Capitulo 46: Dejar las cosas en claro

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Nikki fue la primera en entrar, pero se detuvo al ver que Francisco no la seguía. Se giró a verlo.

-¿Por qué no vienes?. -le preguntó frunciendo el ceño.

-Yo...¿quieres que entre?. -dijo inseguro.

-Claro que si, salvaje, te necesito aquí...conmigo.

Él sonrió e ingresó. Mattie también entró junto a ellos y cerró la puerta con cuidado. Nikki se acercó rápidamente a la cama al ver a su padre con los ojos levemente abiertos.

-Por Dios, papá...me asustaste tanto -le dijo ella y se acercó a él para abrazarlo. Nelson sonrió levemente.

La puerta de la habitación se abrió y Paula ingresó como un rayo. Corrió hacia la cama y se sentó del otro lado.

-Dios santo, estás bien. -derramó un par de lágrimas y también lo abrazó.

Nikki sonrió y se puso de pie. Miró al azulino y este se encogió de hombros. Mientras que Paula abrazaba y lloraba sobre Nelson, ellos dos y Mattie se acercaron al doctor.

-¿Qué es lo que tiene, doctor?. -preguntó Francisco, curioso.

-No es para alarmarnos. -les dijo primero. -Pero si para tomar precauciones. Nelson sufre de presión alta...por eso últimamente ha estado teniendo dolores de cabeza, mareos y falta de aire, como me lo ha mencionado...

Nikki miró a su padre.

-¿Por qué no me dijiste nada?. -le preguntó enojada. Nelson se sentó en la cama, con la ayuda de Paula.

-No quería preocuparte, hija...

-Eres un inconsciente. -le aseguró. -Pero ya voy a hablar seriamente contigo...prosiga doctor.

-Esto de la presión se puede deber o mejor dicho... se debe a una serie de situaciones de nervios y preocupaciones.

-¿Qué más me has estado ocultando, Nelson Brizz? -dijo Nikki sin poder creerlo.

-Ya niña Nikki -dijo Paula -No lo retes más...

Paula suspiró y volvió la vista al frente.

-¿Qué es lo que tenemos que hacer?. -le dijo al doctor.

-Debe descansar, relajarse, estar en cama, dar paseos tranquilos...Eso si, ya nada de sal en las comidas. Y no más negocios por un tiempo.

-Doctor... -murmuró Nelson. Todos lo miraron. -Usted no me puede pedir dejar mis negocios. Todo se va a venir abajo...

-Yo voy a hacerme cargo de ellos -sentenció Nikki.

-Pero hija, estás son tus vacaciones...

-También las tuyas, papá. Yo puedo hacerlo, Mattie va a ayudarme y -miró a Francisco y no pudo evitar sonreír. -Francisco también.

-Claro que si, señor. -dijo él.

-Bien. -suspiró Nelson. -Voy a tomarme las vacaciones... realmente.

Todos sonrieron. El doctor guardó sus cosas y caminó hacia la puerta.

-Lo acompaño abajo, doctor. -dijo Mattie. Ellos dos salieron de la habitación. Nikki se giró a ver a su padre.

-Te vas a salvar de mi regañada, Nelson Brizz, sólo porque no quiero que te vuelva a dar un ataque...

-Nikki -dijo su padre y luego sonrió. -Voy a estar bien, hija. Voy a hacer todo lo que me diga el doctor,¿sí?.

-Más te vale -miró la escena de Paula sentada a su lado. Ellos dos necesitan unos momentos a solas. Miró al rubio. -¿Me acompañas a hacer una sopa para mi padre?.

-Por supuesto. -asintió él.

Salieron con cuidado del cuarto. Y suspiraron a la vez cuando cerraron la puerta. Ahora estaban solos. Si, solos. El corazón de Nikki se aceleró.

-¿Nikki? -dijo Francisco.

-¿Si?. -preguntó ella.

-Voy a besarte...

Ella rió y comenzó a retroceder. Jugar un poco en aquel momento podía ser realmente relajante.

-Solo... si logras alcanzarme, salvaje -aseguró y comenzó a correr.

Corría tan rápido como podía. Pero entonces giró la cabeza y Francisco no estaba detrás de ella. Frunció el ceño. ¿Por qué no la había seguido?. ¿Acaso no había entendido el juego?.

Llegó hacia las escaleras y las bajó sin dejar de mirar hacia atrás. Se sentía algo decepcionada. Él no la había seguido. Pero entonces chocó con algo y ahogó un grito... miró al frente y él estaba allí. ¿Cómo demonios lo había hecho?.

-Te atrapé. -dijo tomándola de cintura. Ella miró hacia atrás y balbuceó tontamente.

-Pero... pero... ¿Cómo es que... estás aquí?. ¡No me seguiste!. -exclamó.

-Primero te beso, y luego te explico. -sonrió él.

Bajó la cabeza y capturó sus labios. Nikki cerró los ojos y abrió la boca, recibiendo su sabor.

¡Que descarada que estaba siendo!. Besar así como si nada a un hombre que todavía tenía novia. Pero no le importaba, realmente no le importaba.

-¡¿QUÉ DIABLOS SIGNIFICA ESTO?! -chilló ella.

Ellos se alejaron asustados y se giraron a verla.

-¡Nabila! -dijo Francisco. La castaña los miraba sin poder creerlo,totalmente enojada.

-Uups, creo que hoy mataremos dos pájaros... ¿de dos tiros?. -inquirió ella en voz baja.

-¡Estoy esperando una respuesta!. -gritó histérica.

Francisco tragó saliva, nervioso. Ya era hora de dejar todas las cosas bien claras.

Will Horses - Adaptada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora