Pero ahora ya no, Nikki, ya no.
Y de repente se alejó de ella en un respiro. Nikki abrió los ojos para ver lo que pasaba.
Y allí estaba Francisco. En ese mismo momento le dio un puñetazo a Federico en el rostro, haciéndolo caer al suelo. Ella se llevó una mano a la boca, y solo pudo quedarse allí parada.
Francisco estaba completamente sacado. Había estado observando todo, ya que había estado siguiendo a Nikki. Desde que ella había informado que iría todos los días a la casa de los Montoya, él se había comprometido con si mismo a seguirla para asegurarse de que llegaría bien. Y lo mismo haría con la vuelta. Él sabía que algo así pasaría, el presentía que aquel maldito infeliz sería capaz de una cosa así. Se acercó a él y le proporcionó una patada en una de sus costillas.
-¡Tolero que robes nuestro ganado! -le gritó y volvió a golpearlo. Lo tomó de la nuca y lo puso de pie -¡Tolero que intentes quemar nuestras cosechas! -otro golpe más. La furia corría por sus venas -¡Tolero que intentes matar a mi primo, que no respetes a mi gente! -se acercó a él y lo tomó de la ropa acercándolo -Pero no voy a soportar que le toques un pelo a ella,
¿entiendes eso, imbécil? -lo soltó y volvió a golpearlo.
-¡Ya, Niall, ya basta! -escuchó que ella decía y pronto unos delgados brazos lo rodearon por detrás. La respiración del azulino salía agitada de su cuerpo, mientras observaba a Federico tirado en el suelo, agarrándose el rostro -Vamos, Francisco, por favor llévame a casa...
Él giró y su corazón se encogió al ver el miedo que reflejaba los azulados ojos de ella. Ese infeliz debería morir por haberle causado aquello, claro que sí. La acercó a él y le besó la frente.
-Tranquila, ya pasó -musitó cerca del nacimiento de sus cabellos.
Nikki escondió el rostro cerca de su pecho y se quedó allí. Estaba segura de que no había lugar más seguro que ese.
-Por favor, vayámonos de aquí -le pidió.
Él asintió y comenzó a caminar sin dejar de abrazarla.
-¡Eres un maldito infeliz, Guzman! -le gritó Federico.
Francisco lo miró sobre su hombro. El bastardo se estaba poniendo de pie. Su nariz sangraba y pronto tendría un ojo morado.
-¡Vuelve a intentarlo, Montoya, no saldrás vivo la próxima vez! -le advirtió.
Sintió que Nikki se tensaba contra él. La abrazó un poco más y volvió la vista al frente mientras se dirigían a su caballo.
Caminaron en silencio, simplemente abrazados. Ella aún estaba alterada, se notaba por los leves temblores que daba su cuerpo. Jamás había pasado por algo como aquello. Y definitivamente no quería volver a pasarlo.
Entonces comenzó a pensar. ¿En qué momento llegó Francisco para socorrerla? Se alejó un poco de él y levantó la mirada. Él miraba fijamente al frente.
-Niall -lo llamó. Él alzó ambas cejas en forma de pregunta -¿Cómo sabías que yo estaba...?
-Te seguí -contestó simplemente.
Los ojos de Nikki se abrieron a causa de la sorpresa. ¿Él la había estado siguiendo?.
-Pero, ¿Por qué?
-Desde ayer decidí seguirte. No me parecía seguro que vinieras sola para estas tierras. Ya vez que es bastante peligroso -la soltó y se subió al caballo. Le tendió la mano para ayudarla a montar también. Pero Nikki no se la dio enseguida.
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Will Horses - Adaptada-
RomancePrólogo. Que nerviosa se sentía, le temblaban las piernas. No recordaba, o eso creía, haber pasado un día tan emocionante como ese. Su cumpleaños número doce. No podía dejar sus manos quietas y se mordía el labio,nerviosa. Sí, estaba nerviosa. Su...