digo decidido pero no tengo algún tipo de respuesta de parte de Mateo.
La llamada se corta y no puedo enviar comenzar a pensar cierto tipo de cosas nada agradables, así que me levanto y me apresuro a salir de mi casa sin hacer ruido.
Y hay algo dentro de mi que me dice que esto es mucho más grave de lo que pienso.
...
Son las 12:00. Las calles a esta hora tienen un aire lúgubre, sientiendose el ambiente bastante pesado. El frío que hace es terrible y siento que el cualquier momento terminaré como un puto cubo de hielo, pero ya estoy cerca de la casa de Mateo, algo muy consolador.
Una vez que llego, busco por donde entrar. La puerta delantera está cerrada y no pienso forzarla o llamar a Mateo para que me abra, así que no me queda de otra que rodear la casa en busca de alguna ventana abierta.
Para mi suerte encontré una y no lo pienso mucho para entrar a través de ella. La ventana por la que ingrese da a la cocina y por el momento no hay nada fuera de lo normal.
Platos en el fregadero, algunos restos de comida, todo aparentemente está en su lugar. De repente escucho unos ruidos provenientes del segundo piso, asustándome un poco.
Mi corazón comienza acelerarse y un extraño nerviosismo se apodera de mi cuerpo. Trato de ignorarlo y me dirijo en busca de Mateo. Al subir, las escaleras hacen un fuerte crujido, escuchándose por toda la casa y juro haber oído un fuerte alarido haciendo que mi piel se erize.
Abro una puerta con cuidado con la esperanza de ver a Teo, pero por desgracia no está ahí, la habitación a la que entre está bien ordenada, parece ser de una mujer, así que sigo con mi recorrido.
No tengo suerte con los demás cuartos y ya solo me queda uno que está hasta el fondo y es el que más miedo me produce, pero no puedo dar marcha atrás. La abro y la examino cuidadosamente, quedándome sorprendido al ver por fin a Mateo, pero no como me lo imaginaba.
Está en una esquina temblando, abrazando sus piernas, llorando y hablando cosas que no logro escuchar muy bien. Mi corazón se parte al verlo de esa manera, comienzo acercarme despacio, ya que no quiero asustarlo más de lo que está. Una vez cerca me siento a su lado, tratando de llamar su atención.
—Mate. — digo, pero al parecer no me escuch,a debido a que está ensimismado. —Mateo, soy Manuel. — habló calmado, tratando de tocarlo pero sus labios escapa un chillido agudo haciendo que me detenga.
Ahora que lo noto sus brazos están llenos cortes, no tan profundos, pero igual no dejan de ser alarmantes, más lo que están cerca de las venas.
—¿Qué fue lo que te pasó? — le pregunto esperando que esta vez sí me conteste.
—El-llos lo hicieron. — dice señalando el centro de la habitación, donde no hay nada. —Quieren que me haga d-daño, pero no quiero, yo no quiero. No quiero, no quiero la-la-lastimar a nadie. — habla claramente dominado por el miedo.
—Vos no vas hacer nada que no quieras, y ellos no te van a obligar. — digo tratando de hacerlo entrar en razón. —Ahora necesito que..
—YA CALLATE UNA MALDITA VEZ. — gritó interrumpiéndome, aumentando su llanto. —NO, NO, NO, NO. — dice repetidas veces, comenzando rasguñarse y jalarse el cabello. Yo trató detenerlo, pero no me deja. —Y-yo no quiero lastimar a Manuel, él es bueno, no es como los demás. — murmura viendo a la nada. —Vete por favor d-dejame en paz. — susurra hiperventilando, algo nada bueno.
Estoy en shock, jamás había visto a Mateo de esta manera tan alarmante y me pregunta es: ¿Esto ya le habrá pasado antes o es la primera vez? Sé que no es momento para preguntas pero no puedo dejar de pensar en ello.
—Shhh, tranquilo, todo estará bien. — susurró con una opresión en el pecho. —Todo estará bien. — digo abrazándolo.
El cuerpo de Mateo no corresponde a mi abrazo, se mantiene rígido. Trata de liberarse pero no puede, ya que va perdiendo fuerzas poco a poco.
No deja de balbucear incoherencias. El tiempo pasa y va siendo dominado por el sueño, sus mejillas están húmedas y no quiero imaginarme cuánto ha llorado.
Cuando por fin se duerme, su cabeza cae sobre mi pecho. Suspiro satisfecho al verlo por fin tranquilo, su respiración comienza a regularse y lo acomodo, pero tengo cuidado de no despertarlo, no quiero volver a verlo así otra vez.
No puedo levantarme, así que busco una posición cómoda para dormir también. Me siento cansado y todo comienza a volverse borroso, mis párpados se cierran contra mi voluntad, cayendo así en los brazos de Morfeo.
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|| Esquizofrenia : Trueplik : FINALIZADA : ✅✅ ||
Fanfiction□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□ "A veces es necesario un poco de locura para sobrevivir a la trágica realidad" ■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■ ⚠️ Advertencias ⚠️ 📌 Relación chico x chico 📌 (SI NO TE GUSTA ESTE TIPO DE CONTE...