La había perdido de vista sólo unos minutos, luego de pasar todo el día juntos, y ahora no lograba encontrarla, frustrándolo.
Los organizadores lo habían llamado para consultarles sobre las siguientes actividades, que se llevarían a cabo luego de la puesta de sol, y cuando Ketall había regresado con el grupo, Lía ya no estaba allí.
Le habían preguntado a varias chicas y chicos si la habían visto, pero todos contestaban de igual manera, no.
Nadie la había visto ¿Cómo diablos era posible? ¿Por qué ella ya no estaba? ¿Por qué se había ido? Si lucía tan animada con él, no entendía porque lo había hecho.
La había buscado en el gran edificio donde todos dormían, por los alrededores, pero la joven rubia no estaba. Se había ido.
***
—¿Dónde estabas, Lía? ¿Por qué me desobedeces de éste modo? No puedes estar sola por la isla, te dije que era peligroso, y sólo accedí traerte aquí porque prometiste obedecerme.
—Pero ma, sólo estaba en el grupo de solteros, quería estar con personas de mi edad, no acá aburrida —bufó.
—¡Y muchos menos allí! Ya nos han advertido que esas zonas son las más peligrosas. Escúchame bien, Lía, o te quedas conmigo aquí, o mañana mismo hablo con tu padre y pasas las vacaciones en la casa de abuela ¿De acuerdo?
—Está bien —pronunció con fastidio, dirigiéndose a su habitación.
Su madre había llegado como azafata en uno de los vuelos, que se hacían para llevar a las personas a participar en el Kok'ta, y la había llevado a ella sin tener más opción.
Sus padres estaban separados, y a ella le tocaba pasar las vacaciones con su mamá. Y aunque su progenitora se había negado llevarla con ella, ya que el destino no era seguro para su hija adolescente y curiosa, su ex marido le había dicho que no podía tenerla tampoco.
Es por eso que Lía había tenido que viajar con su mamá.
***
—¡Lía!
Chilló del susto al escuchar su nombre ser exclamado en ese tono tan alto, y al girarse, se encontró con Ketall, que rápidamente se acercó a ella.
—¿Dónde estabas? Te busqué ayer toda la tarde, y no te encontré.
—Ah sí, es que... Mi mamá no quiere que esté aquí —sonrió incómoda—. Ella va a estar ocupada unas dos horas, así que me escapé un rato.
—¿Tu mamá? No entiendo.
—Mi mamá es azafata, y llegó aquí con un grupo de personas en un viaje, y yo vine con ella. Estaremos sólo unas semanas, lo que dura la festividad, y luego nos iremos.
—¿No volveré a verte?
—No creo —murmuró mirando hacia abajo.
La miró con cierta aflicción, y luego la tomó de la mano.
—Ven conmigo.
—¿A-A dónde?
—Quiero enseñarte lo que de hace en el Kok'ta ¿No es lo que tú querías? ¿Aprender?
—Sí, pero...
—¿Qué?
—No te conozco, no te ofendas, me caes bien, pero no puedo irme sola contigo.
—No voy a hacerte daño, podría haberte hecho algo ahora, que estamos sólos. Soy más grande y fuerte que tú, no me costaría nada reducirte.
Ella lo miró, él seguía usando la opaka que le había hecho.
—De acuerdo, pero en dos horas debo volver aquí, o mi madre se pondrá furiosa y me obligará a viajar.
...

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Ketall
Storie breviHistoria corta, libro especial de la serie "Bestias" Inicio 11/02/20