Kumi había salido a buscar el correo, mientras su numerosa familia desayunaba en la cocina de su casa. La castaña entró leyendo las cartas, aún en pijama, y se sentó.
—¿Qué es eso, ma? —preguntó curioso un muchachito castaño de grandes ojos café, Noaelí.
—Un sobre del laboratorio de la central, no sé si se habrán equivocado, no nos hicimos análisis ninguno allí —pronunció confundida, dejando los demás de lados.
Cep la miró curioso, mordiendo un sándwich.
—¿Estás embarazada de nuevo?
—No sería tuyo si fuera así, Cep —le dijo rodando los ojos.
Él dejó de masticar al escuchar aquello, y Kumi lo miró.
—No estuve con nadie más, y lo sabes. Es un resultado de parentesco.
—Ah —suspiró más tranquilo, antes de tragar y volver a darle una mordida—. Creí que esa vez que viajaste sola al Este, pudiste haber encontrado compañía en-
—Cep, cierra la boca un momento —lo interrumpió desconcertada, leyendo lo que allí decía—. E-Esto... Es realmente increíble.
—¿Qué dice?
—Ketall es mi tío.
—¿Qué? —rio desconcertado, antes de sacarle la hoja—. ¿Cómo va a ser tu tío? ¿Por qué Micaeli nunca te lo dijo entonces?
Leyó el informe, dónde se les notificaba que aquel resultado era personal y privado, y luego vio el tipo de filiación que existía entre ellos.
—¿P-Pero cómo es posible? ¿T-Tú mamá nunca te h-habló nada de él?
—No... Es por eso que no lo entiendo. Además ¿Quién solicitó esto?
...
—¿Sabías algo de esto, ma?
Micaeli leyó el informe, y luego suspiró.
—Pasaron tantos años, que la verdad no lo sé. A penas y recuerdo a mi madre.
—Ahora que lo pienso, nunca nos hablaste de nuestra abuela, y no la conocimos tampoco —le dijo Kumi.
—Tu abuela tenía un temperamento muy fuerte.
—¿Así como tú? —sonrió Cep.
—Muchacho estúpido, tú no tienes idea de nada. Me fui de su casa cuando tenía cinco años, porque ya no soportaba sus malos tratos. Ella me odiaba, siempre me golpeaba por todo, le molestaba ser madre, odiaba tener que cazar para mí, o verme... Sé que muchas veces, cuando era bebé, otras hembras cuidaron de mí.
—¿Y cuándo tú te fuiste? ¿No te fue a buscar? —le preguntó Kumi, afectada por las palabras de su progenitora.
—No, no volví a verla. Vine hasta la tribu de hembras, y aquí me dieron refugio, me enseñaron a cazar. Cuando tenía once años, llegó un bebé macho a la tribu, era recién nacido, lo habían encontrado junto al río. Al parecer su madre lo había abandonado. Y en ese época no habían mujeres embarazadas, las crías del kok'ta habían nacido hacía meses, es por eso que fue fácil dar con ella, y saber que había sido quién había parido a la criatura. Al reclamarle, ella sólo dijo que fue un error, que jamás debió quedar embarazada, y no se haría cargo del bebé. Ella no quería hijos, y se fue... Nunca me dijeron de forma directa que esa mujer fue mi madre, pero ¿Quién más? Era una de las pocas que vivía sola, y ya había dejado una hija años atrás.
—¿Cómo puede una mujer actuar de ese modo? ¿Cómo pudo ser tan fría? Qué basura —masculló la líder.
—Es por eso que me sorprendió que hubiese cuidado a Shimei hasta los diez, cuando ella llegó a la tribu.
—¿Y quién es el padre de Ketall? —preguntó Cep.
—Ella nunca quiso decirlo.
...
Perdón por desaparecerme, estuve muy enferma, con fiebre alta, tos, mareos... Si tuve o tengo covid no lo sé, pero hoy que me sentí un poquito mejor, quería traerles algo ♥️
Luego subiré la segunda parte.

ESTÁS LEYENDO
Ketall
Historia CortaHistoria corta, libro especial de la serie "Bestias" Inicio 11/02/20