Capítulo 29. Final

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Hello everybody!!! Se que me tarde con este cap pero en realidad lo que quería era llegar al fin de esta historia. Si, esta historia llega a su fin pero ¡hey! No se pongan tristes, habrá Epílogo y un pequeño especial (este último aún lo estoy pensando) fue muy divertido escribir esta historia, realmente no se nada de relaciones poliamorosas 😅 así que todo era nuevo para mí pero simplemente no podía escoger entre Violet y Minnie ;w; así que ¿por qué mejor no las dos? 😂😂😂 Es difícil poner en palabras lo que siento, muchos me dieron su apoyo con esta historia aún cuando no estaba segura de lo que hacía, votaron y comentaron y eso sólo me llenaba el corazón, para mi es algo muy especial el escribir, me ayuda con mi ansiedad y crisis, así que cuando me siento mal y veo los votos o comentarios solo me hace pensar en que lo estoy haciendo bien. Espero ver sus votos y comentarios en otra historia y no solo en las de esta temática.

Nos leemos en otra historia. Nos leemos más abajo!!! ❤️🤟❤️🤟❤️

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D

espués de lo que pasó con Simón los rumores se extendieron como pólvora, no sólo en Ericson, también en mi anterior escuela y por toda la ciudad. Lee y yo tuvimos que mudarnos y perdí el contacto de Minnie y Violet por un tiempo. No podía dejar que me vieran así. Gracias a Kennedy me estaba educando desde casa, me daba ansiedad salir, me daban crisis de pánico cuando veía a mucha gente junto a mi. Tuve que dejar de jugar baseball. Simón había arruinado mi vida una vez más.
Estaba en la sala de la casa cuando alguien tocó el timbre. Sentí como el corazón se me quería salir, nadie debía estar tocando la puerta, se supone que la gente de Kennedy cuida la entrada. ¿El cartero? No, la correspondencia llegó ayer. ¿Creyentes? El timbre volvió a sonar. Tenía miedo, camine lentamente hasta la puerta y traté de oír, podía escuchar murmullos, eran voces femeninas.


-¿Qui… quién es? – dije con temor.

-¿Clem? – las lágrimas se me escaparon de los ojos – Clem, somos nosotras. Abre por favor.

-Violet… no, no. Tienen que irse – dije con pánico. ¿Cómo me encontraron? Si ellas pudieron… cualquiera puede. No estaba segura en ningún sitio.

-Clem por favor – habló Minnie.

-¿Cómo… cómo me encontraron? Solo Kennedy sabía – moría por abrir la puerta y abrazarlas, que ellas me envolvieron en un abrazo tan cerrado que me alejaran de todo el mundo.

-No fue fácil lograr que nos dijera. Clementina por favor, abre la puerta. Te extrañamos – dijo Violet en un tono lleno de tristeza.


¿Qué hacer? Mi mano se movió hacia el picaporte de la puerta pero se mantuvo en el aire sin tocar nada. Si abría esa puerta significaba que las dejaría entrar de nuevo a mi vida y vi vida ahora era un desastre. Me observe en el espejo que estaba en la entrada de la casa y note que estaba fuera de forma, delgada, ojerosa y pálida, mis labios resecos y mis ojos sin vida.


-No puedo abrirles la puerta – hable finalmente – No quiero que me vean así – me abrace a mí misma tratando de reconfortarme pero lo cierto era que me sentía sola – Váyanse – dije llorando. Por un segundo no escuché nada, pensé que se habían ido. Dejé salir un suspiro agotado mientras sorbía mi nariz, seque mis lágrimas y gire sobre mis talones solo para casi morir de un maldito infarto cuando la puerta de entrada fue tumbada. No alcance a reaccionar cuando ya estaba en medio de ellas en un abrazo.

-Lamento lo de tu puerta – dijo Minnie abrazándome con fuerza – Pero ya no soportaba no saber de ti.

-Le pagaremos a Lee – contestó Violet mientras me estrujaba en su pecho. No pude más y me terminé por derrumbar en sus brazos. Las había extrañado tanto.

-¿¡Pero que demonios!? – escuché la voz de Lee. Nos separamos del abrazo y miramos a mi padre en la entrada junto a Kennedy, ambos parecían que había corrido una maratón. El moreno llevó una de sus manos a su frente y se restregó el rostro – Deben haber formas más fáciles de entrar a la casa de alguien chicas.

-Lo sentimos – dijeron a la vez con un tono avergonzado.

-Mis hombres me llamaron y dijeron que habían unas chicas fuera de la casa, pe se que eran ustedes. Pero cuando dijeron que parecía que querían entrar a la fuerza no dude en venir.

-Prepararé la cena – dijo el mayor de los Everett – John, por favor póngase cómodo. Chicas, no hagan destrozos – el mayor se retiro de la entrada – Oh y por favor, llamen a alguien para que arregle la puerta.

-Yo lo arreglo – dijo el rubio ya con su teléfono en la mano.

-No sabía que el padre de ya sabes quien seguía visitándote – susurro Minnie.

-Kennedy se ha portado muy bien conmigo, gracias a él aún puedo seguir estudiando pero desde casa – me separe de ellas y camine hasta la sala – Lamento el desorden. Cuando Lee se va a trabajar suelo quedarme en el sofá todo el día después de mis clases – intente arreglar mi desastre pero las chicas me detuvieron restándole importancia al asunto. Nos sentamos en el sofá como lo hacíamos antes: yo en medio de las dos, Violet tomaba mi mano y Minnie me abrazaba por los hombros.

-Estas más delgada ¿estas comiendo bien? – pregunto Violet. Ya sabía que harían esa pregunta.

-No he podido probar un solo bocado desde que salí del hospital. Todo lo que como lo vómito – admití completamente desanimada – La psicóloga dice que se debe al trauma y el psiquiatra la apoya, han evitado darme medicamentos extras porque saben que en algún momento los vomitare.

-Sentimos no haber estado allí para ti, Clem – Minnie me miraba con una expresión llena de arrepentimiento – No debimos haberte dejado sola en ningún momento.

-Ya sabía que Simón terminaría por atraparme – admití sin pensarlo mucho – Solo era cuestión de tiempo. Nadie podía hacer nada. Lo único bueno es que lo atraparon y le dieron 3 cadenas perpetuas sin derecho a libertad condicional.

-Aún así no parece suficiente – dijo Violet viendo al hombre de traje – Tampoco me parece correcto que el aún ronde cerca de ustedes. Es el padre del psicópata que te hizo todo esto.

-Kennedy pudo quitarle la pena a Simón si quería y yo lo más probable es que me hubiera tenido que ir del país. No lo hizo. Pará mí es suficiente – dije apoyándome en el pecho de Minnie, podía escuchar sus latidos y eso me calmaba. Violet también acariciaba mis manos, podía sentir seguridad y tranquilidad, sentía los ojos pesados. No se como ni cuando, pero me quedé dormida.



(…)

Tres NO son multitud [CVM] (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora